De acuerdo con datos del BICE, fueron medios para afrontar la crisis del COVID-19.
El Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) fue uno de los instrumentos del Estado para auxiliar a las empresas en problemas por el coronavirus y “por primera vez” pasó “a financiar capital de trabajo”, además de “liderar la baja de tasas con una línea al 19%”, graficó José Ignacio de Mendiguren, presidente de la entidad.
“A través de instrumentos como BICE fideicomiso, instrumentamos las garantías para que la banca privada pública pudiera garantizar los créditos para los pagos de salarios que en la primera etapa de esta cuarentena fue fundamental”, agregó.
Aseguró que actualmente se están fortaleciendo instrumentos que van a ser útiles para la salida de esta crisis como es el leasing, a la vez que se fortaleció la rama del factoring.
“Al comienzo de la crisis salimos con un cupo de $ 1.000 millones que pudimos monetizar rápido. Queremos seguir con esa línea”, recalcó.
Esa línea entregó a la fecha $1.754 millones a 589 empresas.
“Cuando se completen en los próximos días los desembolsos va a ser más del doble de lo anunciado: $2.281 millones a 725 empresas con un préstamo promedio por empresa de $3,15 millones”, precisaron en la entidad.
Además, el BICE administró el Fogar, un fondo de $30.000 millones que garantizó el pago de salarios de pymes; lanzó Leasing Municipios para la compra de equipos médicos, informáticos y vehículos; y leasing a tasa bonificada para las pymes y concretó encuentros virtuales con 70 cámaras sectoriales y regionales de todo el país.
Para conocer y mejorar la relación con los clientes el BICE realizó una encuesta de satisfacción que arrojó el 78,6% de los encuestados recomendaría la entidad a un colega u otra empresa, y el índice de satisfacción NPS subió a 74,1%, 21 puntos porcentuales más que el año anterior.
El principal aspecto que valoraron los clientes encuestados fueron las tasas competitivas y el trato y cordialidad de los empleados.