Por Damián Fernández, Chief Digital Officer de Interbanking
La innovación se ha convertido en un tema central en muchas empresas. Ya sea a través de distintos recursos y procesos, este concepto ha ido insertándose en el mercado actual como parte fundamental de la propuesta de valor de la compañías. Sin embargo, es un término que suele sólo asociarse con la transformación digital más que con un concepto global que enmarca a toda la organización, a sus valores y a su cultura de liderazgo.
Cuando hablamos de transformación digital nos referimos a un proceso en el cual confluyen conocimiento y tecnología, atravesando todas las áreas de una empresa que deberán trabajar cooperando de manera tal de lograr un cambio real. Llevarla a cabo es un desafío que modifica a las organizaciones, no solo es la optimización de sus procesos corporativos, si no también generando un cambio cultural. De acuerdo con un informe de Accenture, las empresas que durante la pandemia aceleraron su transformación digital lograron un crecimiento cinco veces mayor que aquellas que no avanzaron.
Las compañías innovadoras son aquellas que evolucionan, tratando de aprender no sólo de su propia historia sino también de la de los demás, ya sea de sus clientes como del ecosistema en general. La flexibilidad y la capacidad de absorber nuevos conocimientos es fundamental a la hora de adoptar un mindset innovador. Si bien, hay perfiles que tienden a abrazar el cambio, la cultura interna tiene un rol principal en este proceso.
Resulta importante generar espacios de escucha y aprendizaje, hábitos muy enriquecedores tanto para las marcas como para sus colaboradores. En este sentido, la tecnología y la innovación juegan un papel muy importante para la mejora del bienestar y de la productividad de nuestros talentos. Sin duda, trabajar en una empresa que está a la vanguardia en materia de digitalización es mucho más atractivo que hacerlo para una empresa obsoleta.
En definitiva, la innovación resulta inviable sin un liderazgo claro y disruptivo. En un contexto donde la tecnología resulta cada vez más accesible para todo tipo de organizaciones, es clave que esté presente en la esencia de la empresa y que ésta cuente con dirigentes capaces de visualizar el desarrollo de los negocios.
Algunas compañías posicionamos a la innovación dentro del ADN de nuestra organización desde el primer momento. No sólo buscamos que nuestro producto se supere a lo largo del tiempo sino que además estamos constantemente reinventándonos porque consideramos que es esencial escuchar y adaptarnos a las necesidades de nuestros clientes.
En definitiva, invertir en un proceso de transformación orientado a la innovación, no sólo es clave en la propuesta de valor sino también aporta una ventaja competitiva fundamental para la supervivencia de los negocios.