El informe semanal elaborado por Fundación Capital puso el ojo en la compleja situación cambiaria que atraviesa la Argentina y la dinámica de la caja en dólares. “La evolución de las reservas netas enciende una luz de alerta, habiendo empezado el año en USD 9.000 millones, pero encontrándose actualmente en torno a USD 1.400 millones”.
La baja de USD 7.600 millones de reservas netas en menos de un trimestre obedece a pagos netos al FMI por USD 3.300 millones, a bonistas privados por USD 1.020 millones y el programa de recompra de bonos globales de USD 525 millones. Además, las ventas netas del Central ya superan los USD 2.000 millones desde el arranque del año, en un contexto de menor liquidación de dólares por la sequía.
“La variable de ajuste continuará siendo el control de las importaciones, que prevemos que caigan en torno al 23% interanual. La diferencia entre las importaciones y sus pagos se ampliará en el presente año, alcanzando un stock de deuda cercana a los u$s 11.800 millones contra u$s 7.852 millones en 2022.
El balance cambiario indica una pérdida de divisas por unos u$s 9.500 millones, mientras que para 2022 se obtuvo un ingreso de casi u$s 5.000 millones, lo que “refuerza la tendencia actual a desacumular reservas”, según sostiene Fundación Capital.
“En este marco, prevemos mayor tensión de cara al segundo semestre, donde las reservas netas se ubicarían en territorio negativo de no ingresar nuevos dólares financieros”, señalaron.
Por su parte, la relación laxa con el FMI también implica un desafío, donde las metas con el organismo sólo se cumplen formalmente, y no evitan el incremento de los riesgos de inflación, brecha cambiaria y menor actividad.
Asimismo, el frente externo complejiza la dinámica, donde la inestabilidad financiera global ha impulsado un alza del riesgo país (en Argentina alcanzó los 2321 puntos), subiendo 114 puntos básicos desde el 10 de marzo.
A ello se agrega la sobre las monedas emergentes y de los principales socios comerciales, limitando aún más la competitividad cambiaria. El dólar oficial a $ 203 se ubica en niveles históricamente bajos (-26,7% en enero de 2023 contra el promedio de los últimos 20 años).
El escenario “base” para el 2023, al que asignan una probabilidad de ocurrencia del 40% es el siguiente: inflación aumentando al 120,7%, un tipo de cambio deslizándose a un ritmo de 110% y una caida del PBI de 2,7%. Los supuestos detrás de este escenario son la intensificación de las restricciones cambiarias y a la importación y el ingreso de dólares financieros, además de nuevas medidas de tipo de cambio diferencial (por ejemplo dólar soja) y una asistencia del BCRA al Tesoro elevada pero limitada.