La entidad ya suma 40.000 en sólo 9 meses de funcionamiento. Su presidente destaca la flexibilidad para llegar a nuevos públicos.
El crecimiento de las herramientas digitales para los servicios bancarios es imparable. Así lo indica la información del BCRA, donde se constata que en 2018 se duplicaron las transferencias electrónicas realizadas desde los dispositivos móviles, que pasaron de 872 mil a 1,7 millones. Y si tomamos todo el universo: home banking, mobile y cajeros automáticos pasaron de 8,5 a 16 millones, durante el mismo período.
También el crecimiento se demuestra entre quienes no estaban dentro del sistema bancario. “El 50% de nuestros clientes son personas que no estaban bancarizadas”, dijo Guillermo Francos, presidente de Wilobank, el primer banco digital de Argentina.
El porcentaje coincide con la estadística general, desde donde se afirma que más del 52% de la población adulta de nuestro país, no está bancarizada. De ahí el crecimiento de las opciones digitales que, como en el caso de Wilobank, en sólo 9 meses logró seducir a más de 40 mil clientes.
La evolución rápida también puede estar vinculada a la flexibilidad y sencillez que ofrecen los nuevos bancos digitales, donde ningún trámite requiere presencia física, incluso el alta de cliente, que se hace a través de una aplicación.
Ahora existen nuevos productos bonificados que también atraen la atención de los consumidores de estos servicios. Wilobank está a punto de lanzar una tarjeta de crédito, con bajo límite, Mastercard internacional, para todas las personas que hoy no califican en la banca tradicional. El plástico será recargable y servirá para “ir formando la historia crediticia de los clientes”, explicó Francos.
“Creo que gran parte de la población es expulsada de los bancos y la banca digital es una buena herramienta para lograr mayor acceso para quienes hoy no lo tienen”, resumió Francos.
También está en el laboratorio de Wilobank una tarjeta Mastercard de débito para menores de edad, de 8 a 18 años. Sólo con el requisito de que sea avalado por una cuenta de un adulto, quién a su vez podrá fijar los límites diarios de extracción y de otras operaciones.