La entidad justificó la decisión en que a partir de la tercera semana de agosto, tras el pico de ajuste de precios, se registró una desaceleración del ritmo de aumentos.
A pesar del pico de inflación de agosto, que llegó al 12,4%, el Banco Central decidió no modificar las tasas de interés.
En el mercado había expectativa por un posible incremento, para mantener rendimientos positivos a los ahorristas, pero no fue así.
De esta forma, la tasa de política monetaria llegó a 118%, equivalente a 209% efectivo anual.
En un comunicado, la entidad explicó que la suba de la inflación fue impulsada “por el traslado a precios de la mayor volatilidad financiera registrada en la segunda mitad del mes y la recalibración del nivel del tipo de cambio oficial”.
A pesar de ello, el Central aseguró que “indicadores de alta frecuencia reflejan una desaceleración del ritmo de incremento del nivel general de precios desde el pico de la tercera semana de agosto, que se habría profundizado en lo que va de septiembre”.
Por lo tanto, se optó por no modificar la tasa de política monetaria.
“La política de tasa de interés del Banco Central -agregó- busca propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local, con el fin de preservar la estabilidad monetaria y cambiaria”.
En el último párrafo se sostiene que el BCRA continuará monitoreando la evolución del nivel general de precios, la dinámica del mercado de cambios y de los agregados monetarios a los efectos de calibrar su política de tasas de interés y de gestión de la liquidez.