Millonaria deuda y peligro de default, la otra cara de la decisión de YPF de vender su emblemática torre

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En marzo vencen U$S 420 millones de un bono que quedó sin refinanciar el año pasado. La petrolera además tiene limitaciones para acceder al mercado cambiario.

Si hay un peor momento para salir a vender una torre de oficinas es éste. No sólo los activos financieros locales están totalmente depreciados, sino que además la oferta de metros cuadrados es enorme como consecuencia de la pandemia. Pero nada de esto le importó a la cúpula de YPF, que igual decidió ponerle un cartel de venta a la emblemática torre de Puerto Madero, expropiada a Repsol en 2012. La decisión causó sorpresa en el mercado, pero a su vez coincide con serias urgencias financieras que presenta la petrolera de mayoría estatal. ¿Estarán conectadas ambas cuestiones?

El 21 de marzo vence un bono internacional de YPF, por un total de USD 420 millones. En realidad, es un remanente de un título por USD 1.000 millones que la compañía refinanció a mediados del año pasado, pero consiguió poco menos del 60% de aceptación por estirar los plazos hasta el 2025 y un “endulzante”, que consistió en un pago en efectivo. Pero una parte de esa deuda quedó sin refinanciar y ahora debe ser afrontada.

Lo insólito del caso es que la compañía cerró el acuerdo con los acreedores apenas dos semanas antes de la decisión del Banco Central de imponer nuevas reglas para las compañías que precisaran refinanciar sus deudas en moneda extranjera. La entidad que preside Miguel Pesce decidió permitirle el acceso al mercado oficial a las empresas y bancos que consigan refinanciar el 60% de sus deudas. Por el 40% restante conservan el permiso de acceder al mercado oficial de cambios.

Esta medida le venía como “anillo al dedo” a la petrolera: habiendo refinanciado casi el 60%, por ese 40% restante podría haber accedido al mercado oficial y cancelar la deuda con un ahorro millonario. Pero no pudo ser. A partir de ese momento se abrió una negociación entre la compañía que preside Sergio Affronti con Miguel Pesce para que se la incluya en este esquema. Sin embargo, en el directorio del BCRA nadie quiso poner el “gancho”.

Ahora, la salida que le queda a YPF es refinanciar es un 60% de la deuda remanente, es decir alrededor de USD 250 millones. Esto habilitaría a la compañía a acceder a USD 170 millones restantes al tipo de cambio oficial para terminar de afrontar el pago. Pero el panorama no es alentador. Los inversores que hace seis meses no aceptaron  refinanciar y ahora tampoco están dispuestos a hacerlo. Los sondeos realizados por bancos de inversión así lo certificaron en las últimas semanas.

No es fácil la salida para la compañía. Sólo tendría acceso al mercado oficial para pagar U$S 170 millones, pero deberá conseguir los restantes USD 250 millones para no entrar en default. Por supuesto que primero se hará el intento para refinanciar al menos una porción.

Otra alternativa es pagar a través del Contado con Liquidación, pero eso le quitaría luego la posibilidad de acceder al mercado oficial de cambios por ejemplo para importaciones. Esto se explica por la maraña de regulaciones impuestas por el Central para perfeccionar el cepo cambiario, pero que en la práctica traban hasta lo inimaginable la operatoria de las empresas. Acceder al Contado con Liqui implicaría comprar divisas un 80% más caras que en el mercado oficial, por lo que el balance sufriría un verdadero estrago.

¿Hay alguna relación entre la venta de la torre de Puerto Madero y la necesidad de conseguir efectivo para evitar un default? En la empresa juran que no e incluso aluden a que el propio CEO, Guillermo Nielsen, había encarado una operación que no llegó a buen puerto a principios del año pasado. Se trataba de un “sale and lease back”, o sea una venta con opción a alquiler, que se estuvo negociando con un fondo de inversión norteamericano. Pero la pandemia hizo volver todo a fojas cero.

Un rumor que circuló ayer entre desarrolladores inmobiliarios consignaba que un posible comprador de la torre sería la ANSES, así el propio Estado le brindaría a la empresa la liquidez que precisa para hacer frente a sus próximos vencimientos de deuda.

Aunque parece una idea descabellada, existe un antecedente cercano que daría cierta validez al rumor. En noviembre YPF le vendió una torre por USD 30 millones a AYSA. Claro que la compañía que ahora preside Malena Galmarini ya venía alquilándolo hace años, por lo que la operación tenía su lógica.

Parece extremadamente difícil, por otra parte, que aparezca en este momento de la Argentina un comprador interesado en quedarse con un inmueble tan grande en un momento de crisis, con salida de compañías de la Argentina y en medio de una pandemia. Salvo que se trate de una verdadera ganga.

 

 

 

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