Un motor principal será la recuperación de las exportaciones del campo, asumiendo que el año que viene contará con condiciones climáticas mucho más favorables, de acuerdo con un informe privado.
Las exportaciones mostrarían en 2019 el mayor crecimiento de los últimos siete años, impulsadas por la mejora en el tipo de cambio y un mejor desempeño del agro, de acuerdo con un informe de la consultora LCG.
“Si incorporamos a los cálculos un crecimiento (bastante conservador) del resto de las exportaciones por la reciente ganancia de competitividad cambiaria y asumimos que la economía de Brasil se mantiene creciendo (aun cuando lo haga a un ritmo moderado), las exportaciones mostrarían el mayor crecimiento de los últimos 7 años”, mencionó el informe.
El documento destacó los siguientes puntos:
-La pérdida por la sequía fue de tal magnitud que este año implicará resignar exportaciones por aproximadamente US$ 6 MM. En términos de volumen exportados, las exportaciones del complejo sojero retrocedieron a los niveles de 2012/2013, mientras que de maíz se perdieron 2 millones de toneladas contra 2017.
-La recuperación de 2019 se explicará en gran parte por el efecto rebote: si bien un poco superiores, las cantidades exportadas en 2019 no serán muy distintas a las del 2017. ¿Cuántos dólares adicionales supone la recuperación? En nuestro escenario base, que contempla cierta recuperación de los precios, las exportaciones del complejo sojero, trigo y maíz podrían aportar, en conjunto, US$ 6,4 MM adicionales (US$ 26,4 MM en total).
-Tomando como referencia nuestra proyección de exportaciones para 2018 (US$ 61,5 MM), la recuperación de las exportaciones del agro aportaría, de forma aislada, más de 10 pp de crecimiento a las exportaciones totales. En un escenario de precios un poco más pesimista (Escenario “alternativo”), el aporte se reduciría a 8,3% ia (US$ 5,1 MM), que de todas maneras sigue siendo muy significativo.
-Para el resto de las exportaciones nuestro escenario base asume supuestos bastante conservadores, aun cuando se cuenta con una importante mejora de la competitividad cambiaria y el leve impulso de la economía de Brasil. Bajo estas premisas, suponemos un crecimiento del 5% ia de las exportaciones del complejo automotriz (desacelerando fuerte contra el 30% ia que llevan en 7M18) y del 4% para el resto de las MOI (que en 7M-18 vienen creciendo al 6% ia).
-Contemplamos además un aumento del 4% ia en las exportaciones de Combustibles (que en 7M-18 crecen al 92% ia), mientras que dejamos constantes al resto de las exportaciones. Con todos estos supuestos, las exportaciones de 2019 ascenderían a US$ 69,1 MM, lo que implica un crecimiento del 12,3% ia y de US$ 7,6 MM. Todavía se ubicarían un 18% por debajo del pico de 2011 (US$ 15 MM), aunque un 21% por arriba del registro del 2015.
-Entendemos que el 12,3% de aumento se debe considerar como un piso que puede ser superado con alta probabilidad. Finalmente, el nuevo escenario implica una buena cantidad de aire a las cuentas fiscales, en un año en el que el Gobierno deberá hacer un gran esfuerzo para cumplir con las metas acordadas con el FMI.
-Considerando el nuevo esquema de retenciones que estará vigente desde septiembre, la recaudación por derechos de exportación ascendería a $ 381,5 MM (2% PBI), $ 225 MM más que bajo el esquema anterior (1,2% PBI). Del total, $ 247,6 MM se recaudarían por soja, maíz y trigo $ 91 MM más que en esquema anterior.