El nuevo programa del BCRA logró mantener a raya la volatilidad del dólar. El costo de las tasas altas en la actividad.
El nuevo esquema de política monetaria recién da sus primeros pasos, pero al menos por ahora logró mantener a raya la volatilidad del dólar. Al costo de altas tasas e impacto en la actividad, el plan Sandleris se sostiene, mencionó un informe de Mills Capital Group.
Pasaron sólo algunas semanas desde que se anunciara el segundo acuerdo con el FMI y se empezara a aplicar la nueva regla de hierro para la política monetaria argentina: emisión cero hasta junio del año que viene. La estrategia, arriesgada para el balance del Banco Central y para la actividad económica, al menos por ahora rinde sus frutos.
A pesar de que las turbulencias internacionales no cejaron, las primeras semanas de Guido Sandleris como presidente del Banco Central están logrando recuperar la estabilidad perdida en el mercado cambiario y, con ella, la dinámica de precios que se había desbocado con los intentos anteriores de estabilización.
La nueva regla de emisión cero de acá a junio del año próximo está cumpliendo el objetivo de pinchar la demanda de dólares, sino por convicción al menos por necesidad. Con tasas bancarias que rondan el 71% anual y aumentos de encajes la disponibilidad de pesos para correr al dólar es casi nula.
Las tasas “de punta” por un lado generan un incentivo al ahorro y la inversión en activos en pesos, dejando de lado la demanda de dólares para atesoramiento, fenómeno que se ve retroalimentado por la baja de la divisa.
Por el otro, al aumentar los costos de financiamiento en moneda local más allá de lo económicamente razonable, más en un contexto de caída de la actividad y las ventas, impulsa a empresas e individuos a deshacerse de stocks de divisas atesorados para conseguir pesos más baratos, generando oferta en el mercado cambiario que vuelve a reforzar el proceso.
La divisa está cerca de poner a funcionar el otro dispositivo de estabilización: las bandas de flotación. El Banco Central definió una zona de no intervención para el mayorista que fue fijada entre $ 34 y $ 44 pero con ajuste diario en base a un avance del 3% mensual -hoy por hoy esos límites están entre $ 34,51 y $44,66- con lo cual el piso se acerca al precio y el precio al piso.
De lograr que el dólar salga de la zona de no intervención por abajo el Central podrá volver a emitir pesos para comprar reservas, relajando las condiciones monetarias y reduciendo así el impacto en actividad del plan de estabilización. Se trata de la única excepción a la norma de emisión cero, sólo puede emitir para comprar reservas y exclusivamente en el caso de que el peso se aprecie.
El todavía incipiente éxito del plan de estabilización permite a los ahorristas e inversores levantar la cabeza de la corrida cambiaria y pensar así en las primeras colocaciones en pesos que, de mantenerse esta tendencia, generarían ganancias de corto plazo mucho mayores que las que ofrecen los activos en moneda extranjera.