El aumento en las remuneraciones alcanzadas por el impuesto a las Ganancias también se da para los salarios mensuales de entre $ 225.937 y $ 260.580 brutos.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) actualizó el piso para el pago del impuesto a las Ganancias para salarios superiores a los $ 225.937, lo que significó una suba del 29,1% respecto al último incremento a partir del cual se paga la alícuota.
Si se toma el plafón de $ 150.000 establecido en la ley 27.617 para comenzar a contribuir, el incremento fue superior al 50%.
El aumento en las remuneraciones alcanzadas por el impuesto a las Ganancias también se da para los salarios mensuales de entre $ 225.937 y $ 260.580 brutos.
La medida también exime del pago del Sueldo Anual Complementario a las trabajadoras y los trabajadores cuya remuneración promedio mensual del primer semestre no supere los $ 225.937.
“Con el objetivo de fortalecer el proceso de recuperación del poder de compra los trabajadores, en 2021 el nivel de salario a partir del cual se paga el Impuesto a las Ganancias se incrementó en dos oportunidades”, marcó el organismo público.
La primera fue cuando pasó a $ 150.000 brutos en junio de acuerdo a lo establecido por la Ley 27.617, mientras que la segunda fue un adelanto a cuenta del incremento anual que llevó el valor a $ 175.000 en septiembre.
El Decreto 620/2021 detalló que anticipaba de manera parcial la actualización anual, por eso el cálculo de enero se realiza con relación al valor inicial de $ 150.000.
Con la aplicación del 50,62% que surge del índice Ripte (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables) que elabora el Ministerio de Trabajo, se actualiza también el mínimo no imponible, que quedó en 2022 en $ 252.564,84 por año.
A su vez, la deducción por cónyuge pasará a $ 235.457,25 mientras que por hijo es de $ 118.741,97 y llegará a $ 237.483,94 en el caso de los hijos incapacitados para el trabajo.
En el primer trimestre, el oficialismo impulsó un proyecto de Ley por el cual se actualizó el piso para contribuir por Ganancias a partir de los $ 150.000, cuestión que se hizo efectiva a partir de abril.
En su momento, el presidente Alberto Fernández aseguró que dicha ley permitía hacer “más progresivo el sistema impositivo, haciendo que paguen más los que más tienen y paguen menos los que reciben recursos sólo de un salario”.
Agregó que con estos cambios se contribuyó a resolver “el poder adquisitivo de más de un millón de trabajadores y también jubilados que estaban afectados”.
“Y los resultados son interesantes, ya que dejan de pagar el impuesto un millón 267 mil trabajadores, y es un beneficio para más del 90% de las personas asalariadas”, acotó.
En septiembre, el Gobierno volvió a aumentar el piso, a modo de adelanto, a $ 175.000 mensuales, e incluyó a fondos comunes de inversión y fideicomisos financieros en la exención del gravamen para instrumentos financieros denominados en pesos.
Desde el Gobierno, aseguraron que esa actualización permitió que casi un 1,3 millones de trabajadores continúen exentos de pagar el tributo.
Además en ambas oportunidades el pago de Ganancias también quedó exento con el pago del medio aguinaldo a los trabajadores.
El proyecto de ley de reforma del tributo impulsado por el oficialismo ingresó en la Cámara de Diputados en marzo y fue aprobado por amplia mayoría, para después trasladarse el Senado, donde también fue votado por la mayoría de los legisladores.
Uno de los cambios introducidos a último momento durante el tratamiento en Diputados establece que los ex presidentes y vicepresidentes de la Nación pagarán Ganancias sobre las asignaciones vitalicias.
Asimismo, se establece que la ley tendrá vigencia al 1 de enero de este año, por lo que el Gobierno devolvió los descuentos ya realizados a quienes les correspondieron.
Por otra parte, estableció que los gastos de guardería sobre niños de hasta tres años no pagan Ganancias hasta un tope anual de $ 67.000, mientras que se duplicó la exención por hija o hijo discapacitado y se eliminó el tope de edad.
También quedaron eximidos del impuesto los bonos productivos hasta un tope del 40% de la ganancia, y las horas extras de los recolectores de residuos.