Para el ex ministro, una “precoparticipación” de los fondos jubilatorios evitaría ajustes que no pueden sostenerse. “Si queremos ser generosos, que salga de la plata de todos”.
El ex ministro de Economía y precandidato a Senador nacional, Martín Lousteau, propuso modificar el sistema de jubilaciones y pensiones, una de las reformas estructurales pendientes según todas las opiniones recogidas por Road Show durante el “7° Latam Economic Forum”, organizado por Research for Traders y la consultora FinGuru en el hotel Alvear.
En relación con el esquema actual, Lousteau consideró que “la Argentina construyó un sistema muy generoso y amplio en su cobertura. Ahora hay que discutir cuán redistributivo va a ser y cómo lo vamos a financiar. Entre otras cosas, eso requiere calibrar la rentabilidad que le damos a una jubilación en el sistema de reparto de manera que sea compatible con el crecimiento del PBI.”
En ese sentido, propuso: “Estoy convencido de que no hay ‘jubilados nacionales’. Los jubilados viven en algún lugar. Si queremos ser generosos, que salga de la plata de todos. Precoparticipemos el sistema previsional antes de repartir la plata a las provincias, porque entonces nadie se va a poner populista con reformas que no son sostenibles en el tiempo. En segundo lugar, hay que calibrar el retorno que le damos a quien hace aporte y de hecho démosle premios si la Argentina crece más de lo previsto.”
En su disertación, el precandidato analizó la historia económica en la búsqueda de explicaciones para las causas de deterioro actual: “Los cambios violentos de dirección en la política económica impactan muy directamente. Por cada año de crecimiento que disfrutamos tenemos también un año de recesión. Y el que siempre sale perjudicado es el que menos tiene. Cada episodio de crisis representa un salto en la desigualdad y genera heridas importantes”.
Lousteau ironizó sobre diversos eslóganes utilizados a lo largo de la historia económica argentina, incluyendo uno referido al actual gobierno: “Cada vez que escucho Argentina Potencia, ingresar al primer mundo, estamos condenados al éxito o tenemos el mejor equipo de los últimos 50 años, pienso que estamos complicados”.
Para el ex ministro de Economía, “el déficit dispara las crisis pero la Argentina tiene déficit aunque le demos más plata al Estado. Hoy, el Estado recibe tres veces más dinero que 25 años atrás, ajustado por inflación. Y no sólo no nos da tres veces más en bienes y servicios, sino que además sigue teniendo déficit.”
Vinculó ese abordaje de la cuestión fiscal con las dificultades de las empresas argentinas para competir en el mundo: “En la Argentina, siempre se compite devaluando. Cada vez se necesita un tipo de cambio más alto para mantener un estado que cada vez es más caro en relación con otros estados del mundo. Cuando le pedimos a los empresarios que se pongan los pantalones largos y compitan, ellos bien podrían responder que cargan en su espalda con el estado. Y podrían preguntar si el estado argentino está dispuesto a competir con el de Noruega, Corea o Chile. Por lo tanto, si no incrementamos la productividad estatal, es absolutamente imposible crecer.”
Según explicó, la hiperinflación, el default del 2001 y la insoportable carga tributaria actual “son tres versiones de la misma crisis, que es la mala administración del estado y la pérdida de productividad”. ¿Cómo salir de este camino? Para Lousteau, hay que discutir la forma en que el estado reorienta sus prioridades: “Hay que discutir que cosas van a ser prioritarias, lo que implica discutir qué cosas no van a serlo. Y hay que ver quiénes y cuando pueden ceder. Algunos podemos tener tiempo y paciencia y otros ya no la tienen. Y eso lo tiene que hacer la política. Y no es posible hacerlo desde la grieta. No se puede contra el otro. No hay país que prospere con un 30% contra otro 30% de la población”.
“La tarea del mercado no es la construcción de la comunidad, eso lo hace el estado. Pero no se puede generar prosperidad en contra del mercado. Si el estado es el 40% del PBI y lo manejamos mal, destrozamos todo. Y los que somos de centroizquierda tenemos que tener una vocación de aumentar la productividad del estado mayor que los que son de centroderecha”, opinó.
