Las fintech siguen creciendo, pero se les complica el fondeo

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El periodista Jorge Velázquez publicó un artículo en Ambito Financiero con un excelente resumen de la jornada Nuevo Dinero 2018. A continuación, la nota completa.

La fintech argentina Ualá -que tiene entre sus inversores al multimillonario húngaro George Soros- es una de las grandes animadoras en el país del nuevo mercado de crédito digital al que casi todos los días se incorporan nuevos jugadores. Su CEO y fundador anunció ayer que la firma superó el umbral de los 200.000 usuarios. Así, en apenas tres meses, duplicó la cantidad de cuentas en operación, que incluyen una tarjeta prepaga de Mastercard.

Pierpaolo Barbieri, fundador de Ualá, destacó que sólo un 49% de la población argentina está bancarizada. El restante 51% es la porción de la torta que se disputan las fintech a través de diferentes estrategias de crédito digital e inclusión financiera. 

“Ya emitimos más de 200.000 tarjetas en Argentina. Con una tasa de activación del 80% de las tarjetas. Carga promedio de más de $1.000 y ticket promedio equivalente a 20 dólares y tenemos más de 250.000 compras todos los meses por Ualá. Y esto crece exponencialmente”, remarcó.

El crecimiento de Ualá es un buen termómetro de lo que está ocurriendo en el mundo fintech de Argentina. Son varias las empresas que ganaron terreno en la conquista del universo de usuarios no bancarizados a través de productos basados prácticamente 100% en herramientas digitales. El fenómeno se abordó ayer en los paneles sobre el desarrollo del crédito digital y de inclusión financiera, realizados en el marco de la cuarta edición de la jornada “Nuevo Dinero 2018”, organizada por RoadShow. 

Pero los mismos protagonistas se ocuparon de advertir que la actividad puede encontrar muy rápidamente un techo si no se soluciona un asunto clave: el fondeo para sostener el caudal de préstamos.

Alejandro Estrada, CEO de Moni y presidente de la Cámara Fintech, fue el más contundente: “El negocio de prestar al sector no bancarizado, por afuera del sistema tradicional, existe desde hace mucho tiempo, hace décadas. Vemos que si hay un problema ahora es el fondeo. Es una limitación histórica para este mercado. La demanda estuvo y está. En Moni somos súper entusiastas sobre las perspectivas. Creemos que se debería al menos duplicar la oferta de crédito para el sector privado, que es de unos u$s70.000 millones. El problema no es cómo generás y llegás a ese mercado, sino de dónde saldrá la plata para fondearlo”.

Alejandro Muszak, de Wenance, coincidió con el diagnóstico de Estrada. Pero a la vez comentó la receta que aplicaron en su propia empresa: “Empezamos en 2014 como una empresa 100% digital y con financiamiento propio. Y a medida que nos fuimos consolidando nos hicimos más visibles para hacernos más tentadores y lograr que algunos fondos del exterior aceptaran invertir en nosotros. Así, ahora incorporamos fondos del exterior por u$s8 millones y estamos en conversando un preacuerdo para sumar otra inversión por u$s38 millones a lo largo de tres años. Esto nos muestra que hay confianza en el modelo. Pero por supuesto hay que mostrar números sólidos y lograr sustentabilidad”. 

En el caso de Afluenta, la plataforma de finanzas colaborativas, tiene una característica especial que es “estar obligados a cuidar las dos puntas de la operación, tanto al tomador de crédito como al inversor”, según explicó María Paula Stock. En los últimos días, la empresa elevó de $500.000 a $650.000 el monto máximo de crédito que se puede solicitar a través de la plataforma. Lo hizo en medio de un deterioro visible de las condiciones macroeconómicas nacional y frente a la respuesta de la banca tradicional que optó por restringir la exposición crediticia. 

En este caso, el acceso al fondeo depende del interés que genera el negocio entre los potenciales inversores frente a otras opciones financieras. Desde marzo de 2017 hasta el mismo mes de este año, el número de inversores activos superó los 9.000 casos, duplicando así las cifras en la comparación interanual.

Ezequiel Weistaubb, de Credicuotas, también consideró que un factor clave para determinar el futuro del crédito digital pasa por el fondeo. Y agregó “el costo de traer al cliente desde el canal físico”. Destacó además que esta fintech está colocando préstamos a razón de $200 millones mensuales, con una plataforma que es enteramente digital “desde la solicitud hasta la acreditación de los fondos”. 

Para financiar su cartera de préstamos, Credicuotas emitió recientemente la Serie II de un Valor de Corto Plazo (VCP) por u$s15 millones, que fue organizada por el BIND Banco Industrial y colocada por Industrial Valores, quien obtuvo órdenes por más de u$s20 millones.

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