Plan Argentina Irrigada demandará una inversión de US$ 2.000 millones y generará 80.000 empleos

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La inversión beneficiará a 50.717 productores y productoras de manera directa y estima la creación de 80.808 empleos en diferentes regiones de Argentina.

El Plan Argentina Irrigada contempla la incorporación de 1,9 millones de hectáreas bajo el nuevo esquema, con una inversión pública de US$ 2.066,7 millones para riego tecnificado y la creación de más de 80.000 empleos en diferentes regiones del país.

“El objetivo es incorporar “1,9 millones de hectáreas a la superficie irrigada, una inversión pública de US$ 2.066,7 millones para riego tecnificado que representarán 95 proyectos de infraestructura hídrica en 20 provincias”, informaron en el Ministerio de Economía.

En este sentido, la inversión beneficiará a “50.717 productores y productoras de manera directa”, al tiempo que se estima la creación de “80.808 empleos en diferentes regiones de Argentina”, consignó Telam.

La presentación del plan se llevó a cabo este mediodía en el Centro Cultural Kirchner en un acto encabezado por el presidente Alberto Fernández, junto al ministro de Economía, Sergio Massa; el secretario de Planificación de Desarrollo y la Competitividad Federal, Jorge Neme; gobernadores y funcionarios provinciales y nacionales.

Los proyectos son financiados con fondos locales, que se completan con otros provenientes de bancos multilaterales de crédito.

Entre los organismos que participan del proyecto se encuentran el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), y el Fondo Saudí para el Desarrollo, según señalaron en el Palacio de Hacienda.

De hecho, ya se aprobó un financiamiento de US$ 394 millones para 33 proyectos de riego tecnificado, de las cuales 16 se están ejecutando en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta y San Juan.

Por otro lado, 17 proyectos están aún en etapa de formulación para llevarlos adelante en el resto de las provincias incluidas en el proyecto.

La posibilidad de aumentar la superficie irrigada producirá un impacto positivo sobre la producción, la creación de empleo a nivel federal, arraigo y mejores condiciones para el desarrollo de zonas rurales y un nuevo escenario para adaptarse al cambio climático, evitando las secuelas de las sequías.

Las obras de riego identificadas se llevan adelante en conjunto con las provincias promoviendo agendas de inversión público privadas en las diferentes regiones del país.

“El Valor Bruto de Producción (VBP) de las cadenas involucradas tendrá un impacto global de US$ 4.413,6 millones, a la vez que la inversión privada traccionada por los proyectos será de USD 3.232,3 millones”, informaron voceros de Economía.

Neme destacó a la prensa que el Plan Argentina Irrigada “permitirá el desarrollo de nuestro potencial productivo, incorporando 1,9 millones de hectáreas a la superficie irrigada, que hoy cuenta con 2,1 millones bajo riego tecnificado, lo que nos va a dejar en 3,9 millones. Esto significa un incremento del 90%”.

“Con este plan estamos generando una política de estado estratégica y con carácter netamente federal; es una respuesta a largo plazo para combatir las consecuencias del cambio climático y prevenir los efectos negativos de la sequía”, añadió el secretario de Planificación de Desarrollo y la Competitividad Federal.

Al respecto, recordó que “desde el año 2002 Argentina avanzó con obras de modernización de los sistemas de riego que prácticamente fueron paralizadas en el año 2015”.

“También es un llamado a las provincias y al sector privado para trabajar en conjunto y revertir el desaliento al que se sometió a los sectores productivos argentinos durante la presidencia de Mauricio Macri, etapa donde se perdió competitividad, valor y nuestros productos disminuyeron su participación en el mercado mundial”, explicó.

Impulsar el riego sostenible a través de un plan estratégico y federal es un “paso fundamental para que lleguemos a nuestro máximo potencial, que la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) proyectó en el año en 6,2 millones de hectáreas, lo que llevaría la superficie irrigada de la Argentina a 8,3 millones”.

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