Su objetivo es hacerle la vida más fácil a la gente que sigue optando por el uso de “cash”. Para los comercios significa la posibilidad de digitalizar las ventas en efectivo, incluso permitiendo que el cliente pague desde su casa.
Su paso por Uber lo inspiró para ofrecer un servicio de movilidad, pero ya no para las personas sino para el efectivo. Ése fue el leit motiv de Martín Mazza a la hora de crear Pago46, una fintech que desarrolló junto a Garland Wong, el CEO de la compañía y uno emprendedor serial que creó que más de 10 start up en su carrera, incluyendo las primeras experiencias en el proceso de pago con tarjeta por Internet a mediados de la década de 1990.
En diálogo con Nuevo Dinero a través de un encuentro virtual, Mazza (desde Buenos Aires) y Wong (desde México) contaron los detalles de este particular emprendimiento, que va por un camino totalmente diferente al de las billeteras digitales.
La iniciativa empezó en Chile en 2018 y actualmente también tiene presencia en la Argentina. Pero la intención es estar presentes en varios países más de la región antes de fin de año, a partir de una ronda de capitalización de más de un millón de dólares que recibieron recientemente.
“El número 46 está relacionado con la latitud del Ecuador. En esa franja hay 2.000 millones de personas que siguen utilizando el efectivo como principal medio de pago. A ese público es al que apuntamos con nuestro producto en Latinoamérica, pero también en Asia y Africa”, apunta Wong.
El servicio de Pago46 no está diseñada para reemplazar los pagos en efectivo por medios electrónicos. Al revés, la idea es facilitar el traslado de dinero y que entre los propios usuarios puedan satisfacer la necesidad de cash. En otras palabras, se trata de seguir pagando en efectivo pero sin la necesidad de salir de tu casa.
De allí surge el concepto de “Uber del efectivo”, o sea que hay colaboradores de la empresa que se anotan para poder realizar los traslados de dinero. Una suerte de “cajero automático móvil”, que busca reemplazar o como mínimo transformarse en una alternativa a la función que hoy cumplen las compañías de cobranza extrabancaria, que son muy populares en la Argentina y en la región.
Claro que una pata central para que el servicio pueda crecer es que lo adopten los comercios. La fintech ofrece la zanohoria de facilitar “ventas on line, pero cobranzas en efectivo”, con lo cual la idea es no perder al público que eventualmente tiene capacidad de compra pero no cuenta con medios de pago digitales.
¿Cómo se logra? Básicamente la empresa debe bajarse la aplicación, lo que permitirá a los clientes elegir Pago46 como opción de pago vía web, app, email, redes sociales o chat.
Quien realizó la compra puede optar entre ir a pagar al local o bien esperar que un “Socio 46” –o sea quienes hacen los traslados del efectivo- se desplace hacia donde esté el cliente. Allí es donde aparece el “esquema Uber”.
Por último, el cliente efectúa el pago en efectivo y el dinero es depositado a la cuenta bancaria del comercio.
Además de los comercios de cualquier rubro, el público objetivo es el no bancarizado, pero con acceso a tecnología, por ejemplo a través de un teléfono. Es decir que básicamente apuntan al mismo segmento al que hoy va la mayoría de las billeteras digitales, sólo que con un servicio diferente.
“Tenemos que generar confianza para que una persona complete una operación on line, pero pagando en efectivo a otra persona y sin necesidad de ir a una red de cobranza. A través del teléfono, podemos decir que transformarmos el bolsillo de una persona en una caja registradora”, señala Martín Mazza, quien además de co-fundador es el COO de la empresa.
Pago 46 cuenta ya tuvo 100.000 descargas de la aplicación y cuenta con unos 10.000 usuarios activos, que además se encargan de realizar los traslados del efectivo. “Uno de los desafíos es generar una comunidad confiable. Fui uno de los que lanzó Uber en la Argentina y al principio también se hablaba de la seguridad respecto a los choferes que pasaban a buscarte. Esto es lo mismo pero para el traslado de dinero”, explican los fundadores de la empresa.
La empresa cerró la serie A de inversores a principios de año. Entró un fondo local como Alaya y BID Labs, la pata del Banco Interamericano de Desarrollo para emprendedores. Consiguieron U$S 3,5 millones que le permiten extender la presencia de Pago 46. En estos días ya están también presentándose en Ecuador. Los ingresos surgen de cobrarlo una comisión a los que usan el servicio, además de un “fee” por el delivery, es decir llevar el dinero de un lugar a otro.