Sucedió por primera vez en cuatro años y provocó una caída de casi 2% en los principales indicadores de Wall Street. Se teme que los inversores vendan activos de riesgo, afectando también a mercados emergentes.
Era el dato que el universo inversor miraba con atención desde hacía varias semanas. Y finalmente la tasa del bono americano a 10 años superó por un breve espacio de tiempo el 3% anual. Fue por primera vez en cuatro años y generó la reacción esperada, es decir una mayor cautela y búsqueda en activos de refugio.
La caída de los mercados neoyorkinos fue ruidosa. El índice Dow Jones terminó 1,74% abajo tras perder más de 400 puntos, mientras que el Nasdaq cayó 1,7%.
Mayores tasas de interés en los Estados Unidos tienen dos efectos inmediatos: un ajuste alcista del dólar (ya que los inversores se sienten atraídos por instrumentos que pagan más tasas) y menos interés por tomar posiciones de riesgo, como pueden ser bonos o acciones de países emergentes.
De todas formas, informes recientes en Estados Unidos resaltan que no hay que mirar con tanta preocupación estos niveles de tasa. Y que en realidad el nivel a monitorear que podría generar ventas generalizadas de los inversores es el de 3,5% anual, siempre hablando de los bonos a diez años.
El motivo de este comportamiento es la expectativa de nuevas subas de la tasa de corto plazo que debería definir la Reserva Federal en los próximos meses, luego del primer aumento definido en marzo este año. Se estima que la tasa de Fed Funds, de cortísimo plazo, se ubicaría a fin de año en niveles de entre 1,75% y 2%, como parte del esfuerzo de las autoridades norteamericanas de combatir los incipientes signos inflacionarios.