Cercano a la fórmula Fernández-Fernández, el economista asegura que hay muchas dificultades para aplicar recetas extremas, tanto por derecha como por izquierda.
El ex viceministro de Economía y asesor económico del kirchnerismo, Emanuel Alvarez Agis, explicitó su posición frente a eventuales riesgos de que la Argentina deje de pagar su deuda durante el próximo gobierno. “Para alejar fantasmas: no hay incentivos para ir al default”, señaló durante su participación en el 7° Latin Economic Forum. Y explicó las diferencias que a su juicio existen entre el escenario actual y el último default. “Si se quisiera repetir el plan de 2001 y 2002, es decir, defaultear y devaluar, no estarían en el horizonte el 2003 y los años siguientes. En ese momento, había incentivos para defaultear porque había un rebote a la vuelta de la esquina. Hoy eso no está. Si alguien hace el default ahora, no va a tener el crecimiento a tasas chinas de los años posteriores”.
Alvarez Agis sorprendió al mostrar coincidencias con Carlos Melconian, quien lo antecedió en las disertaciones del evento organizado por Research for Traders y la consultora FinGuru. Dijo tener una visión similar en cuanto al surgimiento del escenario actual: “Llegamos a una crisis en forma de L. Es difícil ver señales de recuperación para este año y el próximo. Salvo el campo, no se ven factores que puedan traccionar la economía”.
En su disertación, Alvarez Agis se refirió a la conocida “teoría del péndulo” expresada en los años 80 por el fallecido economista Marcelo Diamand. En el momento actual, para Alvarez Agis no hay margen para ir hacia ninguno de los dos extremos.
“Si quiero mover el péndulo excesivamente hacia la izquierda, tengo 4 problemas: la relación deuda/PBI, que es excesivamente alta; una cuenta capital muy desregulada, en la que todo el mundo puede comprar dólares; el elevado pass through en caso de una suba del tipo de cambio que impide mejorar la competitividad de esa forma; la falta de ‘viento de cola’, con Brasil en recesión y los precios de las exportaciones en baja”, explicó Alvarez Agis.
En su opinión, tampoco es viable armar un plan que “mueva el péndulo” hacia la derecha: “Hace dos años que tenemos recesión, algo que no ocurría desde 2001, con una caída de dos dígitos del poder adquisitivo de los salarios, jubilaciones e ingresos informales. Hay inflación de alimentos de 10 puntos por encima de la inflación general. La inversión pública está en mínimos históricos.”
A estas restricciones por derecha y por izquierda, hay que agregar el Fondo Monetario Internacional. “Hubo que negociar tres meses para que autoricen a intervenir ante un problema en el mercado de cambios, cuando se sabe que esos problemas pueden durar tres días,” aseguró Alvarez Agis, quien confesó haber relativizado sus “prejuicios ideológicos” con el FMI. Explicó que en los años ’70, los países que entraban bajo la órbita del Fondo caían siempre en recesión. Hoy, observa que todos los países con acuerdo con el FMI, a excepción de Grecia, comenzaron a crecer y estabilizaron sus cuentas públicas a los 7 años de iniciado el acuerdo. “El problema no es (Christine) Lagarde, el problema somos nosotros. Si se quiere ser más estricto, el problema es la receta que el Fondo da para un país con una particular obsesión con el dólar”, dijo.
El economista recordó que los últimos 13 países que celebraron un “Extended Fund Facility (EFF)” con el FMI realizaron una reforma fiscal. Alvarez Agis espera para este año un déficit fiscal primario de 1,2% del PBI, basado en la evolución de la recaudación por exportaciones. “Vamos a fracasar en el único compromiso que asumimos con el Fondo. Gane quien gane, hay que discutir con ellos la realización de un EFF o la extensión del stand by”. Vaticinó que un EFF podría cerrarse en el primer trimestre de 2020 para despejar las dudas sobre los pagos que debe afrontar la Argentina de 2022 en adelante.
Sobre la forma de alcanzar el equilibrio fiscal, también planteó un eje ideológico para analizar qué podrían hacer los dos aspirantes a la Casa Rosada: “Uno podría prever que Macri quiere llegar por el lado del gasto, ya que dice que la presión tributaria es muy alta. Y que el sesgo ideológico de Alberto Fernandez lo va a llevar, en el otro lado de la grieta, a subir los ingresos en lugar de gastar menos. Pero más allá de los sesgos, si la solución ‘de izquierda’ es llegar al equilibrio fiscal aumentándole las retenciones al campo, vamos a volar por el aire. Es necesario que también hagamos algo en materia de gasto.”