Así surge del índice Prisma, que también revela un cambio en la forma de consumo con tarjeta de crédito a través del plan Ahora 12. Ahora tienen más peso las operaciones a 3 y 6 cuotas sin interés.
Las tarjetas de débito presentaron el mayor crecimiento en el universo de pagos en el último año. En el segundo trimestre de 2021, el 45,6% de las transacciones se realizó con este medio de pago, cuando un año atrás llegaba a 41,7%. En cambio, la tarjeta de crédito cayó en el volumen total. De representar casi 54% hace un año, pasó al 51,3%. Así surge del índice Prisma que se conoció en las últimas horas, donde también surge que el uso de tarjetas prepagas representa el 3%, con la tarjeta Alimentar como principal traccionador.
¿Por qué cae la participación sobre el total de las tarjetas de crédito? Si bien el informe no lo explicita, uno de los motivos sería la resistencia de los bancos a aumentar el límite de consumo a los clientes. El aumento de la morosidad pero sobre todo la menor rentabilidad del negocio de financiación estarían detrás de este fenómeno.
Por otra parte, en relación al uso de la tarjeta de débito surge que hay mucho camino por recorrer. Sólo el 48% del volumen que se mueve está vinculado con compras. El resto es retiro de efectivo en cajero automático (48% del total) o en locales como farmacias o estaciones de servicio (algo más de 3%). Allí queda, por lo tanto, una enorme tarea por delante en materia de educación financiera para reducir la extracción de “cash” y utilizar más el débito a la hora de efectuar compras en comercios.
“Hay un crecimiento interanual importante en el uso de tarjetas dado que se compara contra el comienzo de la pandemia. Las tarjetas de débito crecen un 50,5% en un año, mientras que en el caso de las tarjetas de crédito el incremento fue de 33,9%”.
En relación al uso de los planes Ahora 12, el dato más importante es que ganan relevancia los que financian cuotas más cortas, 3 y 6. En el primer caso pasó del 10,6% al 18% del total y en el segundo del 10,6% a 25,8. Esto tiene que ver con una vuelta a cierta normalidad en el consumo, más relacionado con indumentaria y esparcimiento, cayendo los plazos más largos que se utilizan típicamente para la compra de electrodomésticos.
