Las cotizaciones quedaron al borde de perforar los $ 1.100 y la brecha cambiaria vuelve a niveles del 40%. El Gobierno insiste con unificar el mercado cambiario para mediados de año
Los dólares financieros, incluyendo al blue, tuvieron fuertes caídas en la jornada de hoy, que fue la primera luego del feriado largo de Carnaval. Se registraron derrumbes de hasta 4% en las cotizaciones y todos los tipos de cambio quedaron por debajo de los $ 1.200.
El dólar blue perdió nada menos que 40 pesos, finalizando a $ 1.105, un reflejo de lo que está pasando en la calle: no hay plata. Lo sufren los comerciantes, que deben enfrentar fuertes caídas de venta, pero también se refleja en las distintas cotizaciones del dólar. Es un momento en el que no solo hay que pagar los gastos en dólares del verano (al menos parte de aquellos que viajaron al exterior), sino que además el Gobierno llevó adelante una intensa tarea de reducción de la base monetaria en términos reales, lo que implica que hay muchos menos pesos en circulación.
El contado con liquidación también ajustó fuerte a la baja. Tras una caída de casi 4,5% cerró a $ 1.176. No se trata de un dato menor, ya que refleja una menor presión dolarizadora por parte de las empresas, que son las que usan este instrumento para hacerse de divisas. El dólar MEP, por último, no se quedó atrás y terminó casi igual al blue a $ 1.109, una disminución de 3,6%.
En medio de una fuerte caída de los ingresos, es evidente que el público se quedó sin pesos disponibles para dolarizarse. Los salarios formales perdieron más de 13% contra la inflación en diciembre y continuaron en baja en enero. Para los ingresos informales fue aún peor.
Algo parecido ocurre en las empresas, que sufrieron fuertes caídas de ventas y por lo tanto tienen muchos menos pesos para cubrirse con la compra de dólares. En la mayoría de los rubros se sufrieron pérdidas o hubo bajísima rentablidad en diciembre y en el arranque del año, por lo que los esfuerzos están puestos ahora en mantener a salvo la estructura y pagar sueldos.
Desde que asumió Javier Milei, el esfuerzo está puesto en disminuir el peso de los agregados monetarios. Hay licuación de pasivos a través de una baja de las tasas de interés, absorción monetaria vía pases y la colocación del bono por parte del Banco Central para saldar deuda con importadores (el Bopreal) también tiene una fuerte utilidad para la absorción de pesos en esta etapa. Del otro lado, el Central emite pesos para la compra de dólares (USD 7.000 millones desde que gobierna Milei), pero la base monetaria se mantiene estable.
Por otra parte, los activos argentinos siguen en pleno ascenso, con subas en todas las acciones argentinas que cotizan en Wall Street (los bancos ya ganan más de 20% en dólares en lo que va del año). Los bonos también rebotaron y el riesgo país volvió a perforar los 2000 puntos. Esta mejora del clima financiero también se refleja en una mayor estabilidad cambiaria.