Fondos comunes: un boom que recién arranca

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Todo lo que hay que saber antes de elegir cuál es el producto que mejor se adapta a las necesidades de cada ahorrista. Crece la oferta y el blanqueo ofrece nuevas alternativas para el dinero. El patrimonio administrado, sin embargo, está entre los más bajos de la región. Por Verónica Dalto.

El cambio de gobierno generó más seguridad a los inversores en el mercado local y los cambios de política económica que crearon activos con rentabilidades inéditas, como las Lebac, atrajeron a más inversores a los Fondos Comunes de Inversión (FCI) locales. Sólo en el primer trimestre de 2017, el patrimonio bajo administración de las sociedades gerente creció 39%. Pero lo más impresionante es que los inversores minoristas pasaron a representar un 13% del total de la industria desde un 5% desde el inicio del año pasado.

La penetración de este mercado sigue estando a años luz de la que sucede en países vecinos. Pero los fund managers coinciden en que el camino ascendente recién comienza. Obviamente, el blanqueo de capitales récord también es un gran incentivo. Unos USD 100.000 millones que los inversores mantenían ocultos salieron a la superficie y se trata de una gran oportunidad para invertir a través de vehículos locales.

Según los últimos datos de la Cámara Argentina de Fondos Comunes de Inversión (CAFCI), hay 258.293 personas que eligen esta opción, un repunte del 110% respecto de las 122.953 que invertían en diciembre de 2015.

La mayor afluencia de minoristas a la industria elevó su participación en el patrimonio administrado desde $ 52.503 millones, un 12,5% del total de la industria, desde los $ 9.966 millones, apenas un 4,7% del total.

Se trata de un cambio de tendencia de la industria, acostumbrada a administrar la liquidez de los inversores institucionales en vez de los ahorros de las personas físicas.

“El punto de inflexión fue hacia fines de 2015, cuando empezaron a regresar las inversiones que se habían perdido en los últimos años. Hay evidencias concretas de que la gente está evaluando cada vez opciones locales para invertir su dinero. Es muy diferente a lo sucedido luego del 2001, cuando se privilegiaba más el ahorro fuera del país que adentro”, señaló Juan Cruz Elizagaray, CEO de Compass Group, a Road Show.

“Hubo cuatro drivers –agrega el ejecutivo- para este fenómeno: el cambio de clima político e institucional y el proceso de normalización de la economía, que generó tasas reales positivas. También lo que está pasando en el sistema financiero global, donde hay mucha presión de los bancos centrales y reguladores sobre las entidades para un mayor control sobre el lavado de dinero. El tema del blanqueo, mucha plata de la noche a la mañana tiene necesidad de invertirse, muchos residentes que ahora tienen que tributar empiezan a buscar opciones más eficientes, bonos y fondo que no tributan ganancias”.

Y agregó la reforma regulatoria pendiente, con la nueva ley de mercado de capitales que busca sanción en el Congreso, que genera expectativa sobre los nuevos productos que la industria puede ofrecer, las nuevas actividades que se pueden desarrollar y los nuevos asesores privados de inversores que podrán operar en el país.

El gran salto patrimonial

En diciembre de 2015 el patrimonio administrado por los FCI ascendía a $ 210.766,37 millones. Luego de sufrir una salida de fondos para que las empresas pudieran girar utilidades al exterior, la industria fue captando inversores y capitales hasta trepar a los $ 447.909 millones en marzo de 2017. Este incremento de 115% es explicado por dos variables principales: un fuerte incremento en el valor de los activos (por ejemplo bonos y acciones), pero también una mayor cantidad de ahorristas volcándose a este producto como opción.

La afluencia de inversores se tradujo en una explosión de nuevas cuentas abiertas, desde 122 mil en diciembre de 2015 a 260 mil en febrero pasado.

“Venimos de un período de alta intervención regulatoria y el cambio de gobierno generó una fuerte mejora en la percepción de los ahorristas sobre la seguridad jurídica, que llevó a los inversores a buscar nuevas alternativas y las encontraron en los fondos”, coincidió Gabriel Ruiz, CEO de Delta Asset Management.

El ejecutivo entiende que, a pesar del boom de nuevos inversores y cuentas, los niveles de la industria siguen siendo bajos respecto de sus pares latinoamericanos, donde los individuos representan el 50 o 60% de lo administrado.

“En la Argentina deberíamos poder llegar a que en los próximos tres a cuatro años a que el individuo represente el 60% del total. No parece inalcanzable”, previó Ruiz.

“Es un proceso en el que el público pasa del consumo al ahorro, explicado por la baja de la tasa de inflación, la mejora de la seguridad jurídica y de las inversiones y un Banco Central independiente. El ahorrista va a querer mirar alternativas de inversión de largo plazo. Y solamente se dan cuando las tasas de inflación bajan por debajo de los dos dígitos y comienza a haber visibilidad de mayor plazo. Y en ese sentido tenemos al Banco Central como un gran aliado”.

A fines de 2016, el mercado local de fondos comunes reunía 420 fondos con 235 mil clientes con inversiones equivalentes a u$s 20.328 millones. Pero a pesar del crecimiento del último año y medio, el camino a recorrer es enorme. Mucho más a la hora de comparar con los pares regionales. Chile cuenta con 2.539 fondos que reúnen a 2,1 millones de clientes, con u$s 46.268 millones invertidos y México tiene 587 fondos, para 2,17 millones de inversores y un capital de u$s 97.326 millones.

Mejoran las condiciones

Recién el último año la industria pudo sacarle provecho a un período de menor incertidumbre, después de los cambios regulatorios y distorsiones creados por la política económica de la década anterior. Tras haber tocado un piso en 2008, con $ 11 mil millones, el sector tuvo que atravesar la crisis financiera internacional, la nacionalización de las AFJP. Y no fue todo. Además hubo medidas que obligaron a los FCI a modificar la valuación de activos dolarizados, hubo que lidiar con las restricciones del cepo cambiario o la obligación de invertir en determinados activos emitidos bajo “inciso k”, es decir la norma que obilga a invertir una determinada porción del patrimonio en instrumentos de inversión real en vez de activos financieros.

“Hoy hay menos incertidumbre y es mayor la eficiencia de los vehículos de inversión, son más transparentes y hacen que más gente e inversores puedan confiar de nuevo”, señaló Diego Guzmán, CEO de Megainver.

En tanto, la política para bajar la inflación y la emisión de deuda para financiar el déficit fiscal generaron la aparición de activos que despertaron el apetito de inversores minoristas. Así sucedió con las Lebac emitidas por el Central, que llegaron a rendir 38% anual en pesos o las Letes del Tesoro, que rinden 3% anual en dólares.

La difusión de estos instrumentos en las noticias fue en muchos casos la puerta de entrada de muchos minoristas a la industria de fondos.

“El crecimiento de la industria es multifactorial. La tasa de las Lebac ha sido uno de los factores para que el pequeño inversor acceda a una cartera de renta fija. Para un inversor retail es más sencillo acceder a comprar productos de tasa en pesos a través de un fondo que comprar una Lebac y reinvertir cada cuatro semanas”, señaló Leandro Fisanotti, director de Pellegrini Fondos Comunes de Inversión.

Otra de las opciones disponibles son los fondos en moneda extranjera: el inversor puede invertir en dólares y retirar dólares, ya que se invierte en activos que directamente cotizan en divisas.

Como es razonable, los FCI de renta fija ganaron participación en la industria al 71,5% a fines de marzo, frente al 54,1% que representaban a fines de 2015. Retrocedieron 15 puntos los “money market” de la mano de las cuentas remuneradas de los bancos o los fondos de renta fija, que usaban típicamente las tesorerías de las empresas, al 10,9% del total administrado. El desafío para la industria es generar interés en los fondos de acciones, que hoy son sólo un 3% del total administrado, a pesar del gran rendimiento que han tenido los papeles del índice Merval y del panel general en los últimos cuatro años.

“A los fondos se necesita darles más difusión como instrumento; la gran mayoría no los conoce. La gente que hace plazo fijo claramente está invirtiendo en instrumentos donde deja la plata 30 días como mínimo inmovilizada y le rinde menos que un fondo t+1 del que puede sacar el dinero a las 24 horas”, aseguró Guzmán.

Estos fondos, que incluyen Lebac, obligaciones negociables, fideicomisos financieros y títulos atados a la Badlar pueden rendir un 25% frente a un 19% de un plazo fijo.

“El año pasado los fondos t+1 crecieron mucho. Y este año, los fondos de renta fija dólar que ofrecen un rendimiento superior al plazo fijo en moneda dura. Desde que el gobierno emite Letes de corto plazo que ofrecen una rentabilidad de 3%, claramente es una opción superadora de los plazos fijos para la gente que es más conservadora”, dijo Guzmán, quien explicó que los fondos de renta fija dólar ofrecen una TIR de un 5,5% y menor volatilidad, porque incluye no sólo Letes, sino también bonos soberanos y corporativos sin negociación que tienen un cupón alto.

Gran potencial

El dinero del blanqueo de capitales todavía no ingresó a la industria, pero es un capital que los fondos pueden salir a captar. Por un lado están los ahorristas que expusieron en los bancos los dólares que tenían en el colchón y mantuvieron inmovilizados hasta el 31 de marzo. La cifra no es nada despreciable: u$s 7.000 millones.

Un monto mucho mayor -y más sofisticado- es el dinero que está en el exterior y que ahora paga impuestos sobre esa tenencia con baja renta en el extranjero, pero requiere de confianza en el país y de nuevos instrumentos de inversión para ser atraídos a la Argentina.

“No veo todavía repatriación grande de dinero. Algunos de los incentivos para traer el dinero del exterior es confiar un poco más en el largo plazo, que se consoliden algunas señales y empiecen a aparecer las diferencias tributarias. Si sale la ley de mercado de capitales, que incentiva las ventajas para los inversores y para que los fondos creemos nuevos vehículos de inversión para capturar al público más sofisticado, va a tener un impacto bastante significativo en la industria”, dijo Fisanotti.

La participación de los minoristas en la industria tiene mucho por crecer, porque la inversión de este segmento representa 0,06% del PBI, lo que empalidece al compararlo con la inversión en Brasil (35 veces superior) y México (9 veces superior). En tanto, Chile, con una población de menos que la mitad de Argentina hay 1,7 millón de cuotapartistas, contra menos de 300 mil locales.

“Se viene un cambio de paradigma para la industria, en la que el individuo como inversor empieza a tener más relevancia. El desafío para los fondos es que empiece a ser la alternativa de inversión para que los individuos empiecen a administrar más eficientemente los ahorros, cuando lo tradicional es el plazo fijo, el colchón y el ladrillo, dijo Juan Aguado, gerente comercial de Consultatio Asset Management, que abre cuentas desde $ 1000 y pretende posicionarse en cada provincia con un socio local que quiera ser colocador de sus fondos.

Hoy tanto las administradoras independientes como las de los bancos están a la búsqueda de los minoristas. Los bancos cuentan con la base de clientes para captar el dinero que observa atesorado. En tanto, las administradoras tienen que difundir sus productos.

“En 2016 hubo mucha visita a empresa y mucha apertura de cuentas en los fondos. Lo mismo pasó con los individuos. Han tenido un rol fundamental los bancos comerciales y los agentes de Bolsa en promocionar y divulgar el producto”, dijo Ruiz.

La tendencia para atender a los clientes minoristas es reforzar las herramientas online y las aplicaciones en los celulares para que la atención, el revisar su cartera y la operación sea más dinámica para el inversor y los costos, más baratos para la empresa.

“Es un trabajo más grande. Podríamos ser cinco personas manejando 20 compañías grandes, pero queremos ser 50 personas manejando 10 mil cuentas. Va de la mano de la tecnología”, explicó Aguado. “Queremos pasar a fondos de pocas cuentas con mucha plata a uno de muchas cuentas de menos plata. Que esté más diversificado”, dijo respecto de Consultatio, que hace dos años no tenía minoristas y hoy representan el 5% del total administrado. Además, es una de las entidades que más esfuerzo viene efectuando en los últimos años para convencer a los pequeños inversores de las bondades de confiar en los fondos comunes.

Una ventaja adicional de invertir en fondos para el minorista es que comparte el mismo administrador y la misma cartera de inversión que una gran compañía o un individuo sofisticado.

“El fondo es interesante, porque inviertas mil o un millón accedés a los mismos instrumentos, compras la misma cartera. Y las comisiones son las mismas, aunque existen tramos diferenciados, ya que para los inversores institucionales el valor de la comisión es un poco más bajo, pero no es una diferencia sustancial y compartís la misma cartera”, dijo Fisanotti. “Es un mercado que tiene una alta regulación. El administrador tiene discrecionalidad hasta cierto punto, pasa más por la selección de las categorías de activos. Son equipos de profesionales que tienen el respaldo del control y la regulación de la CNV”, agregó.

A su vez, la oferta de fondos puede ser diferenciada para cada necesidad de inversión o aversión al riesgo, con productos que combinan o no distintos tipos de bonos, monedas, acciones, cheques de pago diferido y fideicomisos.

“El monto de inversión está correlacionado con el nivel de conocimiento del mercado financiero y la sofisticación de los fondos que consume”, dijo Ruiz, porque cuanto menos sofisticado, más interés se observa en los fondos de tasa de interés. “El individuo va despacio, primero prueba los fondos más básicos, de tasa de interés, luego te pide los de renta fija y bonos. Argentina ha tenido muchos años en que el mercado de capitales no ha sido protagonista; hay que recuperar ese tiempo trabajando en difusión”, agregó.

El avance del minorista en el mercado de capitales requiere que la industria difunda lo que puede ofrecer a los inversores en una forma sencilla y más masiva.

“Nos gusta a hablar en idioma complicado, el desafío es hablar simple y romper con la idea de que el mercado de capitales es una timba. Y hay que ser transparente; todos los días mostramos las carteras”, dijo Aguado.

Las administradoras confían en que podrán seguir atrayendo más inversores minoristas.

“Este cambio de la dinámica de la industria inversiones en Argentina de clientes privados es mucho más estructural que coyuntural. Es un proceso que debería extenderse por muchos años. Estamos en la fase inicial de un ciclo de 15 años”, dijo Elizagaray.

Explicó que el blanqueo tiene un efecto estructural, porque el monto fue muy significativo, pesa 22,7% del PBI y la industria, 4,8%. Además, es cinco veces la industria de fondos, ocho veces la industria de seguros y el doble del FGS. También, los cambios regulatorios y el cambio de política económica, si el gobierno en octubre hace una buena elección.

Para Fisanotti tampoco hay dudas: “Si miras los mercados internacionales, el fondo es un vehículo donde tienen mayor preponderancia los inversores minoristas. En esta normalización del mercado argentino, vamos a ver que va a seguir creciendo la participación retail. El fondo actúa como puerta de entrada al mercado y los mismos inversores se van a ir animando a buscar otros instrumentos y a tener otras alternativas de inversión”.

Si la baja de la inflación se consolida, la ley de mercado de capitales que espera ser aprobada en el Congreso se vuelve clave para el crecimiento de la industria. Por las exenciones impositivas que ofrece y por los productos más sofisticados y de largo plazo que le permitiría ofrecer y por una pata que en Argentina no existe: los fondos de retiro para complementar la jubilación.

El ABC de invertir en un fondo común

Consulte cuáles son las comisiones

Todos los fondos le cobran a los inversores. En general, los que ofrecer más retorno (pero también más riesgo) son más caros. Pero es muy fácil comparar entre las distintas opciones de una misma familia, por ejempoo fondo de acciones o de bonos en pesos. Recuerde que la comisión ya está incorporada en la cotización de la cuotaparte, por lo que se trata de un gasto difícil de medir si no se consulta de antemano.

Compare los retornos obtenidos en el pasado

En general, las ofertas de fondos son bastante parecidas para cada familia: renta fija en dólares, en pesos, bonos provinciales, obligaciones negociables o acciones, por ejemplo. Pero la diferencia está en elegir el administrador más exitoso. Y eso es posible comparando rendimientos pasados. La información es pública. Recuerde que el “track record” de una sociedad gerente es uno de los activos más valorados por los inversores en todo el mundo.

Considere los aspectos fiscales

Invertir en cuotapartes de fondos comunes tiene ventajas impositivas, pero que no son iguales a comprar directamente los activos. Por ejemplo, la inversión en un fondo de bonos está exenta del pago de Ganancias, pero no así de Bienes Personales. En cambio, un título público tiene exención en ambos casos. Es un aspecto no menor para un inversor minorista.

Tener claro cuál es el horizonte de inversión

No es lo mismo entrar un fondo común con la idea de retirarse a los 3 ó 6 que estar dispuesto a invertir por ejemplo dos años. En la medida que se pueda optar por un vehículo que compre activos más largos se podrá obtener un mejor rendimiento. Además, en cualquier momento es posible vender, por lo que vale la pena extender los plazos a cambio de una mejor rentabilidad.

Hay total flexibilidad para invertir en pesos o en dólares

Tras la salida del cepo cambiario, el Banco Central dictó una serie de normas que apuntan a facilitar las inversiones en ambas monedas. Y los fondos comunes se adaparon a esta situación. En los últimos meses surgieron varios que permiten comprar la cuotaparte directamente en dólares y retirar también divisas a la hora de la liquidación, algo que hasta diciembre de 2015 no estaba permitido. Estos fondos invierten en Letes y otros bonos que también cotizan en moneda dura.

No es necesario ocuparse de la reinversión de cupones

Una de las tareas más engorrosas para el inversor individual es darle destino al pago semestral de intereses de un bono. Muchas veces el dinero queda depositado en la cuenta durante varios meses, con lo que se pierden muchos intereses. Los fondos hacen el trabajo por usted, ya que automáticamente reinvierten todos los cupones o el capital de los títulos que van venciendo en más activos, con lo que se maximiza la rentabilidad. Lo mismo sucede con los pagos de dividendos de las acciones.

Hay opciones que rinden más que los plazos fijos

Este fenómeno se da tanto en los fondos de pesos como en los de dólares. La proliferación de títulos como las Lebac y otros ajustados por tasa (Badlar) o por CER permiten mejorar sustancialmente los rendimiento en relación a lo que hoy ofrece un depósito a plazo en pesos (bancos pagan menos del 20% anual). Lo mismo sucede con las apuestas en dólares, teniendo en cuenta que las entidades pagan menos del 1% anual. Además de tasas mayores, los fondos ofrecen la gran ventaja que el dinero no queda inmovilizado con el plazo mínimo de 30 días sino que permite retirar el dinero en cualquier momento.

Un profesional se ocupa de sus inversiones

Como inversor individual, es difícil contar con toda la información necesaria para elegir la mejor opción a la hora de administrar un patrimonio. La posibilidad de “embocarle” al activo justo es lo más difícil. Por eso, la alternativa de los fondos comunes es ideal para el pequeño ahorrista, ya que permite invertir en un instrumento que diversifica entre muchos activos que serían imposibles de comprar individualmente.

 

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