Los bancos cruzan la línea y avanzan con sus propias fintech: de la amenaza a la oportunidad

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A la hora de mejorar la experiencia de los usuarios y llegar a público con poco acceso a servicios financieros, los bancos se fueron animando a salirse de su esquema tradicional. Muchos optaron por armar estructuras independientes para agilizar procesos. Los principales casos. Por Guadalupe Barriviera.

Dicen que el tiempo pone todo en su lugar. Y la evolución de la relación entre la banca tradicional y el fenómeno fintech parece ser una prueba de ello.

Cuando surgieron las primeras billeteras electrónicas, los bancos las interpretaron como el nacimiento de una nueva amenaza. Pero con el correr del tiempo, y especialmente, a partir de la pandemia, hoy son apenas un puñado los bancos que no incursionaron con sus propias fintech.

La apuesta por lo digital tiene la particularidad de agilizar muchos procesos. De esta manera, las entidades abordan otras líneas de negocio y llegan, además, a los clientes no bancarizados.

Unidos detrás de una oportunidad

La  prueba más clara del valor que puede aportar una fintech al sector de la banca tradicional se hizo visible de manera formal a nivel local a fines de 2020, cuando 33 bancos públicos y privados de Argentina reunidos en Play Digital lanzaron la plataforma digital MODO, una aplicación que permite realizar transferencias, pagos y compras en comercios de todo el país a través del teléfono celular con el código QR.

La app se descarga de manera gratuita y, como novedad, vive adentro de las apps bancarias, además de tener una app propia. MODO informó hace unos días que ya sobrepasó el millón de usuarios.

La iniciativa apunta a incentivar los pagos con medios electrónicos y los envíos de dinero a través de Whatsapp a los contactos del teléfono, sin recordar el CBU ni el alias.

El consorcio de bancos que está detrás de Play Digital y de MODO no es algo del todo nuevo para las entidades. “Los bancos se han unido entre sí a lo largo de toda su historia. Lo hicieron con Banelco, Interbanking y con Visa Argentina, por ejemplo”, explica Rafael Soto, CEO de MODO. “Ahora, tuvieron esta actitud audaz y se adelantaron a la normativa, resolviendo una necesidad visible que tienen sus clientes: administrar todos sus medios de pago”, desglosa el ejecutivo.

“Cada banco actuando de manera individual no tenía la potencia que tienen actuando juntos. Esa es la razón de ser y la génesis de MODO, que nace de la necesidad de los bancos de generar un ecosistema que genere beneficios a todos sus usuarios que operan en red. Lo que les brinda MODO es la posibilidad de integrar sus aplicaciones a este nuevo ecosistema de pagos”, completa Soto. Sobre esto se apoya la capacidad de salirle a competir a Mercado Pago.

Pero al margen de operar ahora con MODO, muchos bancos tienen más de una fintech. Por ejemplo, en los últimos años Grupo Supervielle adquirió Mila, IOL, DeAutos y IUDU. A su vez, el banco invirtió en organizaciones como 123Seguro, Increase, Blended y Avancargo.

“El crecimiento de las empresas fintech en el sector es un desafío por un lado y una oportunidad al mismo tiempo”, declara Lorena Suárez, Venture Capital Manager en Grupo Supervielle. “La agilidad, la velocidad y la orientación de las soluciones centradas en el cliente nos desafían a acelerar la transformación digital, y es una oportunidad porque lo que se observa en el mundo es una mayor sinergia y colaboración entre instituciones financieras y compañías fintech, donde combinando las capacidades de ambas organizaciones es posible generar propuestas de valor superadoras para los clientes”, completa.

Así, el grupo financiero decidió apostar, desde 2018, a esta colaboración y alianzas, para lo que creó un fondo corporativo para invertir en empresas fintech e insurtech de manera minoritaria, con el objetivo de generar sinergias entre las empresas del grupo y el portfolio del fondo.

En el futuro, “habrá una convergencia de tecnologías en el sector, donde las fintech y la banca serán cada vez más uniformes”, dispara Suárez. “Trabajar en conjunto ayuda a ambas partes a enriquecer las experiencias de nuestros clientes, integrando soluciones fintech a nuestros productos y servicios, y robusteciendo con desarrollos financieros complementarios a nuestras plataformas fintech”, agrega.

También está el caso de Banco Macro, que busca “potenciar a sus clientes, llegando a todo el país, con soluciones simples y flexibles”. Así, en 2020 lanzó la app Mi Macro, pensando en aquellas personas que se están iniciando en la actividad digital.

“En Banco Macro creemos que poner al cliente en el centro es facilitarle su día a día, simplificando sus operaciones y potenciando sus negocios. Por este motivo, brindamos soluciones para que puedan realizar lo que necesiten de manera digital, sin necesidad de concurrir a la sucursal”, informan desde la entidad.

En esa misma línea, la firma desarrolló la fintech viüMi, una solución que ofrece distintas modalidades de cobro y que “brinda un servicio de alto valor agregado a comercios, profesionales o empresas que necesiten realizar ventas de manera rápida y flexible, que hoy los medios de cobro tradicionales no permiten”, agregan.

viüMi cuenta con lector de tarjetas, link de pago, tienda online y botón de pago web. Se adapta, así, a cualquier tipo de necesidad, tanto de comercios pequeños como de grandes empresas. Para operar con viüMi, sólo se necesita contar con una caja de ahorro, y el producto posee distintas opciones de plazos y comisiones, además de adaptarse a los locales comerciales que actualmente no pueden acceder a una terminal de pago tradicional o que su operatoria le requiere ventas online o a distancia.

Estructuras separadas

Banco Galicia optó por desarrollar la fintech Naranja X, que si bien controla junto a tarjeta Naranja, funciona de manera totalmente independiente a ambas entidades. Para esta iniciativa, el banco invirtió más de 50 millones de dólares.

La app ofrece una cuenta gratuita y una tarjeta prepaga Visa. Así, los usuarios pueden recargar el teléfono celular y la tarjeta SUBE, enviar y recibir dinero, además de pagar servicios, mientras que con la tarjeta pueden también pagar suscripciones online y retirar efectivo de cualquier cajero o sucursal Naranja, entre otras cosas.

Este último es un punto diferencial de Naranja X frente a la competencia: la firma es la primera de su tipo que cuenta con sucursales en el país. La fintech tiene también Toque, un dispositivo de cobro para pequeños comercios y emprendedores que permite procesar pagos de clientes con débito, crédito y tarjetas prepagas, sin costos de mantenimiento. Además, Toque acepta pagos contactless, con banda magnética o chip.

Asimismo, la fintech tiene la enorme ventaja de contar con una clientela natural: aquellos que utilizan tarjeta Naranja, con 5 millones de clientes y 9 millones de plásticos emitidos.

En síntesis, con esta apuesta a lo digital, Grupo Galicia aborda también al segmento de los no bancarizados, pero lo hace con autonomía total en la toma de decisiones y rapidez en la actuación: claramente, un margen de maniobra mucho mayor al que puede tener un banco tradicional.

Otra entidad que siguió un camino similar fue Itaú Unibanco, el banco de capitales brasileños más grande de Latinoamérica, que apostó por lanzar, en octubre del año pasado, Ank, una fintech creada para usuarios que están dentro del sistema financiero pero que buscan una experiencia más simple, inteligente e intuitiva de sus finanzas.

Leonardo Rubinstein, CEO de Ank, explica que con Itaú entendieron la importancia de “desarrollar una operación que sea independiente del negocio principal del banco” para crear una fintech “que sea lanzada primero en Argentina, y así aprovechar el enorme talento que existe en el país y la gran oportunidad que hay para crear soluciones innovadoras de servicios financieros”.

En sus apariciones públicas, Rubinstein se muestra orgulloso de combinar el espíritu emprendedor de una startup de tecnología con la solidez y madurez de un banco líder en la región.

“Esta independencia –afirma- tiene que ver con la operación completa de la compañía: la decisión de la marca, del producto, las metodologías de trabajo y sus procesos, así como también la creación de un sistema que nos permita atraer el talento que se requiere en este tipo de compañías rápidas, dinámicas y que toman riesgos”.

César Blaquier, director ejecutivo Latam de Itaú, expresó cuando el banco lanzó Ank, que “para desarrollar nuevas soluciones desde cero, experimentando e iterando con rapidez, debíamos construir una compañía que opere en forma independiente, liderada por un equipo con experiencia y conocimiento en desarrollos de tecnología y productos al consumidor, y con gran motivación para emprender con el apoyo de Itaú”.

Rubinstein se refiere también a la alta competencia y enfatiza la importancia que tiene para Ank el hecho de poder crear de manera autónoma productos que “en muchos casos puedan ser competencias del mismo accionista”.

La fintech, que como primer servicio ofrece a sus usuarios vincular todas las cuentas de sus bancos a la app y comenzar a enviar dinero en forma inmediata desde sus bancos a cualquier cuenta bancaria o billetera virtual del país, promete crecer muy fuertemente en funcionalidades y beneficios para sus usuarios durante este año.

Por su parte, Grupo BIND apostó a buscar sinergias con Poincenot, un estudio de tecnología especializado en el desarrollo de negocios digitales a través de la implementación de soluciones fintech marca blanca que hacen foco en el usuario final, con un modelo de negocio Business as a Service.

Con el apoyo de Andrés Meta, CEO de Grupo BIND, Poincenot desarrolló BIND Api Banco, convirtiendo así a Bind en el primer banco argentino con APIs abiertas.

“Mediante esta solución tecnológica, tanto empresas tradicionales como fintechs se conectan al sistema financiero de manera eficiente, optimizando tiempos, recursos, costos y cumpliendo con normativas locales”, explica Facundo Vázquez, CEO de Poincenot.

Hoy, más de 150 empresas como Ualá, Mercado Libre y Telecom, entre otras, están conectadas al API Bank. Se realizan más de 5 millones de transacciones mensuales en promedio y se crean más de 5.000 CVUs mensuales, según datos proporcionados por Poincenot a este medio.

Además, BIND Banco Industrial administra y custodia el FCI (Fondo Común de Inversión) que lanzó en conjunto con Mercado Pago hace más de dos años. Mediante la plataforma RegTech de Poincenot, permite a toda la comunidad de Mercado Pago invertir en este FCI con solo 2 clicks desde el saldo en sus billeteras virtuales, desde cualquier dispositivo móvil.

Hasta el momento, este fondo logró quintuplicar la cantidad de cuentas comitentes abiertas en el país. “Se realizan más de 360.000 transacciones por día, se generan más de 6.000 altas diarias, y actualmente cuenta con más de 18.000 millones de pesos de patrimonio suscripto, afirman desde Poincenot.

Grupo BIND también buscó la colaboración de Poincenot para desarrollar los canales digitales y mobile banking (do.it), así como su plataforma de créditos (on.score). El estudio tecnológico desarrolla soluciones marca blanca que son utilizadas ya por más de 15 entidades financieras, como Banco Macro, Ank, Banza, Puente y Nuevo Banco de Chaco, entre otras.

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