Por Diego Gutiérrez Zaldívar, CEO y co fundador de RSK y presidente de la Fundación Bitcoin Latinoamérica. En estos días el bitcoin es protagonista de los medios de comunicación por el imparable crecimiento del valor de la criptomoneda. Pero de lo que no se está hablando es acerca del increíble potencial que tiene la blockchain, la tecnología detrás del bitcoin. Estamos hablando de una disrupción tal que puede llegar a modificar drásticamente la forma en que todas las personas del mundo intercambian valor entre sí.
Empecemos con datos que nos pueden dar una magnitud de este potencial. Por un lado, en Latinoamérica alrededor del 60 por ciento de la población no está bancarizada. Por otro, según el Banco Mundial, para 2020 más de mil millones de personas excluidas del sistema tendrán un smartphone. Algo tan simple, si se quiere, como un teléfono inteligente, puede lograr que una persona que transcurría toda su vida no incluida en el sistema financiero, aspire a crecer y a soñar en nuevas oportunidades, algo que durante, tal vez generaciones, no le fue posible.
Pero, ¿cómo funciona esto entonces? ¿Cómo un celular puede ayudar a que una persona tenga acceso a servicios financieros, por dar sólo un ejemplo? La inmutabilidad de la tecnología blockchain permite la creación de identidades basadas en la reputación. Se trata de una identidad digital inalterable. El respaldo de la credibilidad de la persona está basada en su historial de cumplimiento de acuerdos y no en un informe de riesgo crediticio (que por otro lado se trata de un servicio que tiene un costo alto).
Todos los sistemas más disruptivos del mundo actual se basan en la reputación de sus usuarios: Airbnb, Mercado Libre, Uber, entre muchísimos casos. La identidad digital de las personas construída con tecnología blockchain – segura, inmutable y transparente – tiene el potencial para convertirse en las nuevas identidades del sistema financiero 2.0, única e inalterable, para todos los sistemas y aplicaciones digitales.
La infraestructura descentralizada de Bitcoin es la piedra fundamental de una nueva Internet, la Internet del Valor, que se trata ni más ni menos que de la transferencia de activos mediante Internet, sin intermediarios, en forma totalmente descentralizada y digital. La Internet del Valor está cada vez más cerca y en RSK trabajamos día a día en la construcción de una red que hará posible este cambio de paradigma.