El sector ya venía golpeado por las normas del Central que inhabilitaron la cobranza por débito directo, pero ahora se sumó el efecto de la pandemia. Aumento de la morosidad, nuevos canales digitales de pago y nuevos enfoques para el futuro del negocio.
Los préstamos on line se enfrentan a un contexto desafiante, pero que a la vez parece cargado de oportunidades. La morosidad aumentó por el freno de la economía y las dificultades para realizar pagos físicos, pero a la vez surgen nuevas estrategias para canalizar el financiamiento y establecer una relación diferente con los clientes. A su vez, se espera una consolidación del mercado, es decir que algunos jugadores más chicos desaparezcan y el negocio más concentrado.
Road Show convocó a tres de los principales referentes del negocio para que compartan su punto de vista sobre la actualidad complicada que enfrenta el crédito digital en todas sus variantes, pero que también realicen un diagnóstico sobre cómo seguirá el negocio a futuro.
A continuación, las opinones de Alejandro Muszak (Wenance), Ezequiel Weisstaub (Credicuotas) y Salvador Calógero (4 Finance, Vivus).
Alejandro Muszak: Wenance
“Notamos una demanda sostenida, las primeras semanas se sintió un poco más el impacto de la cuarentena, luego el nivel se fue acomodando a valores normales.
La industria pasó a cobrar de manera voluntaria, este mes estuvo afectado por el cierre de los locales de cobranza y la dificultad de la gente de salir de sus casas por la cuarentena. Si bien el modelo de cobranza venía con una impronta física, estamos estableciendo convenios para que la gente pueda realizar los pagos de manera digital”.
“Vemos un proceso de consolidación de players, va a prevalecer el que tenga más espalda financiera, mejor know how crediticio y el que sea más eficiente en costo. Calculo que algunas empresas que carecen de escala y equipo les va a resultar más difícil. Nosotros nos apoyamos en tecnología y un equipo muy completo en todas las áreas. Estamos con un programa muy ambicioso para salir al mercado de capitales, saldríamos a fin de mayo con la tercera serie del fideicomiso público. Estimamos terminar el año con 4.000 millones de pesos de ventas”.
Ezequiel Weisstaub: Credicuotas
“El crédito on line tiene una oportunidad muy grande para adelante. Todos estos cambios de hábito en la gente van a llevar a decisiones de consumo digitales como sucede con ecommerce y lo mismo creemos que va a suceder en este rubro. Estamos lanzando campañas y ofreciendo nuevas condiciones de crédito. Por ahora todo de corto y mediano plazo, entre 10.000 y 100.000 pesos, no más allá de fin de año.
Habrá un impacto fuerte en la economía informal, pero sobre todo estamos enfocados en sectores con ingresos demostrables. Con las restricciones de despido y aportes del Estado se van a amortiguar los efectos hacia delante. Una parte de la morosidad subirá pero es parte del expertise del negocio”.
“También queda pendiente el tema de cobranza, con el débito directo sacaron la mejor herramienta para originar créditos on line y se está solicitando la posibilidad de plantear nuestro punto de vista. Esperamos que el otorgamiento de préstamos se vuelva a acelerar. En marzo estábamos colocando con Credicuotas unos $ 200 millones mensuales a 5.000 clientes. En abril se sintió el impacto pero de a poco se va retomando el ritmo”.
Salvador Calógero: 4 Finance, Vivus
“Lo que estamos viendo es una baja sustancial de ventas, entre 60% y 70% de volumen de ventas menor, abril contra marzo. La primera semana de cuarentena fue más dura, ahora ya no es sustancial pero sí una reducción importante. Hay jugadores que han dejado de prestar porque los canales físicos estaban cerrados o empresas que siguiendo dando préstamos pero sólo con clientes recurrentes”.
“Otros bajaron los límites. El foco ha sido la cobranza, algunos con mayor y otros con menor suerte. El 60% de nuestros repagos se hacían con sucursal física y no la encontraban. Los migraron al canal on line, por lo que ese porcentaje se redujo al 35%. También nos encontramos con gente que no quería salir de la casa. Luego empezó también a mermar ese comportamiento de los clientes. Vimos una migración a medios digitales, muchos se encontraron frente al desafío del canal on line. Nosotros lo definimos como un cliente sub bancarizado, porque tiene una caja de ahorro pero no la utiliza”.
“Lo que resultaba ser una experiencia traumática para muchos clientes, explicando lo que era la transferencia on line lo convertimos en algo positivo. También los ayudamos para pagar facturas y otros servicios por el canal digital. Estuvimos reforzando la educación y el catálogo de la página web de cómo se realizan transferencias a terceros y resultó muy positivo. Hubo un deterioro de la morosidad, bajó entre un 20% y un 30% la capacidad de repago de los clientes. Esto también de a poco se va normalizando. De un 3% en marzo terminaremos en un 7% en abril. Otros jugadores están más complicados porque ya venían con niveles altos. Además, les dimos a determinados clientes la posibilidad de postergar el pago de los préstamos, como ya hicieron otros jugadores del sector como Ualá o Mercado Libre”.
“Lo que se está viendo en Europa y también empieza a notarse acá es una mayor interacción con los distintos jugadores, no sólo de la industria financiera sino de otros sectores. La pandemia está derrumbando las barreras que existían por ejemplo para compartir información y eso genera un ámbito de mayor colaboración”.