La divisa bajó casi 2 por ciento en el mercado de cambios paralelo. Los dólares financieros también bajaron.
El dólar blue hoy volvió a bajar y quedó a 1.100 pesos para la venta, en una rueda en la que también cedieron posiciones los tipos de cambio financieros.
El retroceso de la divisa en el mercado paralelo ocurrió en una jornada en que el Banco Central debió vender 52 millones de dólares para equilibrar la demanda del sector privado.
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Precisamente, el dólar mayorista cerró a $ 1.009,50/1.012,50 por unidad, apenas un peso arriba del cierre del viernes último.
En cuanto a las cotizaciones financieras, el Contado con Liquidación (CCL) cayó al mínimo en siete meses al bajar hasta $1.097, ubicando el spread con el mayorista en 8,6%. Mientras que el dólar MEP cerró a $1.070 y la brecha con el mayorista se ubica en el 5,8%.
Por su parte, el dólar oficial, sin impuestos, cerró a $982,91 para la compra y a $1.041,73 para la venta. En el Banco Nación, el billete se ofreció a $992 para la compra y a $1.032 para la venta.
En el comienzo del último mes del año, el Banco Central (BCRA) vendió dólares por segunda jornada consecutiva, con un resultado negativo neto de US$52 millones, que se sumaron a los US$171 millones vendidos el viernes. Mientras tanto, las reservas brutas internacionales se recuperaron parcialmente al alcanzar los US$31.324 millones.
En cuanto al dólar futuro, el contrato de diciembre cedió 0,2% a $1.037, mientras el de enero recortó 0,1% $1.059,5. Para el resto de los plazos de 2025 se observaron comportamientos muy dispares; en todos la tasa nominal anualizada (TNA) se ubicó por debajo del 30%.
Los dólares financieros operan con presión bajista en un contexto de mayor presencia agroexportadora y la continuidad del cepo cambiario.
Precisamente, los agro exportadores duplicaron la liquidación en noviembre e ingresaron US$ 1.999 millones, según indicó la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
En relación a octubre se produjo una caída de 21% mientras que en 11 meses de 2024 se verifica un alza de 25%.
Esto muestra de alguna manera que las presunciones de una “demora en la liquidación” en los principales meses de la cosecha gruesa tenían fundamento.
Esta fuerte liquidación atípica para este mes del año, fue uno de los motivos que le permitió al Banco Central acumular un saldo positivo de US$ 1.410 millones y como el 20% se liquida en el Contado con Liquidación mantener a raya los dólares financieros.
“El ingreso de divisas del mes de noviembre es el resultado de un buen ritmo de ventas de granos de parte del productor, así como un sólido programa de embarques de harina y aceite de soja”, dijo CIARA-CEC.
La industria sostuvo que “la exportación de granos sigue trabajando con altos niveles de capacidad ociosa, así como la industria aceitera, padeciendo márgenes negativos permanentes”.
Añadió que “el ingreso mensual de divisas, transformadas en pesos, es el mecanismo que permite seguir comprando granos a los productores al mejor precio posible”.
“La liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados, ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial”, agregó la entidad.
Los agroexportadores señalaron que “la mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas”.
“Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas”, continuó el parte de prensa.
A su vez advirtieron que “las comparaciones estadísticas entre distintos períodos son generalmente imprecisas o inexactas ya que la liquidación de divisas está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos como oscilaciones internacionales de precios, retracción de la oferta, distinto volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, etcétera”.