La decisión del ministro de Economía de avanzar en una negociación con el banco suizo cayó mal entre los tres consorcios de acreedores. En un comunicado, los grupos Ad Hoc y Exchange Bondholders dijeron que “desde el 17 de junio” que no hay contactos con el Gobierno.
Las negociaciones en torno a la deuda nuevamente parecen empantanadas. Por un lado el ministro de Economía, Martín Guzmán, dejó trascender sorpresivamente que el fin de semana avanzó en negociaciones con el banco UBS para llegar a una oferta final. Y por otro lado los consorcios de bonistas aseguraron que no saben nada del tema y que desde el 17 de junio que no mantienen contactos con autoridades oficiales. *Estamos sumamente preocupados por la falta de avances*, aseguraron en un comunicado conjunto Ad Hoc y Exchange Bondholders.
Además, en conversaciones informales los acreedores manifestaron su malestar por la aparición casi de la noche a la mañana de la entidad suiza. “No representan a nadie, si dicen lo contrario mienten”, explican. La pelea, por supuesto, es quién tiene mayor representatividad para negociar con el Gobierno.
Aunque había trascendido que Economía presentaría la nueva propuesta esta semana ante la SEC, aún no hubo novedades y es posible que este paso se atrasa algunos días más.
Por otra parte, esta vez sí sería la última presentación y los inversores tendrán que definir si *lo toman o lo dejan”. Este escenario podría dar lugar a la aparición de “holdouts”, es decir bonistas que prefieren no aceptar la oferta y litigar ante tribunales internacionales. Para evitar este escenario, el Gobierno precisaría conseguir una aceptación de por lo menos 66% de los bonistas con títulos emitidos durante la administración de Mauricio MAcri, es decir a partir de 2016. En el caso de los tenedores de títulos del canje 2005, sería necesario una mayoría mucho más calificada de 85%, algo muy difícil de conseguir sin consenso previo.
Hoy la Argentina inclumplirá con los pagos de intereses de dos bonos: Centenario y Discount, pero habrá 30 días de gracia antes de caer en un nuevo default. Por eso Guzmán estipuló como nueva fecha límite el 24 de julio para terminar con la renegociación. Aunque para eso deberá venir primero la nueva oferta, lo que debería suceder en los próximos días.