La consultora LCG analizó las elecciones a gobernador en nueve provincias. Los votos que se fugaron.
En las 9 provincias que eligieron gobernador este años, los candidatos del Gobierno Nacional perdieron apoyo en comparación con lo ocurrido en 2015: casi 246.000 votos que equivalen a 1% del padrón electoral a nivel nacional, calculó la consultora LCG.
LCG extrapoló ese resultado al resto del país y a una elección general presidencial. “Cambiemos podría pasar de 34,4% que obtuvo Mauricio Macri en 2015 a un comprometido 30%”, estimó.
LCG puntualizó:
– Las chances de que Unidad Ciudadana tenga la victoria en primera vuelta no son despreciables. El desencanto con el Gobierno actual y la posibilidad de Alberto Fernández de conseguir algunos puntos del electorado más afín a votar al PJ, podrían hacer llegar fácilmente la fórmula AF-CFK por encima del 40%
-Desde 2003 casi 60% del voto siempre se expresó a favor del PJ. Difícilmente ese votante simpatice con otro mandato de M. Macri y de no existir Alternativa Federal, el kirchnerismo edulcorado de la fórmula de Unidad Ciudadana podría capturar ese voto. El riesgo de que Alternativa Federal no sea una opción viable realmente complica las chances de Cambiemos de llegar a un ballotage.
-Para quedarse en el ejecutivo nacional, Cambiemos necesita también que Roberto Lavagna no sea competitivo. Sucede que este candidato le quitaría votos directamente a Cambiemos en una primera vuelta.
-En esta elección, el PRO juega mucho más que la presidencia, la posibilidad de ser un partido con representación nacional y que no vuelva a quedar reducido a la Ciudad de Buenos Aires. Entendemos que M. E. Vidal como candidata a presidente sería la jugada más astuta. Vidal en modo campaña convence más que M. Macri, que ya no tiene muchos argumentos para su desencantado electorado. Parecería estar jugado a que prime más el miedo a C. Fernandez que la decepción con su gestión.
-De todas formas, Cambiemos aún no movió sus piezas y se enfrenta a un doble problema: cómo ganar las elecciones, pero también cómo gobernaría en un eventual segundo mandato con el grado de confrontación con la oposición. En este sentido, no se comprende la falta de reflejos para tratar de incorporar a otras fuerzas a una coalición más amplia.
