¿Mayor devaluación, más impuestos, alza de retenciones, reestructuración de deuda o todas? Cuáles son las alternativas que tendría una eventual Presidencia del candidato del Frente de Todos.
El próximo Gobierno deberá alcanzar un superávit primario de 2,5% del PBI para poder hacer frente a la carga de intereses de los bonos en manos del sector privado. Para ello deberá decidir entre el menor de los siguientes males: recortar gastos, licuar gastos, aumentar impuestos, o negociar con los acreedores una baja de la carga de los servicios de la deuda, de modo que el superávit primario necesario para el pago de los intereses sea menor, enumeró un informe de Delphos Investment.
“O una mezcla de todos. Claramente la visión política va a incidir en la toma de decisiones, ya que las medidas implican tocar intereses de distintos sectores, tanto locales como extranjeros”, indicó la consultora.
Delphos detalló:
-El superávit primario mencionado sería el necesario para la cancelación de los intereses. El necesario para que la deuda sea sostenible depende también de variables como la tasa de crecimiento de la economía, la tasa de financiamiento del Tesoro, el tipo de cambio real, y también la deuda con, cuanto menos, los organismos multilaterales y bilaterales de crédito.
-Una devaluación adicional podría tener una repercusión positiva sobre el rubro retenciones dentro de la recaudación, pero impactaría adversamente en la sostenibilidad de la deuda. La decisión política de subir más las retenciones no parece sencilla con el antecedente de la resolución 125. Un desdoblamiento cambiario podría ser una salida alternativa. La creatividad podría no tener fin. Sin embargo, la ponderación de las retenciones sobre el total de la recaudación parece indicar que la nueva administración podría tener espacio en este campo.
-Los acreedores externos quieren seguir cobrando. Los acreedores locales (o bajo ley argentina) ya fueron perjudicados. La administración de Fernández deberá trabajar en lograr un delicado equilibrio que le permita reinsertar a la Argentina al mercado de deuda global, pero también resucitar al golpeado mercado de capitales local.
-Si las incongruencias y contradicciones vividas en Venezuela luego del tercera reelección de Chávez sirven de guía, se podría esperar un período de estabilidad de precios de los bonos luego de haber tocado paridades del 35%. La zona de US$ 50 parece ser un techo en base a la experiencia mencionada.
-Se abre un período de “trading” que será principalmente alentado por las especulaciones que se hagan sobre la política económica de la futura administración.