En una columna publicada en el portal Project Syndicate, Galbraith precisó que “reabrir América es una fantasía económica y política”, y sentenció que “la desilusión es el único sector de crecimiento” actualmente en el país del norte.
El economista estadounidense James Galbraith consideró que “la difícil situación económica de los Estados Unidos es estructural”, y sugirió que el país norteamericano necesitará un New Deal, el plan de recuperación luego del crack del ’29.
En una columna publicada en el portal Project Syndicate, Galbraith precisó que “reabrir América es una fantasía económica y política”, y sentenció que “la desilusión es el único sector de crecimiento” actualmente en el país del norte.
De esta forma, el graduado en Harvard puso en duda los pronósticos que auguran una rápida recuperación económica post pandemia del coronavirus, consigó la agencia de noticias Telam.
“Supongamos que la economía se recupera en el tercer trimestre, ¿Qué pasa después? ¿Continuará felizmente con ingresos y empleos que se recuperan? ¿O se mantendrá en depresión y requerirá un nuevo New Deal, para salvarla?”, se preguntó Galbraith .
El “New Deal” (Nuevo Acuerdo) fue un conjunto de políticas intervencionistas llevadas a cabo por el Gobierno de Franklin Roosevelt que lograron reactivar la economía estadounidense, tras la gran crisis comenzada en 1929 con el estallido financiero en Wall Street.
Al respecto, indicó que el optimismo de los “economistas convencionales” ignora tres cambios importantes en la economía estadounidense desde la década los 60: “la globalización, el aumento del peso del sector servicios en el consumo y el empleo, y el impacto de las deudas personales y corporativas”.
Así, el analista cuestionó a los “economistas de centro-izquierda” que consideran a la pandemia como un shock económico que “interrumpió una estructura sólida de crecimiento”, que se recuperará fácilmente con dosis de confianza y pequeños estímulos estatales.
“Suponen que la inversión empresarial responde principalmente al consumidor, cuyo gasto estaría dictado igualmente por los ingresos y el deseo; la distinción entre ´esencial´ y ´superfluo´ no existe y las cargas de la deuda se ignoran”, arremetió el economista.
En sentido opuesto, Galbraith estimó que “ante la incertidumbre radical, los consumidores estadounidenses van a ahorrar más y gastar menos” en servicios no esenciales como bares, restaurantes y gimnasios, que generan millones de puestos de trabajo.
A los problemas para estimular la demanda interna por la incertidumbre, el endeudamiento de los hogares y el profundo estancamiento de los salarios, el economista sumó los problemas externos.
Según su análisis, Estados Unidos mutó de ser una economía orientada hacia el mercado interno a una exportadora de bienes y servicios de inversión avanzados, e importadora de bienes de consumo como ropa, electrónica y automóviles.
Entonces, la recuperación de la demanda de muchos bienes de capital fabricados en los Estados Unidos ahora depende de las condiciones mundiales.
El experto añadió que a este escenario se suma la caída de la percepción por impuestos sobre las ventas y otros conceptos, que “está llevando a los gobiernos estatales y locales a reducir los gastos, lo que agrava la pérdida de empleos e ingresos”.
Para finalizar, resumió que “a lo largo de los últimos 50 años han creado una economía basada en la demanda global de bienes avanzados, la demanda volátil de los consumidores y las crecientes deudas de hogares y empresas”.
“Esta economía fue en muchos sentidos próspera, y proporcionó empleos e ingresos a muchos millones; sin embargo, era un castillo de naipes, y la Covid-19 lo ha derribado”, concluyó.