Es la primera que lanza un reintegro de estas características, similar a la devolución en criptomonedas que ya realizan otras “wallets”. Cómo funciona el sistema
La billetera digital Bamba, diseñada específicamente para satisfacer las necesidades financieras de productores agropecuarios, dio un paso inédito. Lanzó el sistema de reintegro por cada consumo, pero que en este caso será “soja digital”.
Este novedoso “cash back” se lanzó el 1 de agosto a través de la tarjeta Bamba Mastercard. En términos generales funciona como otros reintegros de billeteras digitales pero que recompensan con criptomonedas a sus clientes. Es el caso de Lemon Cash, Ripio y Belo, que con modalidades parecidas tuvieron muy buena recepción de los consumidores.
Felipe Lanusse, gerente general de Bamba, señala que “la dinámica tiene un componente emocional, ya que de alguna manera te asocias en el negocio con el emisor de la tarjeta. También sirve mucho para dar a conocer un producto, como puede suceder con el Bitcoin y en este caso la soja digital”. “Nosotros decidimos tomar esta experiencia exitosa del mundo cripto y la adaptamos al agro”¨, agrega.
.El cashback soja se materializa a traves de cuotapartes del Fondo Comun de Inversion SMR de la Sociedad gerente de fondos Southern Trust. SMR (son las siglas de Soja Matba Rofex). El objetivo del fondo es replicar una posición comprada de soja en dicho mercado. El “fondo soja” tiene una correlacion muy alta con su benchmark (precio pizarra de la soja) por lo cual puede ser utilizado como una “soja digital”, refugio de valor ideal para los productores que tengan que liquidar su soja física.
En breve, los usuarios podrán consumir con su tarjeta Bamba Mastercard y pagar con su “soja digital” (o sea, sus tenencias en el fondo SMR), entrando en un circulo virtuoso de pagar con soja y recibir soja al pagar. “Para ello nosotros consideramos sumamente importante estructurar estos productos a través de los mercados institucionalizados (regulados y transparentes). Eso sin dudas hace más sostenible cualquier propuesta de valor”, concluye Lanusse.