Luego de un año en el que el crédito creció a un ritmo del 50%, las proyecciones de los expertos marcan una continuidad para el 2018. Se espera un año de consolidación para el sector financiero, que no quedaría empañado por una reforma tributaria que afecta al ahorro.
Lograr un mercado de capitales más robusto, que se convierta en una herramienta central para un crecimiento sostenible de la economía, es una misión compartida entre los referentes de la City porteña y los organismos regulatorios. ¿Pero cuáles son los cambios necesarios para enviar las señales correctas a los inversores y obtener ese impulso? Gabriel Martino, presidente de HSBC Argentina; Federico Tomasevich, CEO de Puente; Matías Eliaschev, presidente de Lazard; y Alejandro Catterberg, director de Poliarquía, marcaron los puntos clave de ese debate del nuevo escenario político. Fueron protagonistas de lujo del evento organizado por Road Show en la Bolsa porteña.
El momento no podría ser más interesante. El proyecto de reforma impositiva que impulsa el Gobierno comprende modificaciones relevantes como gravar la renta financiera, un tema que durante años dividió aguas en el país. Sobre esa iniciativa, Martino sorprendió al defenderla de entrada: “Estoy de acuerdo con que se grave. Hay que priorizar el objetivo de baja de déficit que está siguiendo el Gobierno, porque la Argentina sin competitividad va a seguir sin insertarse en el mundo y esa es la única forma de salir adelante”.
Sin embargo, un mercado pequeño puede ser muy sensible y las dudas sobre si la decisión puede quitar incentivos a la inversión dispararon una fuerte polémica.
Sobre este punto, Tomasevich admitió que no es precisamente un aliento pero recordó que “es relevante pensar en la equidad entre las ganancias que vienen de colocaciones financieras y las que provienen de la economía real, como las fábricas”.
En ese sentido, el CEO de Puente propuso que, para incentivar el desarrollo de la plaza local, en lugar de hacer una distinción por monedas, tal como hasta el momento contempla el proyecto de reforma impositiva -que establece alícuotas distintas según sean operaciones realizadas en moneda local o en dólares-, sería mejor “definir criterios en función de que las transacciones sea realizadas en el mercado local o en el exterior”. De lo contrario, explicó, no hay ningún incentivo para que los activos locales estén en la Argentina.
Se trata de un aspecto relevante para el sector financiero. Casi dos terceras partes de los activos argentinos están en manos de las personas jurídicas y, por lo tanto, ya están pagando una escala positiva superior a la que tributan las personas físicas, por lo que se estima que no habrá modificaciones de precios. Por otra parte, el potencial de un mercado que dé señales claras a sus residentes puede ser muy grande. La razón es que el régimen de sinceramiento fiscal que finalizó hace algunos meses y arrojó resultados superiores a los previstos, con una exteriorización de US$ 116.800 millones, deja un potencial de enorme para el crecimiento del mercado local. Eso sucederá si al menos una porción de ese monto que hoy sigue en su mayoría en el exterior regresa para buscar rentabilidad en activos locales.
Para Matías Eliaschev, gravar las operaciones en el mercado financiero es inevitable, y “si bien no ayuda a agrandar el mercado de capitales, la situación hace que se deba enfrentar el problema”. El balance final que espera es que se vaya reduciendo el déficit fiscal.
En lo que respecta a la actividad del mercado, el titular de Lazard indicó que “somos optimistas: estamos terminando un año que va camino a ser récord, en cualquiera de las dimensiones en los que se lo mire,. También en la actividad de M&A, que estaba unas tres veces por encima del año pasado al cierre del octubre”.
El camino a seguir
Entre los aspectos básicos para sumar inversores a la escena, un requerimiento siempre mencionado por los protagonistas es la necesidad de mantener una tasa de interés real positiva, lo que asegura un punto de partida para el desarrollo de la actividad. Pero la misma importancia se le asigna al cumplimiento de las promesas que el Gobierno realice a lo largo del proceso de transformación.
“El tema con la Argentina es que cumpla lo que promete”, disparó Martino, quien aseguró que hay que ir hacia una reforma integral muy importante que logre reactivar la economía para luego tener un desarrollo sustentable. Según el banquero, el mercado le hace caso a los compromisos que asume el Gobierno y, si bien el déficit fiscal preocupa a los inversores, estos ven que los funcionarios se están ocupando del tema. Así, a medida que el déficit se reduzca en base a la meta oficial, no observa circunstancias problemáticas.
“Claramente hay una preocupación por la sostenibilidad”, agregó Eliaschev a la hora del debate. “Están llegando recursos del exterior y las perspectivas para el año que viene son muy buenas pese a los reclamos de cambios de los inversores”, acotó.
También hay factores que imponen cierta cautela para el próximo año, no solo para el sector privado sino también para el estatal. Tomasevich hizo hincapié en el resultado del proceso de emisión de los dos últimos años. Hoy, dijo, la Argentina tiene una dependencia más importante de los mercados internacionales y casi una cuarta parte del ingreso de divisas proviene de inversores financieros. “Todo eso sucede y todavía el mercado de capitales no está creado. Por lo tanto, si hubiera algún ajuste a nivel internacional y se cortase ese ingreso de divisas, afectaría el tipo de cambio”, advirtió.
Se trata de un fenómeno que no debería sorprender a los actores de la plaza local, porque ya se registró en agosto, cuando el Banco Central debió salir a vender unos u$s 1.100 millones en el mercado en pocos días. “Lo que sucedió justo antes de las PASO es que el tipo de cambio subió porque se cortó el ingreso de dólares por una posición de cautela de los fondos del exterior, así que hay que estar atentos a ese aspecto”, recordó el CEO de Puente.
Del otro lado de la balanza, hay condiciones que se fueron modificando en los últimos años. El riesgo país bajó, pero todavía está por encima del promedio de los países de la región. ¿Puede esa baja de los rendimientos desalentar el apetito por los activos locales? Muy por el contrario. La visión de los especialistas es que no existe una relación directa entre mayores rendimientos y más demanda de activos financieros locales. “Al ir bajando el riesgo país, cae el rendimiento pero crece el nivel de credibilidad. De ese modo, ante una mayor confianza sobre el rumbo del país, son más los inversores que se muestran interesados en incrementar su posición en acciones, bonos u otras opciones”, resumió Tomasevich.
Este aseguró que hay una mayor demanda de activos financieros que hace un año, ya sea de acciones, fideicomisos, bonos provinciales, corporativos y soberanos, por lo que cree que los precios van a seguir subiendo. “Es muy probable que veamos una selectividad a partir de ahora”, matizó, porque en el mercado subió todo: bonos de largo y de corto, así como todas las acciones de todos los sectores.
Pero en este año de inflexión para el mercado de capitales, el objetivo de atraer inversiones no puede ser el único. Con una mayor profundidad, se espera que se abran camino otras herramientas que son imprescindibles también para el desarrollo de otras segmentos, como el mercado de créditos hipotecarios.
Según reconocieron las propias autoridades del mercado, un avance en la securitización de hipotecas permitirá que prolifere la oferta de los bancos, que necesitarán en una próxima etapa un esquema más completo para sostener el financiamiento de las líneas ajustadas por UVA.
La necesidad de recrear este aspecto no es solamente de gran importancia para los bancos privados sino también para los públicos. Puente ya tuvo varios mandatos para securitizar y emitir obligaciones negociables, pero el consenso es que recién en 2018 y con una nueva ley de Mercado de Capitales ya probada se apuntale la descarga de esas líneas en la Bolsa.
Para estos jugadores del mercado, todavía queda mucho camino por recorrer.
Martino aseguró que el objetivo de HSBC es seguir creciendo en un mercado en el que, a futuro, puede darse una mayor concentración, pero considerando que se daría de una forma más ordenada, “más parecida a la transformación mexicana que a la brasileña”.
También imagina un sector público que, en alguna medida, va a empezar a darle una mano al privado.
“Hoy realmente el sistema financiero ayuda al crecimiento con líneas de crédito y capital para todo lo que se necesite, desde los individuos hasta las pymes y los gobiernos”, dijo el presidente de HSBC Argentina. Para él, la transformación de la Argentina es un maratón y, a menos que haya un cisne negro, lo que más le preocupa es “la paciencia de los argentinos, y en particular del ‘círculo rojo’”.
Espera que, con un modelo de un país insertado en el mundo, va a haber ganadores y perdedores. “Será un proceso largo, porque transformar un país que viene de décadas de decadencia no se hace de un día para el otro y sin que todos pongan un poco”, señaló.
Desde la dimensión política, Catterberg destacó que el Gobierno tiene el panorama despejado hasta 2019 para llevar adelante las reformas, “en medio de un kirchnerismo que tiene un respaldo social insuficiente y un peronismo desorientado que paga muy caros los años de inacción frente a la gestión anterior”.
Según la mirada del director de Poliarquía, “el peronismo hoy carece de identidad y de control en la provincia de Buenos Aires. Es algo que le cuesta mucho resolver”.
Con todo, el analista individualizó tres aspectos que podrían representar riesgos para el macrismo: “Entre los desafíos que enfrenta el Gobierno, creo que el primero tiene el ver con el manejo de algunos picos de tensión; el segundo es un posible divorcio de Elisa Carrió, porque la historia muestra que es puede entrar en conflicto; y el tercer factor que me preocupa, diría que es un combo entre las disputas por espacios de poder que el Gobierno está encarando y la posibilidad de que eso genere alguna crisis política”.