Tres opciones para la banca, ante la irrupción Fintech

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El experto en nuevas tecnologías Ignacio Carballo escribió en su blog, Cimientos Económicos, los desafíos que enfrentan las entidades tradicionales y cómo subirse a la ola de la innovación.

Históricamente los bancos han sabido afrontar e incorporar distintas innovaciones tecnológicas que les permitieron modificar la relación con los usuarios. Por ejemplo, la aparición de las tarjetas de crédito en la década de 1950 y la posterior invención de los cajeros automáticos tan solo una década después, cambió totalmente la manera de interactuar financieramente obligando a la banca a reinventarse. Sin embargo, no todas las innovaciones fueron determinísticas al momento de revertir la exclusión financiera propia en la vorágine bancaria tradicional.

Frente a esta falta de respuesta, primero con el nacimiento del microcrédito moderno en la década del 70 y luego con la proliferación de las microfinanzas, toda una corriente alternativa buscó dar cuenta a la exclusión financiera. Debemos resaltar que, cuando hablamos de Microfinanzas, lo más importante es el hecho de que las mismas presentaron una serie de innovaciones metodológicas que permitieron llevar servicios financieros a una clientela que hasta el momento estaba completamente excluida del sistema tradicional de una manera novedosa. No obstante, en lo que respecta a las microfinanzas, la banca tradicional se inclinó mayormente a ignorarlas o, en casos muy puntuales, a impulsarlas pero por fuera de su estructura (procesos bancarios de downscaling).

Con la reciente emergencia de las Fintech (fusión de las palabras Financial y Technology) la banca se inmiscuye en una nueva etapa de innovación que presenta oportunidades y desafíos. Aunque en los hechos las empresas Fintech no son nuevas, por ejemplo Bloomberg fue creada en 1981 y Paypal a fines de la década de 1990, su masividad es relativamente reciente. Para ejemplificar, el BID estima que el 60% de las empresas Fintech que hoy en día operan en América Latina fueron creadas recién entre los años 2014 y 2016.

Sin duda parte del auge reciente se debe a la evolución de otras innovaciones, específicamente lindantes a la telefonía móvil e internet. Aunque debe mencionarse también que, paralelamente a la mayor oferta de servicios digitales móviles, ha habido un gran crecimiento de la demanda Fintech impulsada por un nuevo tipo de generación adulta: los Millenials. En los países desarrollados, estos suelen presentarse como el grupo de mayor tamaño dentro de la sociedad y se estima que para el año 2020 van a representar el 60% de los consumidores mundiales. Entre las principales razones por las que optan por servicios financieros alternativos se destaca la búsqueda de pragmatismo y velocidad, tasas de interés por prestamos/créditos más atractivos y una particular desconfianza sobre las instituciones tradicionales

Actualmente son muchas las áreas en las que han incursionado las Fintech. Solo para mencionar algunas podrían citarse las siguientes: compliance, criptomonedas, crowfunding, gestión de riesgos, pagos y transferencias, seguros, seguridad y privacidad, Big Data, servicios de asesoramiento financiero, trading, entre otras tantas variantes plausibles. Estas innovaciones, en su conjunto, favorecen y se benefician de los servicios financieros on-line y móviles.

Ahora bien, puesto que el termino Fintech es muy amplio y al margen de poder ser incorporado por la banca, también comprende a ciertos tipos de empresas no bancarias muy diferenciadas entre sí. Algunas de estas son empresas que han ingresado al mercado financiero para romper con viejos esquemas o paradigmas. Por lo tanto, se ofrecen como una alternativa a la banca tradicional que presume una mayor eficiencia y transparencia en los servicios y productos.

Años atrás el libro “Fintech: Lo que la tecnología hace por las finanzas” de David Igual Molina clasificaba a este tipo de empresas no bancarias en tres macro grupos:

Startups: empresas pequeñas y de reciente origen, vinculadas a la rama tecnológica, que tienen como objetivo explotar nichos de mercados específicos. Un aspecto clave que las caracteriza es su modo organizativo y estructura laboral. Suelen constituir un grupo de especialistas (donde la programación se destaca), cada uno con un área específica sobre la que trabajar pero con tareas transversales a su estructura.

Unicornios: son las startups cuya valoración supera los mil millones de dólares, nivel que logran alcanzar únicamente el 0,01% del total. En cuanto a su diversificación geográfica, la mitad de estas se sitúan en Estados Unidos, mientras que China se encuentra segunda (25%) y el Reino Unido completa el podio (10%). De todos modos, cabe aclarar que la valuación de estas suele ser tema de discusión, ya que generalmente se justifican por su potencialidad más que por su realidad.

GAFA´s: este término proviene de las iniciales de Google, Amazon, Facebook y Apple (aunque estas son solo la punta de un iceberg). Superando la realidad de las empresas Unicornio, se encuentran dentro del exclusivo grupo de corporaciones con mayor capitalización a nivel mundial. Se caracterizan por ser grandes empresas (aunque relativamente jóvenes), cuyas innovaciones les han permitido hacerse de monopolios digitales contando con una base de clientes o usuarios propia que facilitarían brindarles servicios financieros.

Esta caracterización que data ya de algunos años, ha mostrado quedar obsoleta frente al devenir de los hechos. Por ejemplo, a la efectiva inmersión de las GAFA en distintos planos de los servicios financieros, el auge  de  las BAT Asiáticas (termino que incluye a las gigantes chinas Baidu, Alibaba y Tencent), o bien otros acontecimientos. De cualquier modo nos da cuenta clara de la velocidad de cambio en esta transición digital.

En resumen, al igual que con otros procesos innovadores como fueron las Microfinanzas en su momento, la banca tradicional puede asumir tres posturas teóricas: adoptar las innovaciones, competir sin cambiar, o bien directamente ignorar las tendencias emergentes. Hacer caso omiso a este fenómeno que trae consigo a nuevos actores y una demanda variable ya no es una opción. La realidad reciente nos muestra que competir sin cambiar tampoco deja mucho futuro. Efectivamente, sólo aquellos que adopten de manera superadora las innovaciones Fintech correrán con ventaja en la era Fintech.

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