La vertiginosa historia del argentino detrás de N5, proveedora de software de bancos, billeteras y fintech

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Julián Colombo, su CEO, explica el éxito de la compañía que nació en 2017 con un capital de 100 dólares y hoy provee 19 softwares a bancos y billeteras virtuales. Además, emplea a 323 personas en 14 países, repartidos en 31 oficinas en todo el mundo, y cuenta con el respaldo de gigantes como el JPMorgan y Citigroup. Por Maxi Kronenberg

Tenía una vida prácticamente realizada hasta que un llamado lo hizo cambiar de idea. Julián Colombo (50 años) es argentino, economista y también periodista, profesión que no ha ejercido. Vivió mucho tiempo en Madrid, actualmente se encuentra instalado en San Pablo.

Durante más de 20 años, Colombo trabajó en distintas posiciones en el banco Santander, en España, hasta que un día, le encargaron comprar un software. Se dio cuenta que ninguno se adaptaba a las necesidades de la entidad española.

Pero un llamado de una importante compañía de software cambió todo. En 2017, Colombo acudió a una reunión en San Francisco, pero la oferta laboral no lo convenció.

Y con el know how financiero, renunció al Santander y así se lanzó para crear N5, una fintech que brinda soluciones tecnológicas a entidades bancarias, billeteras virtuales y compañías de seguros a partir del suministro de softwares especialmente diseñados, según las necesidades de sus clientes.

De paso por Buenos Aires y en exclusiva para RoadShow, el CEO de N5 cuenta cómo creó esta empresa con un capital inicial de apenas 100 dólares para convertirse en una de las más sólidas del mercado financiero como proveedora 19 softwares diferentes a sus clientes. Actualmente, N5 posee 31 oficinas en 14 países, entre ellos, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, España, México y Estados Unidos, emplea a 323 personas y cuenta con el respaldo financiero de gigantes como JPMorgan y Citigroup, entre otros.

Cómo ve el mercado fintech en Argentina, qué productos ofrece, y cuál es el rol de la Inteligencia Artificial en el mercado fintech, entre otros temas.

A partir de ese software que dijiste que estaba malo, abriste el espectro porque el software no puede abastecer todas las necesidades que puede haber en la industria financiera.

Exacto. Tomamos una decisión en el Santander que fue construir un software in house, del banco. Esa decisión me hizo pensar que el mercado tenía una necesidad.

Al poco tiempo, una de las empresas de software más importantes del mundo conoció lo que habíamos hecho en el Santander y me invitó a trabajar con ellos. No la puedo mencionar pero es una de las cinco empresas de software más grandes del mundo.

Me fui del Santander aunque estaba muy feliz ahí, me sentí muy agradecido. Estuve 20 años en el banco en cinco países diferentes. Empecé en una sucursal y terminé en el board comercial (en el comité de dirección comercial) del grupo. Fue una carrera muy buena y súper rica desde la experiencia. Me casé y tengo hijos de diferentes países. No puedo dejar de mirar a mis hijos sin recordar que mi vida tuvo todas esas experiencias.

Tuve esa entrevista con esa empresa de software en San Francisco. No me convenció a irme con ellos pero sí me convenció que tenía un conocimiento que valía la pena explotar. Yo de banco sé porque hace 20 años que estoy acá. Ahí dije: “tengo algo en la mano interesante”. Ahí tomé la decisión de irme. Para la familia fue decisión súper loca, me iba de una posición buena y feliz.

Tomé la decisión de abrir una compañía de software para la industria financiera. Mi familia se sorprendió y también se preocupó porque teníamos una vida muy feliz. Estaba todo bien, no parecía hacer un cambio. Yo estaba en Madrid. Nunca llegué a vivir en Estados Unidos a pesar de que la compañía está abierta ahí por objetivos de negocios.

¿Después de la entrevista, qué pasó?

Me volví a España y decidí abrir la compañía. Me mudé a San Pablo, Brasil. Conozco muy bien Latinoamérica porque viví muchos años en la región. Brasil tiene vuelos directos a todos lados, el idioma lo domino porque viví muchos años. Antes, había trabajado en un banco público en San Pablo y en otro privado. Conozco bien el mercado, tengo mucho cariño como también lo tengo por Chile y España. Pero Brasil era muy bueno para la vida familiar. A mis hijos también les gusta mucho.

Entonces, me fui ahí y fundé la compañía. Le dije a mi familia: no vamos a apostar dinero, vamos a apostar la carrera. La compañía nació en 2017 con una inversión de 100 dólares.

¿Vos pusiste los 100 dólares?

Sí. Hoy tenemos 323 personas en el mundo. Nunca hubo aporte de capital. De hecho, los 100 dólares fue hasta gracioso: fui a abrir la cuenta en Estados Unidos pero me dijeron que tenía que depositar 200 dólares. No los tenía en el bolsillo, miré y tenía 108 dólares. Entonces, puse los 100 y me dieron el OK para activar la cuenta. Esos 100 dólares fueron la única inversión externa de la compañía hasta este año, que hicimos una ronda de inversión.

¿Para qué sirvieron los 100 dólares?

Para abrir la cuenta. Digo que es hiperbólico los 100 dólares porque yo me pagué mi viaje a Estados Unidos para abrir la cuenta. Ese mismo día me fui a Panamá a ver al dueño de un banco a quien yo conocía por referencia. Max Harari es el dueño de un grupo económico que es el “Grupo H” de la familia Harari en Panamá. Tiene muchos negocios, incluyendo un banco (Credicorp Bank) y una compañía de seguros.

Lo fui a ver y le conté la idea. Le dije: “Esta compañía va a ser revolucionaria. Va a cambiar irrevocablemente el ecosistema en la industria financiera porque va a simplificar muchísimo a los bancos, a las compañías de seguro y a los medios de pago”.

¿Cuál era tu idea en ese momento? ¿Qué querías hacer?

Exactamente lo que hicimos. El mayor problema que tiene la industria financiera se llama entropía tecnológica. Un banco internacional que conozco muy bien tiene 72.000 softwares activos.

Imagínate que esos 72.000 softwares todos los días algunos dejan de operar, dejan de comunicarse, todos los días desaparece una empresa proveedora. Es como mantener un avión en vuelo cambiándole las alas. Es entropía pura: la tendencia a la desorganización, es la tendencia a la que las cosas se descompongan.

Un banco gasta miles de personas por año solo por mantener lo que tiene, por eso innova más lento. Ahí dije: “se necesita un proceso de simplificación”.

Nosotros hicimos esta tecnología que resuelve los problemas legados: los bancos tienen un montón de softwares que les dan las empresas que compraron, un regulador le pidió que tenían que construir de una manera, quedó un producto antiguo del pasado. Aunque tengan un software nuevo vos estás en el otro software.

Toda esa complejidad la resolvemos con una simplificación, ya que un banco administra cinco cosas: clientes, productos o servicios, canales, empleados y datos. Nosotros tenemos las cinco cosas en un único lugar de una forma muy sofisticada, muy simple.

-Diseñaste ese software, tuviste la idea y le dijiste a la empresa de software “quiero esto y esto”.  Es lo que necesito.

-No solo eso. Empezamos a contratar arquitectos y programadores. Fui buscando gente, no sabía tanto de tecnología pero conocía algunas personas que tenían muy buena reputación en el mercado. Son argentinos que me recomendaron, me enseñaron y me ayudaron a contratar a la gente adecuada.

En Argentina no había la cantidad de gente en el momento que empezamos para hacer algo tan sofisticado. Entonces, al mismo tiempo empezamos a contratar gente en Brasil y México, porque tal vez había ente 7-8 por mercado. Pero ya los tenía Mercado Libre y las mejores empresas de cada país. Pero fuimos “robándoles” a algunos de todos lados, formamos a muchas personas, enseñamos mucho. De hecho, eso nos sirvió.

Nunca tuvimos problemas de adquisición o de contratación. Reconocemos muy bien la contribución de la gente, la compañía es remota e informal, tiene un buen clima pero aparte tenemos una tecnología que todo el mundo quiere aprender. Muchas empresas en el mundo manejan nuestra tecnología.

-Me imagino que desde 2017 hasta hoy, N5 fue evolucionando como compañía, ya que las fintech y la tecnología también fueron evolucionando.

-Totalmente. Tenemos algo que casi ninguna empresa tiene: se llama refactor continuo. Es un área de la compañía que sólo se ocupa de tratar de ganarle a la tecnología que tenemos con cosas nuevas. Es como si tuvieras un auto y todas las semanas hay alguien que le está cambiando algo. Ahora, la mejor caja de cambios es ésta. Lo vamos mejorando.

La compañía está en el extremo de la capacidad tecnológica porque siempre la estamos desafiando. Como estamos en la industria financiera por supuesto probamos mucho porque es una industria muy seria. La metodología es no enamorarnos de lo que hicimos sino de lo que haremos.

-¿Por qué N5?

Nosotros le decimos “en cinco”. Es un homenaje al pasado: cuando trabajaba en el Santander, cuando hacía software nunca prometía nada y siempre presentaba el producto ya listo. En tecnología hay mucha gente que promete pero después no cumple. Nosotros siempre queremos prometer menos y sorprender positivamente.

Cuando trabaja en el banco nunca iba a decir lo que iba a hacer el año que viene. Lo que hacía era invitar a la gente a un lanzamiento y decirles: “miren, ésta es la idea. ¿Saben cuándo esto va a estar listo? En cinco, cuatro tres dos, uno ya está listo”. Contaba cuando ya estaba listo.

Esa era mi marca personal para Santander. Cuando trabajaba hablaba siempre de “en cinco, cuatro, tres, dos, uno”. Entonces, traje un poco esta idea de la obsesión con ser muy rápidos.

Somos la empresa más rápida del mercado en tecnología. Si un banco quiere implementar un CRM, que en un banco tradicional tarda dos años en implementarlo, nosotros lo hacemos en 4-5 meses. Somos muy rápidos y esa lógica está en nuestro nombre: tenemos que entregarlo en cinco, cuatro, tres, dos, uno. Eso nos hace bien diferentes de la industria.

–¿Qué servicios ofrecen ahora y qué los diferencia de la competencia?

Tenemos de clientes a los bancos, compañías  de seguros, medios de pagos y fintech. Decimos que en la fiebre del oro de las fintech, nosotros somos los que vendemos palas.

Le vendemos a todos: nuestros clientes son bancos ultradigitales como N26, uno de los mayores bancos digitales de Europa, y también tenemos bancos súper-tradicionales como el Banco do Brasil o Santander. También tenemos compañías de seguros súper grandes como Zurich o pequeñitas como Asegur.

Tenemos de todo, bancos muy internacionales y también el Banco de Corrientes que acaba de convertirse en un cliente nuevo. Tenemos un abanico muy grande pero siempre en la industria financiera.

Tenemos la ventaja de que nuestros competidores son todos genéricos. Ellos venden Ford Focus, nosotros somos cosechadoras algodón. Te quieren convencer de que el Ford Focus  sirve para cosechar algodón porque tiene ruedas, uno lo pude manejar y va agarrando con la mano. Probablemente el Focus sirva para casi todo pero no para cosechar algodón.

Nosotros hacemos algo súper específico pero nunca me voy a parar a decir que nuestro software podría ser para un hotel o una veterinaria, jamás lo será. Pero para un banco, una compañía de seguros, una financiera, una AFJP, absolutamente diferencial porque sale de la cajita totalmente hecho.

-¿Cuál es el principal problema que hoy tienen los clientes argentinos respecto al de usuarios de otros países? 

A mí me ayudó haber vivido en otros países porque destilé lo que siempre es un problema  de lo que a veces es un problema. Todos los países tienen el sistema legado, la entropía tecnológica, la complejidad de conexión.

Argentina tiene unos componentes diferenciales. Por ejemplo, el negocio financiero en el mundo es un negocio eminentemente de crédito y en Argentina es eminentemente de depósitos. Cuando las tasas de interés son muy elevadas no hay crédito porque virtualmente no hay precio para el crédito. Cuando uno piensa en un país que es inflacionario, si el 1 de enero pongo plata en una cuenta, pongo 100 pesos. Alguien podría comprar arroz a fin de año o vender el arroz a fin de año tendría 200 pesos. Si dejé la plata en la cuenta y no me dieron nada perdí un montón de valor. Eso es bien inusual en la industria.

La industria financiera argentina puede ganar plata sin prestar, solo prestando bonos. En el resto del mundo, para ganar plata en la industria financiera hay que prestarle a las familias y a las empresas. Eso es algo más desarrollarse en el futuro en Argentina.

-¿Cómo ves el mercado fintech en Argentina? Cuáles son las ventajas y desventajas? ¿Qué faltaría hacer acá?

-Hay una cantidad de fintech en el país de billeteras digitales muy superior a lo que el mercado razonablemente podría sostener. Muchas fintech van a desaparecer o se van a consolidar: alguien va a ir a comprarlas, se van ir absorbiendo.

En un país donde hay un Mercado Libre, un Mercado Pago, un Ualá, no hay tanto espacio para otras 32 billeteras. Eso lo podés hacer en un país que tenga mil millones de personas o países con mucha regionalización donde cada Estado hable un idioma diferente, pero en definitiva, acá estamos hablando de un país muy homogéneo que no tiene espacio para tanto.

-La pandemia aceleró el proceso de pagos digitales. Estamos prescindiendo el dinero físico para poder pagar y cada vez más nos volcamos a pagar con billeteras virtuales y QR ¿Cómo lo ves a futuro?

-Hay una tentación muy grande a proyectar líneas. Si el uso de efectivo representaba el 80% el año pasado y ahora es 50%, en el futuro va a ser el 20%, y en un futuro más lejano va a ser cero.

Puedo augurar que en Argentina y en otros países el efectivo va a seguir existiendo porque simplemente tiene algunas funciones que son puramente transaccionales. La economía es informal a veces porque no puede. En muchos países a una persona no le abren una cuenta (en EE.UU a un inmigrante ilegal un banco no le abre una cuenta) entonces, no puede.

Pero hay muchos lugares donde alguien no quiere ser formal por los motivos que sea. Esa gente no va pasar a ser formal porque ahora hay una app más cool. Entonces, va a seguir a un aumento de la digitación y de los pagos digitales: mientras haya gente que tiene interés en ser formal y siente fricciones va seguir mejorando, pero también hay mucha gente que nunca va a entrar en eso.

Lo que pasa con un pago digital en el mundo, los pagos por medios no efectivo dejan mucha trazabilidad: si una persona no quiere pagar impuestos no quiere cobrar a través de un medio digital porque es muy evidente que ha cobrado. Entonces, viene alguien y dice: “si me das efectivo…” y a veces se olvida de declararlo.

En países donde hay una economía una economía informal y sumergida, como en muchos países en Latinoamérica, hay gente que tiene interés en no adoptar eso.

Para las economías es muy bueno que la gente pague impuestos. Es muy bueno que haya trazabilidad, seguridad, que no haya manejo de efectivo pero que sea muy bueno no significa que va a pasar. Va a seguir habiendo gente que no va a tener interés en ser parte de ese ecosistema.

-¿Cómo ves el mercado argentino respecto a otros mercados fintech en Latinoamérica?

-Argentina es un país de generación de talento. No todos viven en Argentina, hay unicornios que están viviendo afuera. A nosotros nos va realmente bien y yo tampoco estoy aquí. Pero sí puedo atribuirle a la Argentina la formación, la cultura, la vocación de esfuerzo, la capacidad de adaptación. Que nos vaya bien es un mérito puramente argentino aunque estemos en otros lugares.

Creo que es un mercado que va a seguir generando un montón de valor porque hay gente con mucha capacidad intentando cosas permanentemente y muy bien entrenado.

Va a seguir habiendo un ciclo de exportación: los argentinos tienen impacto construyendo este tipo de empresas y en otros países también.

¿Cuántos unicornios nacieron en Argentina? ¿Y cuántos con fundador argentino? Te aseguro que cuadruplicás o quintuplicás el número.

Nosotros tenemos inversores de todo el mundo. De hecho, de Estados Unidos tenemos muchos. Básicamente, la compañía abrió capital este año, invitó a inversores a formar parte de la aventura que nunca ha habido. Entraron muchos inversores, entre ellos, un sindicato que se llama Illuminated Financial, que es una venture capital, un grupo de bancos entre los cuales están JPMorgan y el Citi, que son nuestros inversores. También está la familia Walton (fundadores de Walmart en EE.UU.), la familia Agneli….

N5 fue rentable desde el primer día, una compañía muy conservadora, muy cuidadosa. Nunca hicimos nada arriesgado. Hicimos un producto de muchísimo valor que lo cobramos como se debe cobrar con un equipo muy fiel a la compañía.

Somos ex banqueros, gente de perfil bajo y muy seria con la plata, no nos endeudamos ni gastamos de más. Nos vinimos muy atractivos para los inversores a pesar de que era una empresa que no necesitaba de inversores porque nuestros clientes son nuestra fortaleza, no nuestros inversores. Dicho esto, nuestros inversores son nuestra fortaleza absolutamente incomparable.

-¿Cuantos clientes tienen en Argentina y cuantos en el mundo?

-Tenemos poquitos acá. El 97% está fuera de Argentina. En términos objetivos, Argentina fue más foco como exportador de talento que una fuente de generación de negocios. Pero hoy un banco pequeño en Paraguay puede pagar más que un banco grande en Argentina en términos de nuestros servicios y licencias. Y el esfuerzo es el mismo, o menor. Por lo tanto, uno siempre hace ese tipo de adaptación.

-¿De qué manera puede mejorar o penetrar la Inteligencia Artificial en el mercado fintech?  

-Las fintech y la industria financiera en general son un terreno ultra fértil para la IA generativa. Hoy tenemos un montón de cosas en nuestra plataforma que hace tres años atrás parecía ciencia ficción total.

El otro día fui a un evento a presentar a un cliente en Bariloche. En esa mañana hicimos un software que capturaba las caras de toda la gente, le hacía poner una frase y encontraba relación entre ellos: armaba equipo generaba reuniones mirando la agenda de cada uno. El asset tecnológico lo hicimos en 8 horas. Eso hubiera llevado 7-8 meses en el pasado. La velocidad en que la IA va a cambiar las cosas es impactante.

-¿Qué objetivos tiene N5 para el corto plazo?

-Este año vamos a triplicar la cantidad de clientes y la facturación de la compañía. Para 2024 probablemente cuadrupliquemos la cantidad de clientes.

Por cómo es la naturaleza de nuestro negocio, si nosotros triplicamos clientes este año significa que la facturación se triplica el próximo año porque los clientes pagan un año después. Implementamos nuestro sistema y después pagan al final del período.

El año anterior duplicamos la cantidad de clientes: crecimos 200%. Hoy tenemos 65 clientes en el mundo, clientes que a su vez tienen millones de clientes. En este momento, la cantidad de gente que de alguna forma se beneficia de nuestra plataforma debe estar en 200 millones de clientes.

Estamos facturando 20 millones de dólares por año  El objetivo es triplicar la facturación para 2024.

-¿Cómo definís a N5?

-De las dos formas que están escritas en la pared. Una es “Delivery sin excusas”. Teníamos la foto de un chico haciendo el delivery bajo la lluvia con las dos manos en el volante lleno cosas.

Hay gente que la tiene re difícil en la vida y se levanta todos los días. Pase lo que pase, al cliente hay que entregarle. De toda la gente que hay acá (millenials, centennials y gente que trabaja remoto) nadie nunca pensó: “bueno, hoy es feriado”. Delivery sin excusas.

El segundo es el lema de la compañía: “Pedes in terra ad sidera visus”, en latín. Significa “los pies en la tierra y la mirada en las estrellas”.

Así trabajamos todos los días, haciendo el delivery sin excusas con los pies en la tierra, haciendo lo que hay que hacer pero soñando todos los días con lo que viene que siempre va a ser mejor.

 

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