La calificadora de riesgo publicó en un informe que indicó que el peso argentino fue una de las monedas más efectadas. Y que el país experimentó el mayor aumento de spread en sus bonos soberanos.
Las consecuencias de la corrección del tipo de cambio y de los precios de los activos de Turquía (Ba3 negativa) acentúan nuevamente las vulnerabilidades externas y la susceptibilidad frente a un aumento del costo de la deuda de algunos países con mercados emergentes y de frontera, tras períodos de volatilidad de los mercados financieros este año, mencionó esta tarde Moddy’s en un informe.
Moody’s analizó la situación de los países que han sido más afectados por un endurecimiento en las condiciones de financiación. Se basa en análisis anteriores de la calificadora de países en los que —además de Turquía— las vulnerabilidades a un deterioro brusco y sostenido de las condiciones financieras son mayores.
En lo que va del año, las monedas de Argentina (B2 estable), Rusia (Ba1 positiva), Brasil (Ba2 estable) y Sudáfrica (Baa3 estable) han registrado la mayor depreciación frente al dólar estadounidense.
Además, Zambia (Caa1 estable), Argentina, Ecuador (B3 estable), Gabón (Caa1 estable) y Senegal (Ba3 estable) han experimentado el mayor aumento en el spread de tasas de los bonos soberanos.
“Los desequilibrios macroeconómicos subyacentes de Argentina -incluidos los grandes déficits fiscal y de cuenta corriente, en parte financiados por los flujos de deuda y la inflación persistentemente alta- exacerban los riesgos para el soberano en el contexto de la fuerte caída de la moneda local frente al dólar”, mencionó Moody’s.
Y destacó que la alta proporción de la deuda pública en moneda extranjera, entre otros puntos, e sun signo adicional de la vulnerabilidad externa de Argentina.
“En cuanto a la exposición del soberano al endurecimiento de las condiciones de financiamiento interno, las primas de riesgo de Argentina aumentaron más (400 puntos básicos) que cualquier otro país, pero el tenor de deuda a largo plazo promedio del gobierno (9,7 años) proporciona un amortiguador sustancial frente a mayores costos de financiamiento”, aclaró.
Entre los mercados emergentes, la desaceleración de los flujos de capital en lo que va de 2018 ha sido tan pronunciada y más prolongada que a mediados de 2013, cuando la Reserva Federal de los Estados Unidos comunicó por primera vez su intención de reducir la flexibilización cuantitativa.