Un documento de la consultora Elypsis consignó que para este año la expansión de los préstamos continúe, pero a un ritmo menor que el observado en 2017. La liquidez bancaria, en mínimos.
Un informe de Elypsis mencionó que el 2017 cerró con la mayor expansión del crédito al sector privado desde 2011. La caída de la inflación, y el incremento del empleo y los salarios reales tuvieron un impacto positivo, reflejados en el dinamismo de las hipotecas en UVA y en la venta de automotores. Hoy, la liquidez menguante presiona al alza a las tasas pasivas y, por ende, a las activas, limitando el crecimiento de los créditos.
Además, el aumento de tasas en UVA también obedece a que los créditos iniciales, a tasas subsidiadas, emitidos aproximadamente en un 70% por entidades públicas, son difícilmente titulizables en el mercado de capitales. En consecuencia, esperamos que para el 2018 la expansión del crédito continúe, pero a un ritmo menor que el observado en 2017.
El crédito en pesos al sector privado creció en términos reales en 2017 (+17.3%, la mayor observada desde 2011), liderados por los hipotecarios (+66% a/a real), los prendarios (+35% a/a) y los personales (+28% a/a), mientras que los depósitos crecieron apenas 1% a/a.
La liquidez bancaria disminuyó de forma significativa a lo largo del año. Para poder hacer frente al aumento de las colocaciones, las entidades financieras disminuyeron la participación en LEBAC y su liquidez en pesos y, en menor medida, se fondearon emitiendo deuda y acciones.
Aun así, la liquidez se encuentra en los mínimos desde abril de 2017, presionando a las tasas de interés, que crecieron desde mediados de agosto cerca de 300 puntos básicos hasta el 23% actual. Esta merma de liquidez debería acortar la distancia entre las tasas de depósitos y las tasas de LEBAC y pases.
Esta dinámica ha sido parcialmente compensada por el aumento del financiamiento a través de la colocación de bonos y ONs. Tras la salida del cepo, el financiamiento de las entidades bancarias vía mercado de capitales se triplicó respecto del promedio durante el último lustro kirchnerista.
A partir de la reintegración a los mercados internacionales, las colocaciones alcanzaron 2 mil millones de dólares en 2016, mientras que en 2017 ascendieron a 2,5 mil millones Parte del aumento, sin embargo, ha respondido a emisiones en dólares para expandir el capital del trabajo y refinanciar pasivos en dólares. En 2017, sin embargo, se ampliaron las colocaciones en pesos y peso-linked, que alcanzaron 818 millones de dólares y 1,6 mil millones, respectivamente (o bien 34% y 65% de las colocaciones totales).
UVAs
El impulso de los créditos hipotecarios estuvo principalmente explicado por la incorporación de los créditos en UVAs. Al presentar un mecanismo de indexación, la cuota inicial en relación a los ingresos es significativamente más baja a la de un crédito tradicional . De esta forma, bajo la nueva modalidad, más del 40% de la población cumple con la condición ingreso-cuota, frente a menos del 5% con tasa fija. En noviembre de 2017, los créditos en UVAs representaban el 80% del total de créditos hipotecarios al sector privado, erigiéndose como principal motor a la solución del déficit habitacional, que alcanzaba a 3,8 millones de hogares en 2016, y al aumento observado en inquilinos.
Estimamos que la menor liquidez bancaria y el descalce respecto a depósitos UVA desacelerarán el crédito. Si bien los créditos en UVAs han crecido de manera significativa, no ha sucedido lo mismo con los depósitos con dos consecuencias: la desaceleración del crecimiento del crédito y la presión a las tasas de depósitos en UVA.
El contexto ilustra el conflicto entre precios y cantidades característico de la transición de un modelo de negocio bancario basado en márgenes altos con escaso volumen (típico de un contexto inflacionario) a uno con menores márgenes y más volumen (incluyendo a través de la originación y titulización).
El desempeño del crédito hipotecario de ahora en más dependerá de la velocidad con la que los bancos, a través de la competencia, logren capturan depósitos en UVA (más costosos que los de tasa fija en pesos) sin trasladar todo el costo a las tasas activas, para no inhibir la demanda. En el ínterin, esperamos una desaceleración del crédito.
En relación al resto de los créditos, la gradual desinflación mejorará el acceso (reducirá la relación cuota-ingreso) de los préstamos personales a tasa fija, el buen desempeño en la venta de autos sostendrá el crecimiento de los créditos prendarios, el crédito a las empresas mostrará un desempeño magro debido a la eliminación de la línea de crédito a la inversión productiva, y los créditos en dólares seguirán creciendo de la mano de la venta de bienes al exterior (con los depósitos en dólares en suba en línea con la dolarización de carteras del sector privado).
Pese a los problemas climáticos de la presente campaña agrícola que afectará negativamente el desempeño de ese sector (30% del total de créditos en dólares), entendemos que el buen desempeño en el resto de los sectores exportadores (con exportaciones creciendo al 6% en 2018) les bastará a los bancos para poder continuar con buenas colocaciones de préstamos al sector privado en dólares. Por otro lado, entendemos que los depósitos a plazo continuarán exhibiendo un buen comportamiento, en línea con la continua dolarización de portfolios.
Por otro lado, el aumento del crecimiento de crédito al sector privado en un sendero de desinflación no sería una rareza. Como pudimos recopilar en los distintos casos de América Latina que exhibieron desaceleración de la inflación desde registros moderados , el crédito al sector privado como porcentaje del PBI se incrementó en la mayoría de los casos y en ninguno se redujo.
Como conclusión, entendemos que el crédito al sector privado continuará aumentando a pesar del aumento de las tasas reales, principalmente impulsado por la desinflación y los nuevos instrumentos de indexación (UVAs), que posibilitarían el incremento de la toma de crédito en relación a los ingresos. En menor medida, aumentos moderados de los salarios reales, del empleo formal y buenas perspectivas en la venta de automotores también ayudarán a sostener su crecimiento.