El equipo de UX de la fintech explicó cómo fue el recorrido creativo para llegar a un plástico novedoso, desde el packaging hasta el color y otras características novedosas. A continuación, todo el proceso en un artículo con todos los detalles:
El 2019 trajo la necesidad al negocio de ofrecer a las personas una tarjeta prepaga. Ya habíamos empezado a construir la propuesta de inclusión financiera con nuestra cuenta gratuita, pero sentíamos que faltaba algo más: una tarjeta para todxs.
Preparando la valija: el brief
El camino hacia la producción de una tarjeta física no es fácil, es burocrático: hay homologaciones, miles de reuniones técnicas y muchas pruebas -y errores- de por medio. Pero dejemos el papeleo para después y centrémonos en lo que nos compete, el brief.
Ese documento en el que alineamos las visiones del Negocio, Marketing y Diseño y sentamos las bases de cómo queríamos ser percibidos a través del diseño de la tarjeta.
“Queremos que sea una tarjeta con un diseño minimalista, pero que no remita exclusividad, que sea fresca y joven, pero no adolescente ni irreverente y que tenga cierta reminiscencia techie pero sin alejarnos de la calidez y los valores de la marca Naranja”.
Exploramos los caminos, ¡empezamos a producir a gran escala!
Ya con esto en claro, para poder explorar la mayor cantidad de opciones posibles, comenzamos a bocetar y así, hacer una selección de los más apropiados -todo en el menor tiempo posible-.
Queríamos sobrepasar los límites de lo establecido y tener la tarjeta más minimalista del mercado. Para que esto fuera posible, nos reunimos -y reunimos- con Visa y el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y, ¡lo logramos!
Fuimos los primeros en:
- Emitir una tarjeta innominada: sin un nombre impreso, que al activarla en la app se asocia a la persona, aportando a la inclusión de todas las identidades.
- Implementar el nuevo sistema de números verticales de Visa.
- Utilizar el nuevo holograma sintetizado de Visa.
- Prescindir del panel de firma del dueño de la tarjeta (seamos realistas, ¿quién lo firma?)
- Obviar las marcas de las líneas de cajeros automáticos. Naranja X es aceptada en todos 😉
- Reducir la cantidad de los extensos textos en el dorso.
Con estos hitos confirmados, solo nos quedaba decidir cuál era el diseño indicado.
Si algo sabíamos era que la tarjeta tenía que percibirse como un producto diferente a Tarjeta Naranja; había que salirse del molde, pero sin olvidarse de las raíces: NX puede ser violeta, pero su corazón es naranja.
Entonces, ya con todas las cartas sobre la mesa, ¡nos pusimos a diseñar! Tomamos los valores más importantes de la marca, los combinamos con todo lo nuevo que promete NX y cerramos los seis posibles finalistas:
La última reunión de validación con referentes de Negocio, Marketing, Producto y UX terminó transformándose en una sesión de ideación y, así nació nuestro diseño final de la tarjeta Visa Naranja X.
Una tarjeta, una app
Al mismo tiempo que encaramos el diseño de la tarjeta física, comenzamos a evaluar cómo queríamos ofrecerla dentro de la app. Hicimos encuestas y entrevistas en profundidad que nos permitieran entender mejor las necesidades y pain points de las personas.
Primera parada: el MVP
Desde el primer momento quisimos una tarjeta innovadora, hacer un producto que ya existía, pero con una vuelta de tuerca. Entendimos que, además de producir una tarjeta física, teníamos que lanzar una tarjeta virtual en la app para que las personas tuvieran acceso a un nuevo medio de pago, de una manera rápida y sin muchas complicaciones.
Ya teníamos todo para comenzar a trabajar. Realizamos dos rondas de pruebas de guerrilla para entender dónde teníamos que ajustar e iterar, llevando siempre como eje la compresión de la propuesta de valor, detección de problemas de usabilidad y oportunidades de mejora.
Entendimos que:
- Las personas quieren tener el control y la libertad de elegir si necesitan o no una tarjeta.
- Prefieren conocer el producto antes de pedirlo.
- Valoran la versión virtual: está disponible en instantes y les permite realizar compras online. Sin embargo, tienen la necesidad de no andar con tanto efectivo en mano y creen que pueden llegar a pagar con ella de forma física (como QR).
- Límite propio: ven el valor de la tarjeta prepaga porque pueden tener un control sobre sus gastos, ya que le van cargando plata día a día.
- La información brindada acerca de la tarjeta no estaba visible:creían que estaban pidiendo una tarjeta física y no una tarjeta virtual.
- Incorporar un walkthroughal pedir la tarjeta, podría ayudarlas a conocer sus beneficios de una forma rápida y concisa.