En un informe, Ecolatina señaló que “la reestructuración de la deuda le permitirá aliviar de forma significativa los compromisos en divisas en el corto plazo, gracias a la extensión de plazos y a la fuerte reducción en las tasas de interés”.
La consultora Ecolatina estimó que la reestructuración de los compromisos de la deuda significó un alivio cercano a los 41.500 millones de dólares a la Argentina, en el corto plazo.
En un informe, Ecolatina señaló que “la reestructuración de la deuda le permitirá aliviar de forma significativa los compromisos en divisas en el corto plazo, gracias a la extensión de plazos y a la fuerte reducción en las tasas de interés”.
“Si descontamos los compromisos intra-sector público, los vencimientos originales que ascendían a 48.000 millones de dólares hasta 2024, solo sumarán US$ 6.500 millones tras el canje. En otros términos, el acuerdo supone un debt relief de casi US$ 41.500 millones en el corto plazo”, destacó la consultora.
Más adelante, el informe pone de relieve que “la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), descontando el pago de intereses previstos para noviembre, suman casi 46.500 millones de dólares, de los cuales cerca de 5.000 millones de dólares vencen el año que viene”.
Sobre las opciones que tiene a su alcance el gobierno, Ecolatina indicó que “aparecen como alternativas principales la firma de un nuevo Stand By (SBA) o de un Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés)”.
Respecto a las condicionalidades, Ecolatina señaló que “los EFF son más exigentes que los SBA. Concretamente, dado que los SBA buscan dar una respuesta rápida a problemas de financiamiento de corto plazo, las condiciones para sus desembolsos se limitan a metas cuantitativas (niveles de déficit fiscal, de endeudamiento, de reservas internacionales, etc)”.
“En cambio -continuó-, los EFF se destinan a países con problemas estructurales de balance de pagos y, eventualmente, de crecimiento. En consecuencia, la forma que tiene el FMI de garantizar la devolución del préstamo es exigir adicionalmente una serie de reformas estructurales”.
Ecolatina remarcó que “en materia de plazos, el EFF es más flexible en cuanto a la devolución del préstamo, dado que los cambios estructurales requieren más tiempo para madurar. A diferencia del SBA, cuya devolución se estipula entre 3 y 5 años, el reembolso en un EFF puede ir de los 4 a los 10 años, pagándose en 12 cuotas semestrales iguales. Por lo tanto, si el nuevo acuerdo se cerrara durante el primer trimestre del año próximo, tal como busca el gobierno, los pagos de un EFF se harían entre 2025 y 2031, a la par que los de un SBA serían entre 2024 y 2027. Como el capital a devolver es igual en ambos casos, las cuotas del EFF son más relajadas que las del SBA”.
“En el caso del SBA, en 2024 nuestro país debería cancelar 9.000 millones de dólares con el organismo multilateral, por lo que sumando los 3.500 millones de dólares a pagar a los bonistas, los compromisos en moneda dura superarían los USS 12.000 millones. Asimismo, los vencimientos totales superarían US$ 25.000 millones en promedio en 2025 y 2026, pues concentrarían los pagos más fuertes con el FMI” remarcó el informe.
En cambio, bajo un EFF los compromisos más importantes comenzarían en 2025 (US$ 12.300 millones) y se mantendrían en torno a los US$ 17.000 millones entre 2026 y 2031.