Nación, Provincia y Ciudad lideraron ampliamente el boom de créditos hipotecarios del 2017. También dieron la nota con productos novedosos como préstamos ajustables con UVA para motos o personales. En esta entrevista cuentan hasta dónde llega la coordinación de políticas, cómo trabajan en la inserción financiera del público no bancarizado y la relación con los bancos privados. Además, adelantan que en 2018 se acelerará la expansión crediticia. Por Pablo Wende
Por primera vez desde el retorno de la democracia, los tres principales bancos públicos de la Argentina pasaron a estar controlados por el mismo color político. Y el Gobierno de Mauricio Macri decidió sacar ventaja de esta situación inédita para darle un fuerte impulso a dos variables claves: la expansión del crédito y la inserción financiera de amplios sectores de la sociedad que nunca tuvieron acceso a servicios bancarios.
En una producción exclusiva, Road Show reunió a Javier González Fraga (Nación), Juan Curutchet (Provincia) y Javier Ortiz Batalla (Ciudad), los presidentes de los bancos públicos más fuertes de la Argentina para hablar sobre los pasos que se dieron hasta ahora pero sobre todo cuál es la proyección para los próximos años. No fue difícil coordinar agendas para el encuentro: de entrada manifestaron el interés por hablar juntos y participar en la nota.
El lugar elegido fue el despacho de González Fraga en el primer piso, con vista a la Casa Rosada. Y la sesión de fotos tuvo lugar en las escaleras de mármol que recorren el edificio de la institución, ante la sorpresiva mirada de empleados de la entidad, testigos involuntarios del momento. Se los nota distendidos y al mismo tiempo felices tras el resultado obtenido por el Gobierno en las elecciones primarias y las buenas perspectivas para las legislativas.
González Fraga abre el fuego: “Cada banco es cada banco. No obstante los tres dependemos del ministerio de Finanzas, tenemos reuniones mensuales de temas comunes, por ejemplo en lo relacionado con los créditos hipotecarios. Al ser banca pública tenemos objetivos distintos a los privados y eso obliga a cierta coordinación”.
Desde el principio aclaran que no quieren restarle protagonismo a los bancos privados, pero que sí quieren competir: “Es un momento en donde tanto la banca pública como la privada están teniendo mucho protagonismo. En créditos hipotecarios que ajustan por UVA, por ejemplo, nosotros tres tomamos la delantera, pero los privados también se han sumado masivamente. Y en créditos a empresas y a individuos también están fuerte los privados, no es que somos los únicos que nos pusimos a prestar”, explica Ortiz Batalla.
Los bancos públicos fueron pioneros en los créditos hipotecarios con ajuste UVA, el gran boom del 2017. La iniciativa de dar crédito ajustado por inflación, que propuso el Central a mediados del año pasado, tardó algunos meses en arrancar pero este fue el año del gran despegue. Además, fueron los primeros en prestar a 30 años, reduciendo notoriamente la cuota mensual y equiparándola al valor de un alquiler.
No todos son hipotecarios
Pero también se destacaron en otras líneas. Por ejemplo el Provincia consiguió un enorme impacto al lanzar la línea “UVA Motos”, que luego se extendió a vehículos. La demanda explotó desde el primer día. Luego fue el Banco Ciudad quien salió con Préstamos Personales UVA, reduciendo drásticamente la cuota mensual en el inicio: por cada 100.000 la gente paga 1.900 pesos mensuales, cuando en un préstamo tradicional debe pagar cerca de 5.000. Incluso muchos clientes pueden utilizar esta línea para precancelar otros préstamos personales dentro del mismo banco o en terceras entidades.
Juan Curutchet explica por qué los bancos públicos arrancaron primero: “Yo encuentro natural que quienes estamos consustanciados con la gestión de gobierno hayamos tenido una convicción temprana sobre la bondad del plan económico, y salimos a la cancha antes de que se fuera la última nube del horizonte”. Y agrega que “en hipotecarios, en préstamos UVA, cada uno con sus matices, nos preparamos temprano el año pasado porque estábamos seguros de que la convicción de que la economía iba a mejorar y que el mercado iba a aceptar estos productos’.
Desde el arranque de la gestión de Cambiemos fue Luis “Toto Caputo” quien tomó la “manija” para darle más peso a los bancos públicos. Primero como secretario de Finanzas y a partir de este año como ministro. Una de las primeras iniciativas el año pasado, en medio de la caída de la recesión provocada por la elevada inflación y la devaluación, fueron los planes de 50 cuotas para compras con tarjetas. Se trató de un primer intento para impulsar el consumo y al mismo tiempo un primer indicio de las acciones coordinadas.
La rentabilidad es uno de los temas más delicados. En la década de 1990 una buena parte de la banca pública terminó en mano de privados ante graves problemas de liquidez y capitalización, consecuencia de años con millonarias pérdidas. Mantener niveles de rentabilidad adecuados y al mismo tiempo incursionar en líneas de largo plazo, llegando a población desatendida por la banca privada no deja de ser un desafío relevante.
“Desde hace décadas –señala González Fraga- que los argentinos sabemos en el sector financiero que los procesos de caída de la tasa de inflación y de las tasas interés, castigan la rentabilidad bancaria porque tarda en compensar el tamaño la caída del spread. Pero ése es un juego en el cual estamos todos metidos y muy conscientes de esto, actuando tanto sobre los costos como sobre el volumen para compensar la inevitable caída de las tasas en términos reales”.
Ortiz Batalla agrega que “nosotros tenemos claro que nuestro objetivo es ser banca de desarrollo y banca comercial. Para ser sostenibles en el tiempo tenemos que tener rentabilidad, de lo contrario es imposible mantenerlo en el tiempo. En el Ciudad claramente lo estamos logrando, consiguiendo incluso un leve aumento de la rentabilidad en relación al año pasado y prestando cada vez más”.
Curutchet destaca el cambio que se produjo en el Provincia, luego de los años de gobierno kirchnerista: “El gran cambio de gestión en la etapa que ahora encabeza María Eugenia Vidal es que la provincia ya no le pide más fondos al banco. Hoy tenemos un banco que el 70% del fondeo es del sector privado, más la porción que aporta el sector público, pero que mayoritariamente le presta a las familias y a las empresas”.
El aumento exponencial de los préstamos hipotecarios se explica en buena medida por la actuación de los bancos públicos. El sistema pasó de otorgar $ 1.000 ó $ 2.000 millones mensuales a $ 8.000 millones, una cifra que ni los más optimistas esperaban. La delantera absoluta es del Nación, que representa más del 40% del total, seguido por el Provincia (19%) y Ciudad (10%). Esto significa que prácticamente el 70% de los nuevos préstamos para la vivienda que ajustan por inflación parten de estas tres entidades.
Los números que manejan en los bancos son asombrosos y o hacen más que dejar en claro la enorme demanda que existe. “Solamente en el Banco Nación hay más de 100.000 solicitudes que pasaron el filtro y estamos dando de 2.000 a 2.500 préstamos por mes. Tenemos todavía un stock enorme que por distintos motivos no avanzan. A veces porque no consiguen la casa dentro de los presupuestos”, explica González Fraga.
Con espaldas de sobra
¿Existe un problema de fondeo, es decir que los bancos se queden sin liquidez ante semejante inyección de crédito?, preguntó Road Show. “Estamos con un incremento interanual que ya está en el orden del 120% y de 25% mes contra mes. Todavía hay mucho espacio para seguir creciendo sin que presione sobre el sistema. Hay que tener en cuenta que el crédito hipotecario se dividió por 9 durante el kirchnerismo, por lo que ahora apenas estamos intentando volver a los niveles previos. En la medida que se consolide la estabilidad, la expansión del crédito hipotecario será muy importante”.
Un proyecto que también coordina Caputo con los bancos públicos es la posibilidad de securitizar hipotecas. Esto significa armar vehículos de inversión para que sean comprados por inversores institucionales como compañías de seguros y fondos comunes. Esto les daría un nuevo instrumento para sumar a sus carteras y al mismo tiempo le proporcionaría a los bancos de nueva liquidez para seguir prestando.
Mover a la banca pública, históricamente más burocrática que los privados, no es una tarea sencilla y los presidentes de las entidades se hacen cargo. Hay una tarea casi de hormiga para llegar a las sucursales y transmitir la idea de agilidad y rapidez para recibir clientes y darle curso a la demanda. Curutchet explica que expandieron los canales de atención, pero que la tarea recién empieza: “Reforzamos los call center y mejoramos la web para que la gente pudiera realizar sus consultas online. Todos arrancamos con un déficit en cuanto a la preparación del personal, que no estaba acostumbrado a dar hipotecas. En nuestro caso allanamos requisitos que restringían o volvían más lentos los trámites, con el objetivo de simplificar el acceso”.
La mira en la inserción financiera
La inserción financiera también resulta un tema clave y ocupa un lugar en la agenda cada vez más preponderante. Nación Servicios, por ejemplo, lanzó PIM, una billetera digital única en la Argentina que permite transferir fondos desde el celular, sin necesidad de contar con cuenta bancaria. Quien había arrancado con esta iniciativa fue Carlos Melconian en su etapa de presidente del Nación y el proyecto fue continuado por González Fraga.
“El objetivo –explica el titular del Nación- es que dentro de un año la mayoría de los subsidios y jubilaciones que paga el ANSES se haga en los teléfonos celulares, utilizando la tecnología más elemental y de ahí poder comprar en locales asociados, retirar dinero de las empresas haciendo cash out en una red extrabancaria, o transferirle a un familiar a Santiago del Estero sin tener que pasar por una tarjeta crédito, ni por un banco”. Aún con 720 sucursales distribuídas en todo el país, es poco lo que el Nación puede hacer a través de esta extensa red para promover la bancarización. El impulso al “dinero electrónico” es una de las claves.
En los casos de los bancos Provincia y Ciudad, es muy fuerte la iniciativa que están llevando adelante a través de compañías abocadas 100% a los microcréditos. Se trata de llegar a barrios humildes y villas para que la gente tenga la posibilidad de acceder a servicios financieros y a préstamos aún cuando no operan regularmente con los bancos.
Pero no todo pasa por los préstamos hipotecarios, personales o microcréditos. También existe una fuerte vocación por aumentar el financiamiento a PYMES de parte de los tres bancos. Y las líneas van tomando impulso aunque va un poco más lento que el resto. El Nación ya lanzó créditos para inversión con ajuste UVA y se mantiene la línea de financiación productiva con tasas de interés que están por debajo de la inflación, además de lo que cada banco ofrece en forma particular. Pero resulta cuanto menos promisorio que el crédito comercial ya muestre tasas de expansión del orden del 40%, luego del parate del 2016.
En la charla también se cuela la política de altas tasas de interés del Central y el impacto en el sector. La respuesta corre por cuenta de González Fraga, que en los ´90 también ocupó la máxima responsabilidad de la autoridad monetaria. “Tenemos clarísimo que el objetivo prioritario de la política económica es controlar la inflación, y eso hace a las tasas de interés de muy corto plazo. Nadie me pregunta qué hace entre invertir a mediano plazo, preñar una vaquillona o hacer un galpón, o colocar en LEBACS. Yo aplaudo una gestión que tenga como objetivo frenar la inflación porque es lo que realmente necesitamos. Sin ninguna duda la expansión del crédito es compatible con la política de corto plazo del Central”.
Javier González Fraga – Banco Nación
“El populismo autoritario quedó atrás”
-Ante empresarios de AEA mencionaba que no es del todo feliz comparar al Nación con un transatlántico. ¿A qué se refería?
-En cuanto al tamaño el Banco Nación es un transatlántico pero hay que moverlo como una nube. Lo que quise graficar es que al transatlántico se lo mueve por la fuerza pero al Banco Nación no. Se lo impulsa motivando a los gerentes a que te acompañen en una idea. Lo estamos logrando. Le dedico gran parte del día a motivarlos porque sé que, por razones muy entendibles, miran a los directores como gente que está de paso. La línea tiene la camiseta puesta del Banco y quieren que sobreviva a los políticos que pasan ocasionalmente. El Nación tiene 15% de participación de mercado, pero llegó a ser casi la mitad del sistema financiero. Yo pretendo que crezca.
-¿Es positivo que la banca pública crezca incluso más rápido que los privados?
-Están acelerados cuantitativa y cualitativamente. El Banco Nación fue el primero en hablar de 30 años y en poner tasas de alrededor del 4% sobre UVA. Después vinieron los otros, le marcamos la cancha, ahora tienen que hacerlo. Si fuésemos bancos que solamente miráramos nuestra ganancia a lo mejor no lo hubiéramos hecho porque quizás nada era más rentable que colocar en LEBACS
-¿Que peligro hay de que todo este aumento de crédito no pueda sostenerse?
-Soy muy optimista en el mediano plazo, no me corresponde meterme en los detalles, hay muy buenos economistas manejando Hacienda, Finanzas, el Banco Central y en la Jefatura de Gabinete. Mi optimismo se basa en que por fin veo, y tengo 50 años de opinar sobre estos temas, que estamos en una política que tiene como prioridad bajar la inflación pero que no se ata a un tipo de cambio, ni atraso de tarifas, ni a una política monetaria que desconozca la importancia del gradualismo. Hay una política que tiene todas las válvulas de seguridad abiertas, entonces, si hace falta tocar algo se tocará en algún momento y no pasa nada, cómo cuando el dólar pasó de $15.50 a $18 y no pasó nada. Si me preguntan a qué le tengo miedo, es a la ansiedad. No veo ansiedad en el gobierno, veo gradualismo. Pero algunos analistas privados sí parecen más apurados.
-¿Qué evaluación hace del resultado de las PASO?
-Necesitamos pasar las elecciones del 22 de octubre y si se repite lo del 13 de agosto, que esperamos que sea mejor, creo que se va a estirar el horizonte, van a venir muchas inversiones y va haber otra consideración. En estos primeros dos años no podías saber si esto era un paréntesis y volvía el populismo en Argentina. La lectura de las elecciones del 13 de agosto es que el populismo no tiene posibilidades de volver. Podrá irnos mejor a Cambiemos pero no hay mucha agua en la pileta para volver a un populismo autoritario, que haga trampa con el Indec, que te aísle del mundo y que te meta un cepo y que deje de pagar las deudas. Solamente estas cosas me aseguran que el resto depende de cómo somos capaces de despertar el interés por invertir en una cantidad de sectores que en Argentina tiene un enorme potencial. De la mano de un gobierno para el que el gradualismo no es hacer lento lo que se puede hacer rápido, es no hacerle pagar a los pobres por el costo de lograr los equilibrios macroeconómicos.
Javier Ortiz Batalla – Banco Ciudad
“Argentina se había transformado en un país de inquilinos”
-¿Cuál es el balance del 2017?
-El año pasado fue de reacomodamiento, pero el piso se encontró en el tercer trimestre. El 2017 es un año de crecimiento y de menor inflación. El crédito en pesos creció fuertemente en su conjunto. Empezó con un incremento importante en hipotecarios y después se unió el crédito personal y a empresas. El sistema ya muestra un aumento de la expansión crediticia del orden del 46%, el doble de la inflación. Pero en el caso de hipotecarios el salto es del 133% y para empresas del 62% interanual.
-¿Qué opina de lo que está sucediendo con el crédito hipotecario, siendo el Ciudad un jugador central?
-En la última década, la inflación y la falta de derecho de propiedad demolieron algunos segmentos de créditos, como el hipotecario, y transformó a la Argentina en un país de inquilinos. A partir de 2010 se registra cómo cayó la cantidad de propietarios y cómo aumentó la de inquilinos. Esto se notó especialmente en la Ciudad y en en el Gran Buenos Aires. Por eso, es tan importante que el crédito hipotecario, que se dividió por diez en la anterior década, crezca a este ritmo. Este año seguramente llegaremos a superar el stock de 100.000 millones de pesos y posiblemente el año próximo se duplique esa cifra.
-¿El sistema financiero tiene espaldas para sostener semejante expansión?
-La demanda está, tenemos que procurar el fondeo, estamos trabajando en esto. Principalmente para la línea UVA el fondeo está a través de Obligaciones Negociables. Acabamos de salir al mercado. Seguramente saldremos pronto de nuevo. Todavía los depósitos en UVA son bajos, apenas 1.600 millones de pesos. Pero estamos trabajando con el ministerio de Finanzas para empezar a securitizar carteras y eso permitirá financiarnos más.
-¿Cómo fue la experiencia de los préstamos personales UVA?
-Se transformó en un producto muy masivo, hasta agosto habíamos colocado más de $ 8.000 millones.. Para nosotros significó una inversión importante en tecnología, en nuestro home banking y sucursales, para poder mantener el ritmo. Banco Provincia había sido pionero con el préstamo UVA para motos para motos y estoy seguro que se va a incorporar el sector privado en otras ramas.
-¿Qué pasos están dando hacia la inclusión financiera?
-Para nosotros es un eje central y es lo que nos transmite el jefe de Gobierno, Horacio (Rodríguez Larreta). Cercanía con los ciudadanos de Buenos Aires y ahora con los diferentes lugares del resto del país en casi las 70 sucursales que tenemos. Compramos una empresa de microcréditos al Supervielle que nos permite triplicar la cantidad de clientes en este segmento. Cordial microcréditos cuenta con 7 sucursales y queremos llegar a 20. La idea además es abrir una sucursal del banco por año en villas de emergencia, como ya tenemos en Los Piletones o la que haremos en Villa 31 o en la Villa 20. Hemos creado productos especiales para esas poblaciones con scoring propio, con formas de evaluaciones de riesgo propias que requieren menos requisitos, con montos especiales, con características especiales para facilitar el acceso al crédito. De esa forma tratamos que las personas que viven allí puedan dar curso a esa importante impronta emprendedora que tienen.
Juan Curutchet – Banco Provincia
“La participación del crédito hipotecario aún es muy baja en el total de la cartera”
-¿Qué números imaginan de acá a un par de años para el negocio de hipotecarios?
-Cuánto menos tenemos que llegar en el Provincia a los niveles que alcanzó el Banco Ciudad , es decir 17% del total de préstamos destinados a hipotecarios. Pedí en el banco que hagamos un análisis más estratégico viendo como es España, Estados Unidos, Brasil y Chile en relación a un banco comercial universal de nuestro tamaño y ver qué sería lo natural. Pero el concepto es que una parte muy importante de la cartera tiene que estar destinada al crédito hipotecario. El otro ámbito, donde tenemos algún nivel de coordinación, es respecto al financiamiento productivo a la economía real. No son líneas análogas, pero desde las convocatorias a las licitaciones que hace el ministerio de Producción para subsidio de tasa, nos alientan a que hagamos algunas líneas propias. Le prestamos a las PYME al 10%, que es una tasa para capital de trabajo a doce meses.
-¿Es sostenible esta expansión del crédito?
-Es legítimo preguntarse por las fuentes de fondeo, pero no veo riesgos por este lado. Será importante profundizar la securitización, lo que requiere del mercado de capitales. Es inconcebible que mantengamos un ritmo de crecimiento muy fuerte de la demanda de crédito sin un aumento de los depósitos. Es un tema de confianza. Puede ser crezcan en distintas proporciones, pero ambos aumentan.
-¿Cuál fue la experiencia del crédito UVA automotor?
-Durante muchísimos meses fuimos el único banco que brindo este producto, con enorme aceptación por parte de nuestros clientes que son principalmente trabajadores formales de la Provincia de Buenos Aires del sector público y privado. De quienes tomaron el crédito UVA automotor, el 20% son docentes, el 13% municipales, un porcentaje alto son trabajadores de la salud, de la justicia, y obviamente también del sector privado. Sentimos que el banco está cumpliendo su razón de ser, es el motor de desarrollo bonaerense en la totalidad de la geografía provincial.
–Qué sucede con los sectores informales, hoy con más problemas para acceder al crédito?
-Somos el banco que tiene la empresa de microcrédito más importante de la Argentina con 35.000 clientes en Provincia Micro Empresas. Estamos muy activos en este segmento, presentes en 70 localidades bonaerenses y con una cartera en expansión. En cuanto a productos sociales, nuestra promoción en el reintegro de la tarjeta de crédito y de débito contempla al universo de beneficiarios que tiene una caja de ahorro para cobrar los planes y, por lo tanto, pueden hacer valer la promoción en el supermercado. Veríamos con buenos ojos si la operatoria de ANSES evoluciona para habilitar que los bancos también podamos dar préstamos con una metodología similar a la que utilizan ellos con la línea Argentina para los beneficiarios de planes sociales.
-¿Cómo es la relación del banco con el Gobierno provincial?
-Nuestra gobernadora, María Eugenia Vidal, nos enfatiza siempre la noción del trabajo en equipo y de coordinación con el gobierno nacional. Como vengo de la gestión de la Ciudad ya estoy acostumbrado. Valoramos enormemente esa coordinación, porque muchas de las cosas que estamos haciendo, y en particular en aquellas en las que me acabo de explayar como el crédito hipotecario o el automotor, son posibles por ese trabajo coordinado. Es inconcebible que el banco de la Provincia sea original, más pujante o que tenga más rentabilidad si está descoordinado de las líneas directrices de Finanzas y del propio Banco Central. Lo vivimos con tanta naturalidad a punto tal que, en mi caso, tuve de presidentes a Federico Sturzenegger y a Rogelio Frigerio, que hoy juegan roles, cada uno distintos, pero muy importantes dentro del Gobierno.