“Nuestro país sigue siendo un mercado solvente y de gran capacidad para los productos argentinos”, manifestó en una carta rl embajador de la Federación Rusa en Argentina, Dmitri Feoktístov.
El embajador de la Federación Rusa en Argentina, Dmitri Feoktístov, invitó al país sudamericano a estrechar la colaboración económica y comercial con Moscú, pese a las sanciones impuestas, al cumplirse 137 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
“Rusia y Argentina pueden construir un modelo de cooperación económica y comercial, en el marco de la cual se complementarían de manera natural, intercambiando bienes y conocimientos necesarios para sus economías”, afirmó el diplomático en una carta dada a conocer este 24 de octubre, consignó la agencia de noticias Sputnik.
En el texto, remitido a las autoridades del país sudamericano, el embajador recordó que el 22 de octubre se cumplió un nuevo aniversario del inicio del vínculo diplomático entre Rusia y Argentina. Un aspecto relevante de esas relaciones, que se enmarcan dentro de una asociación estratégica integral, es el intercambio comercial y económico, señaló Feoktístov.
“Nuestro país sigue siendo un mercado solvente y de gran capacidad para los productos argentinos”, manifestó.
La balanza comercial entre Argentina y Rusia en 2021 llegó a los 1.300 millones de dólares, pero “hoy en día persiste cierta incertidumbre en este ámbito debido a los intentos de los Estados Unidos y la UE (Unión Europea) de aislar a Rusia de sus socios externos”, reconoció el diplomático.
“La presión sobre nuestro país no tiene precedentes; las empresas industriales más grandes y sectores enteros de la economía nacional fueron sancionados”, al tiempo que “a los principales bancos se les impidió operar con el dólar y el euro” y “se congeló una cantidad considerable de las reservas rusas de oro y divisas”, detalló.
La salida de empresas occidentales en Rusia les generó pérdidas por 60.000 millones de dólares, a lo que se suma una crisis energética que las obligó a recurrir al carbón y al petróleo y a abandonar sus objetivos de lograr la neutralidad del carbono.
“Las sanciones dañan también a otros países: han hecho subir los precios de los productos básicos, como petróleo, gas, alimentos, fertilizantes, y se ha disparado la inflación general, que hoy se puede observar en casi todo el mundo”, analizó Feoktístov.
Este tipo de castigos “socavan además la credibilidad del dólar y el euro”, sostuvo.
“Como resultado, la crisis actual llevará a la formación de un nuevo orden financiero mundial basado no en el dinero fiduciario, sino en monedas de mercancías, en la economía de valores y activos reales”, profundizó.
En ese sentido, Estados Unidos y la UE “están destruyendo los cimientos sobre los cuales construyeron su dominio global, demostrando que los servicios del capital occidental conlleven riesgos significativos”.
En paralelo, “se prohibió la exportación a Rusia de varios tipos de maquinaria, así como bienes de consumo”, mientras que “suministros de productos rusos siguen siendo objeto de restricciones, incluyendo prohibiciones directas y aranceles bloqueadores, hasta las iniciativas para establecer un precio máximo para el petróleo y el gas”.
Con el cierre de sus puertos marítimos, el espacio aéreo y con la interrupción de las comunicaciones terrestres, “Occidente intentó acorralar a Rusia a una situación del bloqueo del transporte”, consideró el diplomático.
Esta situación provocó que varios “países amigos, por miedo a las llamadas sanciones ‘secundarias’, prefirieran reducir o suspender muchos proyectos conjuntos con los socios rusos”, resaltó Feoktístov.
Pese a estas dificultades, Rusia logró mantener la estabilidad de las instituciones financieras y la fortaleza del rublo después de que se hundiera en febrero.
El país también consiguió que se desacelerase la inflación, después de alcanzar un pico en mayo, y reorientó sus exportaciones a nuevos mercados y sustituye las importaciones occidentales por suministros de otros países o con el aumento de su propia producción.
“Los intercambios tecnológicos son posibles incluso más allá de EEUU y la UE; mientras tanto, la base que fundamos en las últimas décadas nos permite esperar que las industrias clave de alta tecnología de la economía nacional sean autosuficientes”, señaló el embajador.
Rusia y Argentina
En este contexto, Feoktístov destacó la experiencia de su país en implementar proyectos de gran envergadura en las áreas de infraestructura, energía, ingeniería, espacio, salud y digitalización.
Como hiciera con la vacuna Sputnik V contra el COVID-19 al entregar a Argentina la tecnología que necesitaba para producir el fármaco, el embajador aseguró que su país está dispuesto a compartir su conocimiento en otras áreas.
“Durante los años anteriores, se sentaron las bases para la realización conjunta de muchos proyectos importantes; hoy es imperioso no perder los logros anteriores y decidir cómo continuar sin problemas para llevar a cabo estos planes en interés de los pueblos de nuestros países”, finalizó.
A finales de julio, el embajador ruso advirtió que las sanciones contra su país contribuyen a agravar la crisis internacional derivada del aumento de los precios de los alimentos.
Las relaciones diplomáticas entre Argentina y Rusia tienen el carácter de asociación estratégica integral en base a la declaración conjunta que suscribieron en 2015 en Moscú la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y Vladímir Putin.