Un informe sostuvo que “el optimismo indebido en torno a un país tiende a ir seguido de resultados económicos adversos, como menor crecimiento económico y mayor crisis”.
Un informe de economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró que durante el Gobierno de Mauricio Macri hubo un “optimismo indebido” por parte de los inversores “ansiosos por otorgar préstamos a la Argentina”, cuando en realidad sus indicadores económicos no eran auspiciosos, lo que llevó al país a “resultados económicos adversos”.
“A fines de 2015, la población argentina eligió a Mauricio Macri como su nuevo presidente. Esto generó entusiasmo entre los inversores internacionales, que vieron a Macri como un reformador favorable al mercado”, indicó el análisis de los economistas del FMI Ramzy Al-Aminey y Tim Willems, sobre la valoración equivocada de la deuda soberana y los resultados económicos.
El documento publicado en la página oficial del Fondo destacó que “con tan altas esperanzas, los inversores estaban ansiosos por otorgar préstamos a la Argentina, lo que permitía al país evitar el ajuste fiscal y, en cambio, satisfacer sus necesidades de financiamiento mediante la emisión de US$ 56.000 millones de deuda externa entre enero de 2016 y junio de 2018, alrededor del 9% del Producto Bruto Interno (PBI) de 2017”.
Sin embargo, subrayó que “se hizo cada vez más difícil racionalizar estas condiciones benignas de endeudamiento basadas en los fundamentos económicos existentes, en contraposición a las expectativas sobre los futuros”, y señaló que “pronto el sentimiento de optimismo se agrió”, consignó la agencia de noticias Telam.
“Las reformas de Macri no trajeron las mejoras inmediatas que los inversores y los argentinos esperaban, lo que finalmente hizo que Argentina perdiera el acceso a los mercados de capital internacionales, y la llevó al préstamo más grande en la historia del FMI en julio de 2018 (de US$ 56.000 millones), seguido de un proceso de reestructuración que involucró US$ 65.000 millones en deuda externa”, precisó el informe.
Asimismo, afirmó que “el hecho de que un país a veces pueda pedir prestado a una tasa que se desvíe del valor sugerido por sus fundamentos económicos, puede explicarse por agencias de calificación u organizaciones internacionales que adoptan una visión excesivamente optimista, o mediante analistas que compran relatos sobre el futuro, que conducen a una perspectiva irracionalmente exuberante, como lo hacen los inversores ocasionalmente con determinadas acciones”.
Sostuvo que “el optimismo indebido en torno a un país tiende a ir seguido de resultados económicos adversos, como menor crecimiento económico y mayor crisis”.
“Esta es una fuerte evidencia de que el sentimiento afecta el ciclo económico, con olas de optimismo indebido que a menudo provocan daños económicos más adelante”, afirmó el análisis, al tiempo que consideró que “los episodios durante los cuales un país se encuentra en condiciones de endeudarse a tasas que son bajas, dados sus fundamentos económicos, en realidad pueden convertirse en un regalo muy parecido al mitológico Caballo de Troya”.
También subrayó que “los gobiernos intentan influir en las agencias calificadoras de riesgo para obtener una mejor nota y, por lo tanto, reducir los costos de endeudamiento”.
“Tales efectos pueden ser contraproducentes, ya que mejores calificaciones no pueden sustituir a fundamentos sólidos en el mediano y largo plazo, mientras que pueden inducir un endeudamiento excesivo perjudicial”, concluyó el reporte.