Reclamo empresario en AEA por la presión tributaria

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Reducir la carga de los impuestos fue el principal reclamo de los hombres de negocios en la jornada de la Asociación Empresaria Argentina.

Aún cuando todas las exposiciones tuvieron la cautela como rasgo predominante, los empresarios que participaron de la jornada de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) no desaprovecharon la oportunidad para enfatizar su habitual reclamo por la excesiva presión tributaria. En el marco de las reformas que el país requiere hacia el largo plazo, pidieron por un sistema impositivo más simple y menos gravoso como una vía para la recuperación económica.

“La presión fiscal es asfixiante, lo vivimos día a día. Entre 1998 y 2019 la presión tributaria subió del 21 al 33%. Cada argentino que gasta 100 pesos en alimentos paga entre 38 y 44 pesos de impuestos”, señaló Carlos Blaquier, presidente de Ledesma. Pidió además por la aplicación de un “federalismo económico, ya que sin él este país no es viable”, y por las cargas que generan para las empresas la generación de empleo: “Hay que encontrar una forma para ocupar a la gente fuera de la pampa húmeda y los centros urbanos”. Para ejemplificar los servicios que reciben las empresas como contracara de la presión tributaria, Blaquier mencionó que transportar en tren azúcar u otras mercaderías desde Jujuy a Buenos Aires es más barato que hacerlo en camión, pero que ese viaje demoraba 22 días. “Es imposible usarlo para mercaderías perecederas. Con las inversiones que se hicieron ahora tarda 12 días para cubrir 1.500 kilómetros. Un maratonista lo haría más rápido”, ironizó.

Cristiano Rattazzi, presidente de FCA Argentina, ubica a la excesiva carga impositiva como uno de los puntos centrales en los que el gobierno de Mauricio Macri no cumplió sus expectativas, junto con la reducción de la inflación y la pobreza. “Este gobierno iba a eliminar los impuestos distorsivos, como el impuesto de Sellos, el impuesto al cheque o Ingresos Brutos. Y siguen adelante. Un país puede manejarse correctamente con el Impuesto a las Ganancias y el Impuesto al Valor Agregado, sumado a alguna tasa provincial. Nada más”.

Las retenciones a la exportación también aparecieron en escena. “La alimentación es un sector en el que la Argentina tiene muchas posibilidades una vez que se estabilice la macroeconomía. Tenemos que poner el foco en las exportaciones con valor agregado. Pero hace falta reducir las retenciones, que crean distorsiones y quitan previsibilidad”, señaló Luis Pérez Companc, presidente del holding que lleva el nombre de su familia, una de cuyas empresas, Molino Agro, está volcada a los mercados externos.

Martín Migoya, CEO de Globant, coincidió en que “es necesario hacer muchas adecuaciones impositivas. Hay que reconocer nuevas formas de empleo” señaló en relación con las relaciones laborales que acarrean los nuevos servicios de las plataformas tecnológicas. Alfredo Coto, por su parte, planteó las tasas que enfrentan las empresas con presencia en todo el país: “Hay 27 impuestos provinciales diferentes, ¿cómo es posible manejar eso?”.

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