Comercio, transporte y gastronomía lideran los cerca de 20.000 cierres que se produjeron por la crisis. Entre 2018 y 2019 habían cerrado otras 18.000
En la primera mitad del año, tanto el consumo como la inversión mostraron algunas señales de reactivación. El primero, alentado por la recuperación de parte de los puestos de trabajo perdidos en 2020, y la segunda por la obra pública y el impulso privado a la construcción. A pesar de estas mejoras, la cantidad de empresas, una variable clave para pensar no sólo en el crecimiento actual, sino también en el futuro, no está logrando seguirle el paso.
Un informe de Ecolatina arrojó que durante el año pasado más de 20.000 empresas cerraron sus puertas, según los números de AFIP. De esta forma, la plaza total se redujo 4,2% y volvió a los niveles de 2008.
En los últimos años, se observaron tres etapas bien diferenciadas en esta variable: entre 2003 y 2011, la cantidad de empresas del sector privado formal saltó 60%, ayudada principalmente por una economía pujante. Entre 2012 y 2018, el estancamiento del PBI tuvo en su correlato en la cantidad de firmas, que permaneció invariante. Finalmente, entre 2018 y 2019 cerraron cerca de 18.000 empresas netas (-3,9%).
En los datos oficiales sobresale que 3 de cada 4 empresas argentinas se desempeñan en servicios. Aunque a nivel agregado no hay diferencias significativas en el tamaño en relación con el otro sector de la economía, las productoras de bienes, sí hay algunas disparidades al analizar rubro por rubro. Por caso, las empresas dedicadas a la explotación de minas y canteras, al suministro de electricidad y gas y a la enseñanza tienen en promedio más de 75 trabajadores, mientras que, en el otro extremo, las empresas agropecuarias, comerciales y de servicios profesionales y personales cuentan con menos de 10 empleados formales por razón social.
En relación a la evolución del número de firmas, en marzo, casi un año después del piso del nivel de actividad, las empresas netas no volvieron a crecer de manera significativa; por el contrario, su número sigue estancado en torno a 520.000. De esta forma, el saldo de la pandemia está siendo la pérdida de aproximadamente 20 mil unidades productivas (-4%), junto con la destrucción de 100 mil puestos formales de trabajo (-1,6%). El segmento más afectado son las proveedoras de servicios: el 95% de las firmas que cerraron pertenecían a este rubro, representando una caída de 5%. Más de la mitad de los cierres se concentró en empresas de comercio (-4,1%), transporte (-8,1%) y gastronomía y hotelería (-13,8%), casualmente, los rubros más golpeados por las restricciones. Por su parte, las empresas productoras de bienes se redujeron “solo” en 0,8%, mostrando una pérdida neta de 700 firmas.
Al igual que en el análisis sectorial, también hubo desempeños dispares en el impacto de la pandemia al comparar según tamaño de empresa. Mientras que las firmas de hasta 25 empleados formales se redujeron en un 4,2% -lo que implicó una caída de casi 4% del empleo en este segmento-, las razones sociales de más de 500 empleados apenas cayeron 0,4% i.a., marcando un avance de 0,7% en la nómina de trabajadores. Esto marca una relación directa entre la performance durante los últimos meses y el tamaño de las firmas, evidenciando que las PyMEs fueron las que peor parte se llevaron.