La calificadora de riesgo emitió un informe en que analiza los 4.300 millones que podría recibir Argentina del FMI y la liquidación extraordinaria del agro.
El riesgo de un nuevo default de la deuda externa privada de Argentina seguirá siendo alto en ausencia de un acuerdo con el FMI y un cambio material en el marco de políticas macroeconómicas del país, lo cual se prevé que no se concretará este año dadas las elecciones legislativas de octubre, mencionó un informe de Moody’s.
En un informe a sus clientes, la agencia calificadora de riesgo recordó que el 23 de marzo, los directores ejecutivos del Fondo Monetario Internacional (FMI) discutieron una nueva asignación de derechos especiales de giro (DEG) por USD 650.000 millones para reforzar las reservas y contribuir a la recuperación mundial tras la pandemia de COVID-19.
“De ser aprobada, algo que consideramos muy probable, la asignación de SDR inyectará en Argentina (Ca, estable) nuevos fondos por USD 4300 millones (1,1% del PBI), impulsando las limitadas reservas del país”, mencionó Moody’s.
En el informe, Moody’s señala que, a pesar del apoyo temporario que representará una financiación externa adicional y el aumento de los precios internacionales de la soja, el riesgo de un nuevo default de la deuda externa privada de Argentina seguirá siendo alto.
Moody’s cree que la asignación de DEG ayudará a reducir parcialmente el riesgo de liquidez del soberano este año, que sigue siendo alto en el contexto de las limitadas reservas de divisas.
Argentina tiene dos pagos de capital de USD 1.910 millones adeudados al FMI en septiembre y diciembre y un pago de $ 2.240 millones adeudado al Club de París en mayo, originalmente pagadero en mayo de 2020 pero pospuesto por el gobierno argentino.
La asignación de DEG de 4.300 millones de dólares de Argentina solo sería suficiente para reembolsar a uno de estos dos acreedores, y creemos que el gobierno probablemente optaría por cumplir con sus obligaciones con el FMI.