El fin del “dinero gratis” en el mundo representa un fuerte desafío para la industria fintech regional

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Por Pablo Wende

Las fintech latinoamericanas tuvieron un espectacular crecimiento en los últimos cinco años. La combinación de ideas innovadoras, espíritu emprendedor y un continente sediento de inclusión financiera provocaron un boom de billeteras digitales, plataformas cripto, seguros on line, inversiones y seguros digitales, entre otros rubros. Pero este crecimiento explosivo tendrá una prueba de fuego para sostenerse.

Los cambios en las condiciones financieras del mundo serán sumamente desafiantes para el sector. En pocas palabras, llegó el fin de la era del “dinero gratis”. En Estados Unidos empezó a subir la tasa de Interés, a partir del aumento de la inflación. Y al contrario de lo que venía sosteniendo la Reserva Federal norteamericana, no se trata de un fenómeno “puntual”. Hay inflación para rato, por lo que la suba de tasas es un fenómeno que recién arranca y tomará más velocidad a medida que avanza el año.

El fin del “dinero gratis” podría tener efectos directos sobre los planes de muchas fintech de la región, que tenían planeadas nuevas rondas de inversión. Quienes conocen de cerca la industria de “venture capital” aseguran que la reducción de fondeo sufrirá una reducción drástica. O que directamente podría paralizarse al menos por algún tiempo. Se trata de recursos destinados a apoyar “start ups” o a empresas ya consolidadas pero que precisan capitalizarse para seguir creciendo, expandirse regionalmente y conseguir nuevos clientes.

Las consecuencias del aumento de tasas ya se perciben en Wall Street, pero particularmente en compañías tecnológicas. Y dentro de este segmento los inversores fueron particularmente duros con compañías que aún no tienen un buen historial de ganancias. Esto significa que las valuaciones millonarias que llevaron a muchas a transformarse en “unicornios” ya no pueden sostenerse.

Un ejemplo es el de Robinhood. La plataforma de inversiones on line que ganó millones de clientes a partir de no cobrar comisiones resultó duramente castigada. En agosto del año pasado, ni bien comenzó a cotizar, la acción había llegado a los U$S 55. En los últimos días había caído debajo de los U$S 10, con una capitalización menor a los U$S 8.000 millones. Un ajuste de nada menos que el 81%.

Los ejemplos abundan. Coinbase, una de las plataformas líderes de criptomonedas, llegó a un precio de U$S 315 a mediados del año pasado. En las últimas jornadas ya cotizaba a U$S 73, un ajuste de 76%.

Hasta Mercado Libre, líder indiscutido en el negocio de comercio electrónico en la región, sigue a los tumbos. Desde los máximos de enero de 2021 ya perdió más de 60%. Ni los 80 millones de clientes ni el récord de operaciones en su plataforma fueron suficientes para seducir a los inversores.

¿Cuál es el mensaje que está pasando Wall Street a la industria fintech? Posiblemente que ya no basta con un buen plan de negocios. Ni siquiera con un producto capaz de incrementar con relativa rapidez su base de clientes. En un cambio de época, con tasas de interés más altas a nivel global, la capacidad de generar ganancias resultará clave para conseguir nuevos inversores.

Las valuaciones hablan por sí solas. Nubank, el principal neobanco latinoamericano, llegó a tener una capitalización bursátil de USD 43.000 millones en el mercado neoyorkino. Pero en las últimas jornadas cayó a U$S 20.000 millones.

Hay una brutal reducción de las valuaciones, incluso de compañías líderes que lograron la hazaña en un promedio de cinco a siete años de abrir su capital a oferta pública.

Recorrer ese camino será ahora más arduo. Con menos fondos destinados a capital de riesgo, los inversores se concentrarán en historias de éxito probadas y con más posibilidades de abrir su capital, pero a partir de la capacidad de generar ingresos y sobre todo ganancias crecientes.

 

 

 

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