Consideró que “Argentina tiene las cartas para renegociar su deuda en buenas condiciones” y manifestó su “plena confianza” en que el Gobierno pueda lograr ese objetivo.
El ex titular del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Khan consideró que “Argentina tiene las cartas para renegociar su deuda en buenas condiciones” y manifestó su “plena confianza” en que el Gobierno pueda lograr ese objetivo.
“Me parece que Argentina tiene en sus manos las cartas que deberían permitirle renegociar su deuda en buenas condiciones. Tengo plena confianza en las autoridades del país para que puedan lograrlo”, dijo Strauss-Kahn en una entrevista con el diario Perfil.
En ese marco, aconsejó al gobierno argentino “que sea completamente transparente” ya que “la desconfianza (de ambos lados) nubló en gran medida las relaciones entre Argentina y el FMI en el pasado”.
“Es normal que el país negocie paso a paso con el FMI, pero teniendo en cuenta que la institución está allí para ayudar, no para castigar, como se creyó con demasiada frecuencia en Argentina. El FMI es un médico. Lo llaman porque uno está enfermo, pero no interfiere con su negocio”, sostuvo.
Señaló que “las pociones que da pueden ser amargas, como la mayoría de los tratamientos. A veces pueden parecer muy violentas, pero es porque el paciente está muy enfermo. Para tener éxito, ambas partes deben conocerse bien: el FMI debe conocer bien la realidad de la Argentina, y la Argentina debe saber cómo funciona el FMI“.
Acerca de la crisis por el coronavirus, el ex titular del Fondo dijo que “el ingreso de una parte de la población se está desvaneciendo, el consumo considerado no esencial se pospone, pues se hace imposible por el confinamiento”.
Consultado sobre si la emisión que los bancos centrales de todo el mundo están haciendo podría generar inflación, Strauss-Khan dijo que “el riesgo existe. Pero, por un lado, es moderado, y por otro, un poco de inflación no nos hará daño“.
“Esto debe decirse con precaución al hablar de la situación argentina. Una pequeña inflación es una inflación del 2% o 3%, no una inflación de dos dígitos. Finalmente, en cualquier situación hay que elegir el mal menor”, aclaró.
Sostuvo que “hoy, el mayor riesgo, más allá del riesgo para la salud, es ver colapsar parte de nuestro aparato productivo. Frente a eso, el riesgo inflacionario a nivel global es un mal menor”.