Son intereses de tres bonos bajo legislación extranjera. El ministro adelantó que no hará frente a la obligación y empiezan a correr los 30 días de gracia para llegar a un acuerdo con acreedores o defaultear.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, adelantó hoy lo que es un secreto a voces: mañana se avanzará con el pago de los intereses por USD 500 millones que corresponde a tres bonos emitidos bajo ley extranjera. Se descontaba esta decisión, luego de que el Gobierno lanzara la propuesta para renegociar la deuda la semana pasada.
A partir de mañana, por lo tanto, se abren 30 días de gracia para cumplir con el pago de esta obligación. La fecha límite es el 22 de mayo. El objetivo es llegar a un acuerdo antes de esa fecha con los bonistas. Y si no es posible habría que pagar ese vencimiento o la deuda bajo ley extranjera entraría oficialmente en default.
Pero no todo será blanco o negro. Existen algunas otras posibilidades. Por ejemplo que el default sea “selectivo”, es decir que algunos bonos sean canjeados (porque se consiguió el 66% de aceptación), pero otros queden impagos. Si se da este escenario, igual continuarían las negociaciones y una vez que culminen el país saldría de la cesación de pagos.
El peligro de esa estrategia es que podrían aparecer fondos “buitre” que buscarán entorpecer las negociaciones y litigar contra la Argentina, lo que podría llevar a un alargamiento de los plazos.
En un reportaje radial, Guzmán reconoció que la oferta no fue satisfactoria para los acreedores, pero que no está pensando en mejorarla. Sin embargo, esta postura rígida podría ser parte de la negociación. En caso de que el Gobierno decida no mover ni una coma respecto a la propuesta original sería casi imposible llegar a un acuerdo.
En el medio de estas idas y vueltas, el riesgo país inicialmente había caído desde más de 4.000 puntos a mediados de la semana pasada a 3.300 puntos, pero ya en las últimas horas rebotó a cerca de 3.600 puntos. En la debilidad de los bonos se mezcla la inflexibilidad que por ahora muestra el ministro para negociar con jornadas negativas en Wall Street a partir del derrumbe que sufrió el petróleo.
