Las tres ofertas son similares, aunque cambian algunos detalles. Están lejos de lo que el Gobierno propuso originalmente y eso demoraría varias semanas o incluso meses las negociaciones.
El default de la Argentina luce inexorable, teniendo en cuenta que no hay tiempo para negociar una nueva oferta antes del 22 de mayo. Fuentes oficiales ya anticiparon que no se pagarán los intereses de los tres bonos que vencieron hace casi un mes, pero cuyo pago se había postergado por los 30 días de gracia.
Sin embargo, la intención es seguir negociando más allá de que la Argentina caiga en cesación de pagos y llegar a un acuerdo lo antes posible. Pero las diferencias todavía son muy grandes. Tomando en cuenta un rendimiento de los nuevos bonos (“exit yield”) de 10%, los bonistas pretenden recibir alrededor de USD 60 de “valor presente”. Esto representa un 50% más en relación a los USD 40 de la propuesta del ministro de Economía, Martín Guzmán.
Las diferencias, por lo tanto, siguen siendo muy grandes y ahora se abrirá una nueva etapa de negociación. Al revés de lo que se hizo en la primera ocasión, no habrá una nueva oferta “unilateral”, sino que se intentará tener todo negociado con los grandes fondos antes de poner a disposición la propuesta al resto de los bonistas.
¿Qué es lo que incluyen las tres ofertas presentadas por los grupos de acreedores? Básicamente presentan estos elementos:
. Una reducción del “período de gracia” de tres a un año. Eso significa que la Argentina comenzaría a pagar intereses a partir de 2021 en vez de 2023.
. Los pagos de capital también arrancan mucho antes en relación a la oferta de Guzmán.
. El nivel de interés que aparece en los cupones es sustancialmente más alto que en la oferta original, que arrancaba con 0,5% anual a partir de 2023.
Con estas “contrapropuestas” sobre la mesa, todo indica que las negociaciones que arrancarán esta misma semana serían largas y no alcanzaría el tiempo para evitar el default formal. La buena noticia es que los inversores no tendrían intención de “acelerar” la deuda, es decir no saldrían a reclamar el repago de todos los bonos al mismo tiempo, ni se gatillarían las cláusulas conocidas como “cross default”. Esto daría un plazo mayor para seguir negociando.