De acuerdo con un informe de Ecolatina, el colchón cabiario se está erosionando. Los riesgos que significan que la inflación le siga ganando al dólar.
El 2021 será el año de mayor atraso cambiario real desde 2008 y el tipo de cambio real multilateral se volvió un 17% menos competitivo en lo que va del año, de acuerdo con un informe de Ecolatina.
Esto sucedió porque el Banco Central usó el ancla cambiaria como herramienta para ponerle un límite al avance de los precios minoristas, que sin embargo cerrarán el año en torno del 50%.
Pero en los últimos días la autoridad monetaria pasó de defender el ancla cambiaria sacrificando reservas a defender las reservas sacrificando el ancla: luego de los comicios se tomaron varias medidas apuntadas a apuntalar el stock de reservas (fin de las cuotas en pasajes al exterior, modificación de la PGN de los bancos, fin de la intervención en el dólar MEP) y en paralelo comenzó a acelerar el ritmo de depreciación del dólar oficial, recordó Ecolatina.
¿El dólar hoy está atrasado?
Ecolatina recordó que durante el 2020 el tipo de cambio oficial corrió en gran medida a la par de la inflación (se apreció menos de un 3% punta a punta).
Esto permitió que el tipo de cambio real multilateral (TCRM) no pierda el nivel de competitividad que recibió el Gobierno en diciembre 2019. Incluso, al analizar la evolución histórica del TCRM post-Convertibilidad, el nivel de diciembre 2020 estaba en línea con el promedio histórico, es decir, a mitad de camino: ni muy apreciado, ni muy depreciado.
“Lamentablemente (…) el atraso electoral afectó la competitividad cambiaria en 2021. Pero, a pesar del deterioro del 2021, se argumenta que el mismo sigue ubicándose en niveles competitivos: ¿lo sigue siendo?”, se preguntó
Ecolatina indicó que si bien desde la salida de la Convertibilidad a la fecha en casi un 80% del tiempo el TCRM fue más competitivo que el actual, el nivel de hoy se ubica en torno al promedio de la última década y 40% por encima del nivel mínimo alcanzado en 2015.
“Asimismo, si solo contemplamos años de cepo recientes (2012-2015 y el período vigente), el nivel actual del TCRM está en línea con el promedio de dichos años”, dijo.
Entonces, a pesar del retraso que el tipo de cambio oficial tuvo contra la inflación en 2021, pareciera que aún se cuenta con “colchón” cambiario.
Ecolatina analizó que para reducir las tensiones cambiarias actuales, frenar con la pérdida de competitividad cambiaria real -e incluso intentar recomponerla- es condición necesaria, pero no suficiente: la brecha del orden del 100% sigue siendo uno de los principales problemas a resolver en materia cambiaria. “Refleja la incertidumbre a corto y mediano plazo, potenciando las expectativas de devaluación y la consecuente demanda de divisas para cobertura”, indicó.
Y completó que restaurar la credibilidad con un amplio consenso político respecto del rumbo económico de los próximos dos años y alcanzar un acuerdo con el FMI que aleje la probabilidad de entrar en una situación irregular de deuda son insumos necesarios para apuntalar la confianza, despejar la incertidumbre y descomprimir tanto el frente financiero como la demanda de divisas para cobertura, que en última instancia son factores los que empujan la brecha cambiaria.
“Estos elementos son además insumos necesarios que la actual trayectoria cambiaria que el BCRA intenta administrar pueda ser llevada a cabo sin sobresaltos”, finalizó.