Por Jorge Payró, director general en ventas en Red Hat.
Como consecuencia del cambio de paradigma mundial, empresas de servicios financieros se vieron obligadas a aumentar la velocidad de su transformación digital y desarrollar proyectos que llevarían años en tan solo meses.
El 2020 ha enfrentado al mundo a un desafío muy grande desde el surgimiento de la pandemia: ¿cómo cuidar la salud de los ciudadanos y, al mismo tiempo, evitar una gran recesión de la economía a nivel mundial? Desde comienzos de este año, los países y las organizaciones han sido testigos de un verdadero efecto dominó, ya que las medidas implementadas para contener el avance del coronavirus generaron consecuencias que han trascendido la emergencia sanitaria y han provocado una crisis económica cuyos resultados son difíciles de predecir.
Desde el comienzo del aislamiento social, tanto los bancos como los fondos de inversión y las entidades financieras, observaron un incremento en la demanda de nuevas soluciones y transacciones a través de sus sitios o aplicaciones de home banking. Esto se debe a que el usuario final se ha visto forzado a digitalizar muchas de sus transacciones y actividades diarias. Como consecuencia, las compañías bancarias se vieron obligadas a acelerar rápidamente la transformación digital en este nuevo panorama financiero.
Para hacer frente a este incremento en la demanda de servicios digitales y a la vez continuar captando clientes, las empresas en el sector bancario se han lanzado a una serie de proyectos de inversión para desarrollar sus recursos digitales en donde la innovación tecnológica y el open source han sido su mejor aliada. Los bancos alrededor del mundo están reforzando sus infraestructuras informáticas y apostando a desarrollos de nube híbrida mediante el uso de soluciones de Inteligencia Artificial, Machine Learning y Edge Computing, dado que les permiten automatizar procesos, ganar agilidad tecnológica, y como resultado, ofrecer una mejor experiencia de usuario, atributos esenciales para reforzar la fidelidad de sus clientes. De hecho, según el estudio “El Estado del Open Source” realizado por Red Hat, el 63% de las empresas consultadas cuentan actualmente con una infraestructura en la nube híbrida, y las soluciones de código abierto son las elegidas por el 88% de las compañías más innovadoras de Latinoamérica.
La clave para el mantenimiento de las actividades bancarias vendrá de la mano de soluciones de software de código abierto para innovar y habilitar recursos de forma online de manera rápida y efectiva. Los bancos tendrán que apostar en mayor medida por los canales digitales para aumentar aún más las oportunidades de éxito, en medio de una situación que obliga a transformar de raíz su interacción con los clientes. Una infraestructura digital, flexible y colaborativa resulta, entonces, esencial para obtener una ventaja competitiva en esta época de distanciamiento social.
La implementación de nuevas tecnologías digitales será un recurso esencial en el cual las compañías deberán apoyarse para responder a las demandas y necesidades de los usuarios, y cuidar la salud de los clientes y asociados, buscando proteger paralelamente el modelo de negocios. Estas medidas que se tomen hoy para adaptarse a la pandemia tendrán impacto de larzo plazo, tanto en la interacción de los bancos con sus clientes y empleados, como en los servicios que brindarán a futuro, modificando la experiencia de uso bancaria para siempre.