La perspectiva de una reducción de las tasas de interés, baja de las comisiones, competencia internacional y la irrupción de las fintech representan un gran desafío para el sector bancario. Ganar tamaño de mercado es prioritario para los líderes, que salieron a capitalizarse a través de la emisión de nuevas acciones.
En 1985 el sistema financiero argentino estaba compuesto por 315 entidades y 4.696 sucursales, y empleaba a 149.276 personas. Más de tres décadas después hay 78 entidades, o sea, un 75% menos; 4.536 sucursales (-3%) y el personal se redujo un 36% a 110.050 empleados. Los 90 explican gran parte de lo sucedido y la crisis del 2001.
Veamos, pues, un poco más lo que aconteció entre 1990 y el año pasado: de 169 bancos existentes a fin de 1990, 100 eran privados locales, 36 públicos y 33 extranjeros; en el 2000, sobre un total de 92, 35 eran privados locales, 15 públicos y 42 extranjeros. En 2007 operaban 67 bancos, de los cuales 34 eran privados locales, 12 públicos y 21 extranjeros, para llegar a fin del 2016 con 63 bancos, 33 privados locales, 13 públicos y 17 extranjeros.
Un dato relevador es que el 43% del total de los depósitos está concentrado en los 10 mayores bancos privados (el máximo nivel se dio en 1994 con el 49%), pero en las décadas pasadas los extranjeros eran mucho menos de la mitad del top ten. Ahora son el 60% (fueron el 80% en el 2000).
Este breve pantallazo muestra la reducción del número de jugadores aunque las estructuras no se ajustaron en una proporción similar, lo que explica algunas cosas del funcionamiento del mercado argentino. Pero lo cierto es que bajo la actual estrategia de desinflación del BCRA,y por la que atraviesa la economía doméstica, el negocio bancario parecería que debiera perfilarse hacia un nuevo round en el proceso natural de concentración. Vale recordar que la menor tasa de inflación, que en el pasado reciente tanto coadyuvó a alcanzar altos niveles de rentabilidad, obligará a los bancos a ganar eficiencia e incrementar su negocio. Sin embargo, los expertos y funcionarios no parecen coincidir con este supuesto.
Varios bancos han decidido seguir los pasos del Macro –que consiguió más de u$s 700 millones en los mercados internacinolaes en junio– en busca de ampliar el capital y enfrentar los nuevos desafíos.
“Es posible algún proceso de concentración, pero no existe la necesidad imperiosa de que ello ocurra, no hay presión del negocio para esto, no están dadas las condiciones. Básicamente porque los bancos tienen mucho capital”, aclaran desde el BCRA.
Según las estimaciones del Central, el negocio bancario tiene margen para crecer tres veces para parecerse a sus pares regionales. Hoy el sistema, en términos de préstamos privados sobre el PBI, entre 13 y 14 puntos, versus cualquiera de la región, es un tercio (como Brasil, Perú, Uruguay, ni hablar de Chile, que es 6 veces el nuestro);o sea, está sumamente atrasado. Esto también se ve al comparar la cantidad de préstamos por personal o sucursal. Los niveles de productividad también reflejan la disparidad con la región y según los expertos esto se debe en parte a la herencia del 2001, ya que los bancos, que sobrevivieron, ajustaron volumen pero no estructuras. “Los salarios son similares a los de la región pero ellos administran muchos más fondos, acá ganan igual gracias a la inflación. Hay un problema de eficiencia que se recupera con estructura y mayor volumen”, explican desde el ente monetario. Por ello consideran que la salida más positiva para los bancos es buscar agrandar el negocio (depósitos y préstamos).
“En promedio, los bancos tienen el doble del capital de sus requerimientos. De modo que tienen margen para crecer sin capitalizarse ni vender; o sea, el capital no es una restricción para crecer”, sostuvo el funcionario del BCRA.
En el seno del ente monetario consideran que cierto proceso de concentración puede ser que se lleve a cabo, pero no en el corto plazo. Con el exceso de capital que tiene, calculan que puede crecer los próximos 4 a 5 años. Luego, para hacerlo en los próximos 7 a 10 años, necesitarán más capital. O sea, hay tiempo para seguir creciendo sin necesidad de capitalizarse ni vender. Lógicamente puede haber alguna que otra emisión de acciones a nivel de la banca local, porque la extranjera va por otro carril y responde a la estrategia global de los accionistas. En tal sentido, la óptica oficial sobre el tema es que ven retracción de la banca extranjera por decisiones globales, como ocurrió con Citigroup o el Deutsche Bank. Porque a nivel internacional la reglamentación de los bancos globales hace que sea cada vez más costoso tener sucursales por todo el mundo, y por ello, es posible que hoy por hoy un proceso como el de los 90 no se dé; en términos de extranjerización del sistema, hoy hay un menor sesgo a ello.
Con relación al rol de la banca pública, es posible que crezca menos dado que, por ejemplo, en los 90 el BNA tenía el 20% del mercado y hoy representa un tercio. Esto, claro, fue producto del achicamiento del sistema tras la crisis 2001, donde la banca pública tuvo el rol compensador. Por ello, la banca privada, local y extranjera, tiene mayor margen para ganar mercado, porque la banca pública ya lo hizo. “Los privados tienen un recorrido estimado de 3,5 veces para crecer y los públicos solo del doble”, ejemplifica el director del BCRA.
Un proceso lento
El ex gerente general del BCRA, Julio Pierkarz, coincide en que puede haber un poco más de concentración, pero no mucho más. “Hoy por hoy, hay un gran nivel de concentración, y si bien existen bancos de distintos tamaños, existe bastante competencia. Hacia adelante puede haber algo para compensar la caída de la rentabilidad y de la tasa de interés. Los bancos buscarán al mismo tiempo probables M&A o capital para crecer, nuevas iniciativas como las tecnológicas (fintech)”. Piekarz coincide en que los bancos en promedio tienen el doble del capital exigido y 50% sumando el financiamiento. Destaca que hay un horizonte promisorio para los que salgan a buscar capital al mercado porque existe apetito por los activos argentinos. “Lo que más vale es la banca minorista, los clientes, los depósitos minoristas, las tarjetas de crédito; la banca corporativa no vale igual. En empresas valen más las pymes porque las grandes son clientes de todos”.
Con relación a la búsqueda de capital, los expertos advierten que en el mercado local tiene un bajísimo empleo la emisión de deuda subordinada para capitalizar un banco a diferencia del resto del mundo. Si bien algunos emiten acciones como un test de mercado, el ingreso de un nuevo accionista en forma privada o la colocación de acciones son los vehículos más utilizados.
En resumen, es posible que se concreten algunas M&A, pero nada masivo. Hay que recordar que la depuración de la otrora gravitante banca regional y cooperativa potenció el protagonismo de la banca pública en el interior. Habrá lucha por ampliar la torta más que canibalismo de market share, y eso se plasmará en cuanto se afiance la estabilidad, crezca el ahorro, y los depósitos y la demanda por financiamiento aceleren la tasa de crecimiento. En el ínterin algunos podrán quedar en el camino, como ya ocurrió y ocurrirá tras un cambio en la macro o del modelo económico.
Hoy la banca pública concentra el 46% de los depósitos, los privados locales el 28%, con la mitad de las entidades, y los extranjeros el 26%, pero con mayor concentración de los depósitos.
Los bancos mantienen altos niveles de liquidez por exigencias normativas (encajes) y por el atractivo rendimiento/riesgo de las Letras del BCRA. La financiación al sector privado concentra menos de la mitad de los activos.
En 2016 se acentúa la tendencia del crédito a los privados concentrado en préstamos personales, con tarjeta de crédito y en descuento de documentos; y con la cartera activa con muy baja incobrabilidad y alto nivel de previsionamiento.
Desde 2005 se recuperó la rentabilidad bancaria, que en los últimos dos años se ha basado en los resultados financieros de los títulos públicos. En la actualidad el resultado representa aproximadamente el 30% del patrimonio neto.
Las expectativas inflacionarias indican una tendencia descendente; así, se espera que las tasas de interés de referencia se comporten en el mismo sentido reduciendo el spread de intermediación financiera.
Las perspectivas son de un crecimiento de la intermediación financiera a partir de la suba de los préstamos privados, teniendo en cuenta: la alta liquidez de las entidades junto con la baja esperada en las tasas de referencia del BCRA y el spread de intermediación; el bajo nivel de préstamos/PBI durante 2016 y crecimiento del PBI; la reducción de la inflación que alienta la demanda de dinero; y en los últimos meses, los préstamos privados comenzaron a crecer.
Los que movieron primero
Banco Macro: para financiar su estrategia de expansión (se especula que va tras el Banco Patagonia, propiedad del Banco do Brasil) colocó 74 millones de acciones ordinarias clase “B” en el mercado internacional, lo que implicó captar aproximadamente u$s 670 millones (la operación enfrentó una demanda que triplicó la oferta). En 1994 abrió el capital en la Bolsa local y en 2006 en el NYSE.
Supervielle: pidió autorización a la Bolsa para ampliar el capital hasta en un 39% en un período de dos años. Esto implicaría una emisión de nuevas acciones por hasta 145 millones de papeles, operación que se llevaría a cabo en los mercados internacionales. Hoy tienen 363 millones de acciones. Abrió su capital en 2016.
Santander Río: el BCRA autorizó a fines de marzo finalmente la compra de la operación minorista de la subsidiaria local del Citibank. Se transformó así en la mayor entidad privada y la número dos a nivel general, detrás del Nación. Con la incorporación del Citi, sumó 70 sucursales, una cartera de 500.000 clientes y 2.000 empleados. Así pasa a contar con un total de 482 sucursales y 3,7 millones de clientes en todo el país.
BBVA Francés: anunció el mes pasado que los accionistas aprobaron un aumento de capital de 145 millones de nuevos papeles (implica un incremento del 27%). La emisión será ofrecida en el mercado local e internacional. Finalmente captó u$s 325 millones. El objetivo primario sería ir también por el Patagonia, aunque no se descarta crecer tanto en préstamos y clientes, así como invertir en la plataforma tecnológica.
Grupo Financiero Galicia: tras los anuncios de sus principales competidores, la entidad que preside Eduardo Escasany anunció la colocación 150 millones de nuevas acciones, con lo que espera recaudar el equivalente a unos u$s 600 millones. Si bien tiene capital y liquidez de sobra, en especial tras la venta de Efectivo Sí, es evidente que precisa más recursos para futuros planes de expansión y no quedar rezagado en relación a sus rivales.
Banco Comafi: anunció en julio la fusión por absorción del Deutsche Bank, adquirido en agosto 2016 en u$s 45 millones. Con la compra del banco germano incorpora el negocio mayorista de custodio de valores de los fideicomisos financieros (sobre un total de $450.000 millones de estos instrumentos de inversión, $150.000 están depositados en el Banco de Valores y en el ex Deutsche). Además, ha desarrollado una serie de negocios complementarios a la actividad bancaria, como The Capita Corporation (leasing), Crediclick (préstamos on line), Microlending y más recientemente Nubi (fintech, que cerró un acuerdo en Argentina con Paypal).