Los dos economistas abrieron el seminario “Escenario postelecciones: cómo será la economía en 2018”, organizado por Road Show en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Análisis convergentes y confianza en que la economía tomará velocidad gracias a la expansión del crédito.
Ya con el resultado de las elecciones de medio término, que dio un claro respaldo a la gobernabilidad de los próximos dos años, y luego del mensaje presidencial al denominado “círculo rojo” del poder, integrado por la dirigencia política, empresaria, sindical, judicial, y también el periodismo, los economistas Carlos Melconian y Miguel Bein tuvieron a su cargo la apertura de un nuevo seminario de Road Show en el auditorio de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, en el que se analizó el “Escenario postelecciones: cómo será la economía en 2018”.
El diagnóstico de Melconian
Con sólo diez filminas, el expresidente del Banco Nación en el primer año del gobierno de Cambiemos definió su “hoja de ruta, sin dobles discursos”. Estas son, según Melconian, las tres verdades que conviven en el presente:
1. Optimismo. Específicamente concentrado en lo político y en lo financiero, una condición que el expositor consideró necesaria pero no suficiente. El desenlace de las elecciones de medio término, como ocurrió en otras épocas, le abrió al presidente Mauricio Macri las puertas para un ciclo de ocho años –“como siempre pensamos, independientemente del resultado del 22 de octubre, que lo confirmó”, dijo–. La carencia de institucionalidad en el país deja en la cabeza del Presidente la responsabilidad de no desviar el rumbo. Y en lo financiero, ya sea en el ámbito internacional o en el local, el pulgar está hacia arriba. “No me gusta este nivel de borrachera internacional, pero las cosas son así”, señaló.
2. Incertidumbre. Está instalada en la macroeconomía, porque rigen descalces fiscales y monetarios y no se ve consistencia con el programa para la denominada desinflación, como define el proceso el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
3. Realismo. El gradualismo, estimó, está dando resultados porque llegó la recuperación y se cierra la “U” de la recuperación, aunque en el corto plazo persiste el miedo por la falta de competitividad y por la rentabilidad. Pero lo cierto es que después de seis años se van a registrar dos años seguidos con aumento del PBI.
“El cuadro más importante es la caótica herencia fiscal que, si bien no llegó a explotar, no se licuó porque se asistió a un bienio inactivo en la reducción del déficit total a nivel nacional, lo que empeora si se agregan los resultados del conjunto de las provincias y municipios”, indicó Melconian. Y agregó que “se observa que la pendiente de la curva desde 1960 comenzó a cambiar, pero no baja, con gastos totales récord que nadie quiere reducir y una presión tributaria que todos quieren que disminuya. Ese bache se cubre con emisión del Banco Central, como en el pasado, o con deuda, como ahora,y sólo con un poquito de emisión monetaria y de modo decreciente, como prevé el Presupuesto 2018 que fue presentado al Congreso”, planteó el economista.
La historia de casi sesenta años que Melconian mostró en un gráfico dominante revela que recurrentemente, cuando se hizo insostenible el nivel de gasto público, se redujo entre 4% y 5% del PBI, pero luego volvió a subir. Por eso, destacó el economista, “estamos en una cabalgata para achicar el déficit un punto del PBI, para pasar a nivel primario de 4,2% a 3,2% del PBI. Pero aun cumpliendo con el Presupuesto, se debe ir a buscar deuda en el mercado internacional para pagar los intereses, más el déficit primario, por unos 40.000 millones de dólares, a los que se les descuenta el financiamiento enorme con el inflation targeting del Banco Central, que son los $160.000 millones de asistencia al Tesoro, y el roll over de la deuda en pesos, porque cada vez que vence se renueva”. De ahí que queda para el ministro de Finanzas, Luis Caputo, “ir a buscar el año que viene financiamiento por unos 28.000 millones de dólares, de los cuales unos 20.000 millones los tiene que obtener en Wall Street, ya que el resto lo puede captar en el mercado local y con REPO”, completó.
Uno de los aspectos que inquietan al ex presidente del Banco Nación es lo que definió como la “inconsistencia con la política monetaria”. Al respecto señaló que “el Banco Central debe salir a comprar unos 15.000 millones de dólares porque parte del financiamiento externo es para pagar el déficit primario en pesos. Y ahí aparecen las Lebac, que es el instrumento que absorbe el excedente monetario, para poder cumplir con la meta de reducción de la inflación, con tasas que subieron a más de 27% anual”.
El desafío del Cubo Mágico
Si bien en las últimas semanas se conoció que un chico australiano de 14 años resolvió el cubo de Rubik en apenas 6,7 segundos, Melconian presentó el “cubo de seis caras de la economía que diseñó Rodolfo Santángelo”, en cada una de las cuales ubicó las variables clave que se deben ordenar: el déficit fiscal, el nivel de las tasas de interés, la reactivación de la economía, el nivel del tipo de cambio, la mejora del salario real y la inflación. “Es un verdadero calambre lo que hemos recibido en el Gobierno, que no explotó porque el maestro que lo hizo lo dejó ahí”, dijo Melconian, ahora consultor de empresas y que decidió mantenerse alejado de la prensa.Por eso consideró que “el esfuerzo que está haciendo el presidente Mauricio Macri es mayúsculo, porque quiere ordenar las variables sin que se afecten entre sí, con una agenda que reduzca en un punto del PBI el déficit fiscal y sea a la vez procompetitiva”.
El panorama de Miguel Bein
El economista que formó parte del equipo de asesores de la campaña presidencial del ex gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, coincidió en gran medida con la presentación de su par en el panel de apertura del seminario de Road Show y destacó que “en la profesión, una cuestión que preocupa a todos es que dos tercios del déficit fiscal se financian con colocación de deuda y un tercio con emisión monetaria del Banco Central”.
Por eso se preguntó: “¿Un sistema de metas de inflación se puede sostener con emisión de deuda? ¿Hasta cuándo? ¿Converge o no converge?”.
La buena noticia que transmitió Bein es que “la deuda se toma mayoritariamente en el mercado internacional a tasas bajas y, si bien se espera que la tasa de interés de corto plazo se ubicará en 2,8% anual en 2018, frente a 1,4%-1,75% anual actual, se ve una tendencia hacia una gradual normalización de la política monetaria porque seguirá habiendo plata para la Argentina”.
Sin embargo, alertó de que “la agenda interna” que describió Melconian tiene que comenzar a ejecutarse para que converja hacia un déficit fiscal y un endeudamiento menores, porque “en algún momento puede aparecer una crisis externa”.
De todas formas, el especialista destacó que “las tasas de interés en los Estados Unidos no van a subir rápido porque la tasa de inflación es aún baja, todavía no llegó a 2%; la política monetaria puede seguir siendo moderadamente expansiva”. Pero, además, hay otros motivos, indicó: el endeudamiento que tienen las familias estadounidenses y el Gobierno hace prácticamente inviable cualquier modificación muy fuerte de las tasas de interés. “En 1986, la deuda de los particulares era del 50% del PBI, en la crisis de Lehman en 2008 era de 100% del Producto y hoy está en 80 puntos del PBI, y con hipotecas, por lo que cualquier suba de la tasa los manda debajo del agua. Y además, en el caso de los gobiernos, en los últimos nueve años aparecieron déficits fiscales enormes, porque mientras se desplomaban los ingresos el gasto crecía muy fuerte, lo que llevó al crecimiento de la deuda”, explicó. “Nadie en el mundo soporta una tasa de interés muy alta en una economía que crece de manera muy modesta”, remató la idea.
Otro factor que Bein consideró que juega a favor de la Argentina es Brasil. “Venía de dos años de caída fuerte del Producto y este año ingresó en una zona de reactivación ‘sin Gobierno’; para el año que viene se espera una recuperación mayor del 0,7% de 2017, más de 2%, aunque no deja de ser una nación con problemas que no llega a solucionar. Es una economía que accede al crédito internacional, porque mientras la cuenta financiera acusa un rojo de 8% del PBI, con 6% de intereses, y con un déficit primario que no lograba bajar, ahora paga menos tasa, aunque la recesión afectó el resultado primario”.
Y en lo que respecta al comercio mundial, Bein dijo que “está exactamente en la mitad del dinamismo anterior a la crisis de Lehman, de los créditos subprime en 2008-2009: subía al doble del PBI mundial, un 6%, y ahora lo hace al mismo ritmo del 3% al 3,5% por año. Las exportaciones chinas crecían al 13% y ahora lo hacen al 5% y las importaciones europeas, al 2%. O sea, nada por el lado del comercio exterior puede traccionar a economías como la nuestra y, para peor, con tipo de cambio atrasado y problemas de costos y competitividad”.
En relación con la situación argentina, el economista mostró un gráfico que indica que desde 2011 el PBI creció en los años electorales y cayó en los siguientes. “El factor de crecimiento fue cuando el salario le ganó al dólar, y si no se tocan las tarifas la economía vuela, pero al otro año no se sostiene. El 2017 fue el primero en que la economía crece menos porque hubo alza de tarifas en el medio. Pero, probablemente, el año que viene, no electoral, pueda ser el primero que desde 2011 rompa esa dinámica”.
En ese punto Bein se preguntó: “¿De dónde vendrá el crecimiento de la economía si viene un ajuste fiscal, tres rondas de aumento de tarifas, un ahorro de 70.000 a 100.000 millones de pesos por el cambio de la fórmula de ajuste de la movilidad previsional, aumentan los impuestos internos al consumo y si se tratará de que se rompa la puja distributiva con el pedido de que los salarios se ajusten a la meta de inflación, 12% a 14%, aunque eso está por verse?”.
Su respuesta fue que “el crecimiento va a venir de la mano del crédito”. “Esa será la novedad de la economía argentina, porque si la situación fiscal está igual de mala que antes y el sector externo está peor, el único truco para hacer flotar y volar la actividad agregada será el crecimiento del crédito. ¿Cuál es el truco? Que el punto de partida es bajísimo, 12% del PBI, de los cuales 6,6% del PBI está en cabeza de las familias; las empresas toman sólo 4% del PBI. Son niveles anormales para una economía que pretende un comportamiento normal. El rol más activo lo mantendrá la franja hipotecaria, que representa 1% del PBI, lo que Brasil tenía hace diez años y hoy ya llegó a 8% del Producto”. Más aún porque, aseguró Bein, “el crédito externo va a seguir, y también para las empresas”.
Metas de inflación y déficit fiscal alto
Miguel Bein no eludió la situación de las finanzas públicas y, como también lo había planteado Carlos Melconian, alertó de que “el programa de metas de inflación con déficit fiscal alto que se financia en el exterior genera un sobrefinanciamiento con dólares, que son excedentes que presionan a la baja del tipo de cambio. Argentina es un país en el que la gente viene ahorrando en dólares hace seis décadas, lo que hace que se sostenga ese proceso. La formación bruta de activos externos para este año se estima en 30.000 millones de dólares; la cuenta de turismo será negativa en 8.000 millones; hay algunas industrias, como la automotriz, que demandan otros 8.000 millones de dólares; y la balanza energética es negativa. Por tanto, sobran dólares para financiar un déficit de la cuenta corriente que va a estar en 4% del PBI en 2017 y va a ser algo mayor en 2018. Ahí va a haber una espada de Damocles, porque el programa trabaja con una tasa de interés real muy alta y un tipo de cambio real que claramente les complica la vida a veinte provincias que viven y dependen de productos que deberían ser competitivos pero hoy no lo son”.