La caída del tipo de cambio impulsó a los títulos nominados en moneda local. Sin embargo, advierten que la mejora podría “no ser sostenible” en el tiempo.
Los bonos en pesos obtuvieron fuertes ganancias medidas en moneda dura, ante dos efectos simultáneos: la caída del dólar en el mercado financiero y al mismo tiempo la búsqueda por parte de inversores de opciones ajustadas a la inflación. “La dinámica del mercado cambiario y de los bonos en pesos estuvieron presentes en las últimas jornadas, con importantes retornos positivos en dólares”, explicó un informe de Balanz.
En esta semana corta hubo pocas novedades, aunque sí movimientos en los precios, mientras que las negociaciones con el FMI siguen siendo el principal factor detrás del precio de los bonos. La dinámica del mercado cambiario y de los bonos en pesos también estuvo en la escena, con importantes retornos positivos en dólares en las últimas jornadas.
“Resulta difícil, sin embargo, identificar cuánto de esta apreciación del peso y de la suba de los bonos es sostenible en el tiempo, especialmente cuando ese optimismo no se ve reflejado en el precio de los bonos en dólares, que se movieron en la dirección contraria”, aseguró el informe de la unidad de research que lidera Ezequiel Zambaglione.
El experto advierte sobre la regulación e intervención de los mercados, no sólo en el oficial de cambios sino también en el de bonos: “Evidentemente está presionando al tipo de cambio y a las tasas, generando este desacople entre los bonos en pesos y en dólares. En este contexto, la intensidad y duración de esta presión son muy difíciles de estimar, especialmente si también se tiene en cuenta la incertidumbre macroeconómica”.
Ante las escasas opciones en moneda local y tasas por debajo de la inflación, los bonos en pesos a tasa fija de largo plazo, como el TO26, presentan un rendimiento menor a la inflación actual y a la esperada para los próximos 12 meses. Es decir se conviertieron en instrumentos poco atractivos.
“Ante la mencionada incertidumbre respecto a por cuánto tiempo la regulación e intervención puede seguir deprimiendo al dólar y a las tasas, resulta difícil medir el riesgo que un inversor está tomando en los bonos en pesos. Por esta razón, y a pesar de retornos positivos observados en las últimas semanas, seguimos prefiriendo los bonos en dólares para los inversores dispuestos a invertir en activos argentinos”, señala Balanz.
En el caso de aquellos inversores que ya están posicionados en activos en pesos, la mejor opción serían los bonos cortos atados a la inflación. En tanto, los que ajustan según la tasa BADLAR “no ofrecen buena protección, ya que esta tasa suele reaccionar en forma más lenta frente a los movimientos en las tasas”.