Con la nueva política monetaria, que tiene una meta de base, la tasa de interés de referencia pasa a ser endógena. La demanda de pesos, clave.
La tasa de las Leliqs es más comparable con una tasa activa o un piso para préstamos, que la tasa pagada a depositantes, mencionó un informe de la consultora Quantum Finanzas que analizó la nuevo política monetaria del Banco Central.
“Desde el cambio en el esquema, pasó del 60% nominal anual (TNA) a algo más del 72% TNA, que llega al 105% llevada a efectiva anual (TEA) calculando capitalización de intereses a las tasas vigentes y para hacerlo homogéneo con la metodología de cálculo de inflación, que ‘capitaliza’ variaciones sobre registros previos”, mencionó un informe de la consultora dirigida por Daniel Marx.
Ello marca la prioridad de estabilizar y reducir la tasa de inflación sobre el nivel de actividad de corto plazo, ya que inflaciones muy altas también se asociación a recesiones en Argentina.
Si se acompaña la idea de estabilización de tipo de cambio, las tasas actuales de los pesos resultan notablemente atractivas. Este debería ser el principal factor explicativo de las tasas locales. Sin embargo, debería considerarse que las expectativas siguen marcando fragilidad y que la tasa de inflación se proyecta elevada en estos meses.
La tasa de las Leliqs es más comparable con una tasa activa o un piso para préstamos, que la tasa pagada a depositantes. En el espectro de instrumentos financieros existe diversidad de remuneraciones con acceso diferenciado.
Las tasas de Leliqs,y el Call entre entidades, de adelantos transitorios y préstamos personales (activas) se ven positivas en términos de TEM real, pero la inflación es un promedio con muy alta dispersión entre sectores.
Las de depósitos a plazo fijo son negativas minorista y BADLAR -0,5% y -0,4%, respectivamente-, similar a la de una Lete. Esto repercute en el diseño de instrumentos e incentivos para contener la caída previa de la demanda de pesos, que se venía contrayendo desde principios de año.
En los últimos 3 meses el total de depósitos creció a un ritmo promedio mensual de 2,4% (5,8% plazos fijos), por debajo de la tasa de inflación, que fue 4,5% promedio mensual en el período.
En este sentido, el dinero transaccional en circulación venía perdiendo participación en relación al PBI. Pasó del 6,9% del PBI a fines de 2017 a 5,9% en la actualidad.
Para mantener el nivel de actividad se requiere liquidez, pero disminuye el uso del Peso como medio de pago en conjunto con aumentos en la tasa de inflación. Se estabilizaría en la medida que mengüe la suba de precios. Sin aumentos en la demanda de dinero será difícil lograr mejoras sostenidas en la actividad económica.
Dados los costos de préstamos al sector privado involucrados, la demanda de los mismos se desacelera fuertemente. En los últimos 3 meses venían creciendo a un ritmo promedio mensual de 0,4% implicando una caída superior al 13% en términos reales. Si bien existe mayor riesgo de incobrabilidad, por el momento los ratios respectivos tanto de empresas como de familias sobre distintos productos muestran niveles relativamente estables en relación a los meses anteriores.
Ello, sumado a las disminuciones relativas en la capacidad prestable derivadas de cambios regulatorios del BCRA, las mayores contingencias como consecuencia de las investigaciones de público conocimiento, restringe la oferta de fondos a través del sistema bancario. En consecuencia, la actividad se resiente.